9 innovaciones de la F1 empleadas en los coches de calle
Para que luego diga tu cuñado que la tecnología de la F1 no es útil lejos de los circuitos...
Javier
Prieto
Siempre se ha dicho que la Categoría Reina es un (pijísimo) laboratorio donde se investiga el desarrollo de nuevos sistemas, dispositivos y materiales. Ya. Pero dirás, ¿realmente todo eso tiene alguna aplicación práctica en los vehículos ordinarios o es puro marketing? Tenemos la respuesta porque hemos encontrado 9 innovaciones de la F1 empleadas en los coches de calle. Por tanto, parece que esa transferencia tecnológica va más allá del simple 'farol publicitario'. Y es que algunos de los dispositivos e inventos más útiles de nuestros queridos bugas provienen del Gran Circo. Y como sabemos que eres casi tan curioso como nosotros, vamos a contarte cuáles son los más importantes.
Discos de freno... y de carbono
En la década de los 50 los ingenieros de la Fórmula 1 se dieron cuenta de que los frenos de disco ofrecían mucho mejor rendimiento que los de tambor. Pronto los primeros, cuya capacidad de refrigeración y eficacia era muy superior, jubiló a los segundos. Hoy en día los frenos de los monoplazas están equipados con discos de carbono-carbono, que quizá algún día lleguen a nuestros utilitarios. De momento, algunos deportivos montan los de carbonoque introdujo la escudería Brabham en 1979. Su durabilidad es cinco veces superior a los convencionales, aunque su precio...
Foto: Edgy01 (Dan Lindsay) vía Wikimedia
Motores turboalimentados
Quizás te sorprenda pero el turbo es otra de las innovacionesdelaF1empleadasenloscochesdecalle. Aunque su origen parece remontarse a las pruebas estadounidenses, los cerebritos de Renault lo 'importaron' a la Categoría Reina a finales de los 70. Los ingenieros franceses comprendieron que ese 'artefacto' incrementaba la potencia del motorsin elevar (mucho) el consumo de carburante.
(Foto: Darren vía Wikimedia)
El primer monoplaza con turbo, el Renault RS01, se presentó en el GP de Francia de 1977. Y aunque en principio, la 'Tetera Amarilla' fue un desastre mecánico, se convirtió en uno de los bólidos que revolucionaron el Gran Circo. Tanto es así que en poco tiempo todas las escuderías incorporaron este sistema de sobrealimentación. A ver, dinos un par de automóviles con motor (diésel) que no lo monten.
Fibra de carbono
Sabemos que el Tata de tu primo no cuentan con este material. Sin embargo, la mayoría de los grandes deportivos de Ferrari, PorscheBugatti, McLaren o Lamborghini cuentan con la fibra de carbono como uno de los elementos primordiales en su arquitectura.
El citado compuesto, que resulta muy resistente a los impactos y extraordinariamente ligero, proviene de la industria aeroespacial. McLaren se dio cuenta de sus virtudes y en 1981 lo usó para construir el chasis monocasco del MP4/1. Desde entonces todas las escuderías siguieron los pasos de su diseñador John Barnard, algo que se mantiene en la actualidad. ¡Vivan la fibra y las innovaciones de la F1 empleadas en los coches de calle!
(Foto: David Merrett vía Wikimedia)
Cambio automático con levas en el volante
El Ferrari 640, también creado por John Barnard, estrenó en 1989 una caja semiautomática de siete marchas que se accionaba desde unas levas en el volante. La tradicional palanca del cambio y el pedal del embrague habían desaparecido, haciendo que engranar las marchas fuera una maniobra más rápida, cómoda y segura.
(Foto: madagascarica vía Wikimedia)
Sí, fueron los precursores de un concepto que pronto copiarían los rivales... y los vehículos particulares. Actualmente un gran número de modelos emplean el invento de La Scuderia. ¿Te suena eso del secuencial? Pues ya sabes de donde partió otra de las innovaciones de la F1 empleadas en los coches de calle.
Los neumáticos
Desde la creación de la Categoría Reina, los neumáticos han sido objeto de estudio y constante progreso en su rendimiento. Derivado de ello se crearon los compuestos de invierno, verano, lluvia, altas prestaciones, perfil bajo, etc. Precisamente, las gomas de los coches, cruciales para su seguridad y rendimiento, han sido uno de los elementos que más han evolucionado gracias a la lucha contra el crono, de la que nos beneficiamos a diario los conductores. Estamos ante otro gran ejemplo de las innovaciones de la F1 empleadas en los coches de calle.
Foto: Pixabay.
Los lubricantes
También para los aceites de los motores, la F1 ha sido el mejor campo de pruebas y desarrollo. Dado el elevado esfuerzo de los propulsores de los bólidos, éstos requieren de unos lubricantes capaces de soportar el extenuante rozamiento. Pues de ese objetivo nació la gama de aceites de alta duración que lleva tu vehículo... o el de tu primo. Algo similar sucede con los carburantes, cuya optimización viene de la pista.
Las suspensiones activas
Durante los años 90 ya se había ensayado bastante en el campo de las suspensiones activas. Sin embargo, la palma se la llevó en este aspecto, como en otros muchos avances tecnológicos, el Williams FW14B. Disponía de un sistema electrohidráulico que mantenía la altura constante del bólido en cualquier asfalto gracias a las suspensiones activas. Hoy en día, esos 'amortiguadores inteligentes' adaptan su funcionalidad a los baches u otras irregularidades de la calzada para que éstos no se transmitan a los pasajeros. Desde luego que se ha ganado en confort y seguridad gracias, una vez más, a las innovaciones de la F1 empleadas en los coches de calle.
Recuperación de energía: el KERS
Allá por 2009 los monoplazas estrenaron un invento llamado K.E.R.S. (kinetic energy recovery system). Se trata de un sistema de recuperación de la energía cinética de las frenadas capaz de transformarla en energía eléctrica. Pero lo mejor de todo es que permitía su almacenamiento para un uso discrecional durante la carrera. Efectivamente, en la actualidad lo emplean muchos vehículos híbridos para recargar sus baterías mientras circulan.
Virtudes aerodinámicas
Una de las mayores preocupaciones de la máxima categoría reside en la resistencia al viento de los monoplazas generada por la velocidad. De hecho, muchos de los esfuerzos se han centrado en buscar diseños con una mayor eficiencia en los flujos de aire a través del bólido en movimiento. En esta materia, Adrian Newey, el mago de Red Bull, es uno de los grandes nombres. Precisamente algunos de los alerones traseros de los monoplazas cumplen esa misma función instalados en los coches de calle.
Un ejemplo de ellos lo constituirían los alerones escamoteables que algunos deportivos activan a alta velocidad. Éstos apéndices incrementan la carga aerodinámica en su eje posterior y constituyen una de las grandes innovaciones de la F1 empleadas en los coches de calle.
Los monoplazas más sexys de la F1: la flecha de plata
Resulta imposible contemplar la silueta del Mercedes W196 y no quedar hechizado por ella. La flecha de plata no tiene rival en el campo de las conquistas.
Se exhibió por los trazados de medio mundo entre 1954 y 1955. Y despertó comentarios de admiración que sonrojarían al bólido más pintado.
Por si había algún extraterrestre que dudara de su guapura se produjo en dos variantes. La original se llama Mercedes W196 S (Streamleaner) y es una auténtica bomba sensual sobre ruedas. La otra versión nació de una iniciativa de Juan Manuel Fangio, piloto de la marca. Éste encontró que sería mucho más práctico para su tipo de conducción dejar al descubierto las ruedas del monoplaza.
Porque con esta variación, le resultaría más sencillo encontrar los puntos de referencia para trazar las curvas puesto que los neumáticos quedaban visibles. Y fue dicho y hecho. Fuera parte del vestido plateado. Así, nació con la apariencia clásica de un bólido de carreras la versión conocida con el nombre de Mercedes W196, a secas.
Ambos pibones -bólidos- formaron pareja con el mencionado Fangio y con el británico Sterling Moss. Con el pentacampeón argentino a su lado, el bello coche sumó las coronas mundiales de 1954 y 1955. Fueron un matrimonio, o en este caso, un trío muy exitoso. El responsable de la hermosa criatura fue Rudolf Uhlenhaut. Introdujo importantes innovaciones procedentes del campo de la aviación militar, concretamente de los aeroplanos de combate Messerschmitt Bf 109. Y ya se sabe que en el tema bélico, los teutones se llevan la palma.
Poseía un ardiente corazón -motor-, con 8 cilindros en línea y 2.496 cc., que desarrollaba una potencia de 290 caballos a 8.700 r.p.m. En esta ocasión, belleza y fortuna fueron de la mano, algo que también ocurre actualmente entre ciertos personajes del paddock. Obtuvo 9 victorias, 8 poles, 9 vueltas rápidas y 17 podios en 12 pruebas.
Durante esos años, como puedes ver, Mercedes fue el amo y señor de la pista. Nacía la leyenda de una flecha de plata que llegaba directa al corazón de los aficionados.
Para evitar tentaciones, te comentaremos que en 2013 se vendió en la casa de subastas Bonhams un ejemplar de 1954 por 22,7 millones de euros.
Los monoplazas más sexys de la F1: el Lotus 49
La escudería británica siempre ha tenido fama de diseñar monoplazas muy atractivos… y exitosos. Su creador fue Colin Chapman, alma mater de la compañía. De la mente privilegiada de este ingeniero inglés siempre surgían bocetos extraordinarios y soluciones innovadoras para sus coches. Y un ejemplo de ello lo constituye el Lotus 49. Es considerado uno de los monoplazas más influyentes en la categoría. Su motor formaba parte de la estructura del coche con el fin de aguantar y repartir el peso del propio vehículo. A partir de entonces y hasta la fecha, dicha disposición ha sido incluida en todos los bólidos.
Debutó en el GP de Holanda de 1967 disputado en Zandoort, con la pole para Graham Hill y la victoria de Jim Clarck. Se apuntó 4 triunfos en esa temporada. Sin embargo, la falta de fiabilidad de su motor Cosworth le impidieron hacerse con el mundial. El 49, al margen de su indudable belleza estética, fue protagonista de una de las épocas más gloriosas de la firma. Lotus obtuvo 7 campeonatos del mundo de la categoría reina del motor.
La prematura muerte de su creador a los 54 años de edad marcó el inicio del declive del equipo. Había desaparecido la fuente de inspiración y el corazón de la escuadra. Pero el Lotus 49 quedó como un icono de la vanguardia que Chapman representó para la competición.
Los monoplazas más sexys de la F1: el Ligier-Ford
Los diseños, el savoir faire y la elegancia de la alta costura francesa tuvieron su réplica en el Ligier-Ford de 1979. Este es uno de los monoplazas más elegantes de todos los tiempos. En su carrocería destacaba además del color blanco, el azul de la empresa tabacalera Gitanes. Una combinación cromática muy atractiva. El padre de la hermosura fue el genial Gérard Ducarouge.
Disponía de un motor Ford Cosworth y de una caja de cambios de origen Ligier. El equipo era netamente galo, y sus pilotos Jacques Laffite y Patrick Depallier, como no podía de ser de otro modo, también procedían de aquel país. Sumaron 3 victorias y 8 podios, y terminaron en el tercer lugar del campeonato del mundo, por detrás de Ferrari y Williams.
Los monoplazas más sexys de la F1: el Lotus 97T
¿Quién no recuerda al legendario Ayrton Senna compitiendo con un hermoso bólido de color negro y letras de publicidad doradas sobre la carrocería? Pues, amigo, ese es el Lotus 97T de 1985. El mito brasileño llegó a la escudería inglesa tratando de crecer tras debutar el año anterior en el Gran Circo. Y se encontró con un equipo en declive que le ofreció un monoplaza por debajo de su talento. Porque si el coche negro hubiera sido tan bueno como bonito, Senna habría ganado todas las carreras con una mano.
En realidad se trataba de una simple evolución del modelo de la temporada anterior. Al menos contaba con un potente propulsor Renault-Gordini V6 turbo de 1.500 cc. que escondía sus mediocridades. El diseño corrió a cargo de Gerard Ducarouge y Martin Ogilvie que incorporaron una especie de paneles laterales, los bargeboard. Con esta innovación, se mejoraba el flujo lateral de aire a través del vehículo. O eso decían ellos.
Ayrton cuajó una actuación épica en la segunda carrera del año. Fue en el GP de Portugal de 1985. Sobre el asfalto de Estoril y bajo el diluvio universal realizó una carrera memorable que le llevó a su primera victoria en la categoría. Allí se convirtió en el dios de la lluvia. Así comenzaba su leyenda.
El ídolo carioca y su compi Elio de Angelis lograron dos victorias, nueve podios y la cuarta posición en el campeonato de constructores para Lotus. La escuadra británica retuvo en sus filas a Senna hasta 1988.
Los monoplazas más sexys de la F1: Williams FW15C
Para los amantes de la F1 resulta imposible no reconocer al Williams FW15C. El mítico monoplaza tricolor –blanco, azul y amarillo Camel- es, además de un monumento estético, un prodigio tecnológico. En él se introdujeron soluciones y avances electrónicos revolucionarios.
Aunque el diseño del coche fue desarrollado por Adrian Newey y Patrick Head, la aerodinámica no resultó determinante. Sus prestaciones sobresalientes llegaron de la mano del poderoso motor y, sobre todo, de las ayudas electrónicas. Entre ellas destacaba la suspensión activa e independiente que permitía la modificación de su altura para adecuarse a cada sección del asfalto.
Y por si esto fuera poco, el Williams disponía de frenos ABS, sistema de control de tracción y el llamado push to pass, un accionamiento que permitía elevar la parte posterior del monoplaza. Con este invento se reducía la resistencia al suelo, lo que se traducía en un incremento de la velocidad máxima. En el aspecto mecánico, montaba un brutal propulsor Renault V10 de 3500 cc. y unos 780 caballos de potencia.
La superioridad del bólido frente a sus rivales, le llevó a lograr 10 victorias en los 16 grandes premios en 1993. Los pilotos del equipo eran Alain Prost y Damon Hill. El enchufado de Jean-Marie Balestre Prost consiguió en esa temporada su cuarto, y afortunadamente, último título mundial. Y la escudería terminó en 6ª posición de la general de constructores.
Si eres un amante de los datos frikis, te recuerdo que del Williams FW15C se construyeron dos chasis con dimensiones distintas. El motivo, los pies de Damon Hill que eran demasiado grandes para poder encajar en el espacio destinado a los de Prost.
En definitiva, el Williams era un avión, o como lo bautizó Alain Prost, un pequeño Airbus. La superioridad de la bella criatura fue tan descarada que en la siguiente temporada se prohibieron todos los sistemas que incorporaba. No hace falta recordar lo que supuso esta medida para la F1 y en especial para el mítico Ayrton Senna.