3 tenores: Chevrolet Corvette Grand Sport contra Maserati GranTurismo Sport y Lexus LC 500

Javier Leceta

Cuando todos se pasan al turbo, lo que necesitas es un buen V8 atmosférico. O tres...

Es complicado no sonreír cuando lo oyes. A un kilómetro, en los bosques de pino del desierto californiano, los tres coches (Chevrolet Corvette Grand Sport, Maserati GranTurismo Sport y Lexus LC 500) han dado la vuelta y regresan a toda velocidad, con los ladridos mecánicos rebotando en las paredes de roca que bordean la carretera.

No importa cuántas veces lo escuches; es la música de la automoción. Está el inconfundible estruendo ronco de los cuatro escapes del Corvette, confundiéndose en un gruñido mientras se acerca a la zona roja del cuentarrevoluciones. El remolino operístico del Maserati GranTurismo V8, un tenor que llena las notas medias y altas. Y hay un 8 cilindros en V distinto, pero igualmente cautivador. Es un zumbido más controlado, suave. Debe tratarse del Lexus LC.

Comparativa Chevrolet Corvette Grand Sport, Maserati GranTurismo Sport y Lexus LC 500 (traseras)

Te preguntarás qué tipo de prueba de coches estamos haciendo aquí, en este parking cubierto de tierra. Tenemos coupés V8 de dos puertas con unos 460 CV, pero ahí terminan sus similitudes (aquí tienes los 5 mejores coupés relación calidad/precio). Uno es un Chevrolet Corvette Grand Sport; otro, un Maserati GranTurismo Sport, que cuesta más del doble que el americano. Y para finalizar, un Lexus LC 500 nuevo, con el Sport Pack.

La respuesta a esta comparativa entre Chevrolet Corvette Grand Sport, Maserati GranTurismo Sport y Lexus LC 500 es simple. Cuando la marca nipona lanzó el LC con un motor de aspiración de ocho cilindros en V, en lugar de un biturbo V6 como el del LS, mucho más de moda, quisimos saber por qué. Nos pusimos al volante y lo comprendimos enseguida. El propulsor es brillante, esa es la razón. Este hecho cuestiona qué está ocurriendo en Lexus, algo sobre lo que escarbaremos más tarde. Eso también nos recordó que estamos en un punto de inflexión en la industria automovilística. Mientras los políticos hablan de la amenaza que suponen las emisiones de las mecánicas, nos acercamos rápidamente a un escenario legislativo en el que los los enormes V8 aspirados podrían ser algo del pasado.

Los turbos son divertidos y eficientes, geniales si los asocias a un 8 cilindros en V, pero aplastan su sonido y pueden inmiscuirse en su respuesta lineal (aquí tienes los mejores motores V8 del mercado). Así que, antes de que los perdamos, hemos pensado que deberíamos reunir lo mejor de cada una de las tres superpotencias automovilísticas: Japón, Estados Unidos y Europa. No pretendemos tanto probar estos vehículos, entonces, sino disfrutar y comparar sus motores. No buscamos necesariamente un ganador, pero al final todos estaremos de acuerdo sobre el que nos llevaríamos a casa. Cada uno de ellos ha sido diseñado con un propósito diferente. Pero eso no significa que no vayamos a sacarles pegas...

Comparativa Chevrolet Corvette Grand Sport, Maserati GranTurismo Sport y Lexus LC 500 (motores)

Por eso comenzamos este viaje en la enrarecida (y calurosa) atmósfera del apropiadamente llamado Thermal Raceway (Circuito Térmico), al final del valle Coachella, dos horas y media al este de Los Ángeles. Ya hemos estado aquí antes, pero las instalaciones han crecido tanto que son casi irreconocibles. Este trazado exclusivo (es el equivalente a un club de golf de cinco estrellas) tiene tres pistas distintas, un montón de boxes, una sede y numerosas villas de propiedad privada junto al asfalto.

Chevrolet Corvette Grand Sport: muy ligero y preciso

Suena tentador, pero lo único que nos interesa ahora es el pavimento entre los bordillos azules y blancos. Conducir el Chevrolet es como ponerte unos zapatos cómodos. Su mezcla de agarre y avance lo convierte en una proposición para realizar incursiones en cualquier carretera o circuito. El V8 de 466 CV es del tamaño de cinco o seis cajas de cereales juntas; esta pequeña unidad tan densa puede colocarse exactamente donde los diseñadores e ingenieros quieran, lo que permite que el vehículo se comporte mejor. Eso es bueno.

Chevrolet Corvette Grand Sport

Especialmente, cuando viene con estas formas. En el Grand Sport, el propulsor 6.2 cuenta con el cárter seco y el escape con modo dual del Z51, así que tanto tú como tus vecinos podréis escuchar qué está pasando exactamente en la sala de máquinas. Irónicamente, este motor sobrevivirá a los otros aquí presentes. Su mercado principal es USA y las leyes sobre emisiones en la América de Trump han sido impuestas sin mucha rigidez, así que aún puede retumbar durante un par de años antes de verse sometido al tratamiento de inducción forzosa. Pero eso es adelantarse al futuro. En este momento, sobre el circuito, el Corvette se muestra ligero y preciso, incluso con los controles de la suspensión al mínimo. La potencia atmosférica es inmediata, así que es posible abrir y cerrar la trazada limpiamente tanto con el acelerador como con el volante. Es más sencillo y predecible, y menos dramático, que el Z06/Z07 turbo. Y además, está el sonido. Lo habrás escuchado atronando en Le Mans. Por la noche, ni siquiera hace falta mirarlo para identificarlo. Es una de las firmas auditivas más alucinantes en los trazados y en la carretera.

Maserati GranTurismo Sport: salvado por su mecánica

Y aun así, no es tan dulce como la del Maserati. Mientras dejo la pista y busco tierras más altas y frescas, una idea llena mi cabeza. Si un coche tuviera que ser salvado únicamente por su motor, sería éste (y todos los Maserati actuales). Di lo que quieras sobre el diseño del vehículo o su interior cómodo pero desfasado -para ser honesto-. Búrlate de su precio y de su chasis clásico, aunque cautivador. Cuando lo pongas en marcha, todas las críticas se evaporarán.

Maserati GranTurismo Sport (motor)

Parte de esta seducción es comportamiento adquirido. El sonido de un V8 es como oír la mecánica de un F1 con esta configuración en un circuito de karting. Te paras y escuchas hasta que te duelen las orejas. Este italiano tiene todo eso, pero no es la única razón por la que suena tan exótico y lleno de promesas. Se trata de un propulsor genuinamente brillante. Ofrece algo menos de potencia (460 CV), pero el 4.7 del GranTurismo Sport tiene una larga y distinguida historia.

Cada propietario de un modelo de la marca te dirá que su coche posee una mecánica Ferrari, que es verdad y mentira. Los del Cavallino crearon en 2002 la familia de motores F136 para compartirlos con sus compañeros de establo. Pero, si bien cuentan con cierto ADN en común, no son exactamente iguales. Ambos tienen doble árbol de levas en cabeza y cuatro válvulas (con sincronización variable) por cilindro, pero ahí terminan sus similitudes. Los atmosféricos de Ferrari (el último de ellos fue incluido en el 458 Speciale Aperta) poseían un cubicaje algo más pequeño y eran más nerviosos. Aunque la diferencia fundamental es que Maserati ofrece un cigüeñal plano transversal,  mientras que el de Ferrari es plano sin más. Sin entrar en detalles que aburrirían a las ovejas, digamos que cuentan con distintas órdenes, lo que genera bandas sonoras dispares, pero igualmente adictivas. Así que el GranTurismo muestra sus defectos y la mayoría de ellos son culpa de un modelo que cumple 10 años de edad.

Pero se salva gracias a una mecánica preciosa, que te arrulla, te emociona y te entretiene a cualquier ritmo, de paseo o a máxima velocidad. No está confirmado si la próxima generación montará un turbo cuando llegue en 2018 (aquí tienes todos los coches nuevos de 2018), pero parece probable, si no inevitable. Aunque Ferrari haya hecho un buen trabajo con el rumor del 488, también con turbo, es el sonido del 458 el que será recordado para siempre.

Lexus LC 500

Lo que hace aún más interesante la decisión de Lexus: meter en su nuevo LC 500 un propulsor V8 de 474 CV, en lugar del biturbo V6 que todos estábamos esperando. Algo está pasando en el cuartel general de la marca nipona... y nos gusta. Justo cuando empezábamos a pensar que el LFA era único en su especie, la compañía nos da un motor de ocho cilindros en V que aúlla. Asimismo, lanza un equipo en las series IMSA que utiliza esa misma mecánica (a grandes rasgos) y hace vibrar la parte emocional de nuestro cerebro, tras años jugando casi exclusivamente con la zona racional.

Lexus LC 500

Antes de que pienses que estás ante un V8 creado específicamente para el LC, fíjate bien. Si lo miras de cerca, verás la arquitectura que ya tenía el bloque del LS 400 cuando Lexus aterrizó en Estados Unidos en 1990. No estamos diciendo que no haya evolucionado desde entonces (su cubicaje ha crecido un litro en estos años), sino que posee una herencia muy adecuada, como los otros propulsores analizados en esta comparativa.

También tiene un alma apropiada, que nadie adivina. Susurra cuando lo enciendes, pero al pisar el acelerador, despierta para jugar contigo. Estar asociado a una transmisión de 10 relaciones no lo acalla ni lo debilita. Cambia de marcha por diversión o porque necesitas velocidad: en ambos casos desvelarás su rugido. Hace los ruidos que un V8 debería hacer. Quizá el mayor cumplido que puedes realizar sobre un motor es que provoca el olvido del resto del coche. Un par de veces, lo estaba pasando tan bien que tuve que recordarme a mí mismo que estaba en un vehículo de 1.935 kg con neumáticos 245/21 en el eje delantero y 275/21 en el trasero. Que no esperase que se comportara y frenara como el coche de carreras que me imaginaba que era gracias a su propulsor. Piensa en él como en un muscle car japonés, llévalo como tal y no te equivocarás. Es extraño decir eso de un Lexus que no es el LFA V10, pero es cierto.

Comparativa Chevrolet Corvette Grand Sport, Maserati GranTurismo Sport y Lexus LC 500

Desde el punto de vista de la conducción, después de 800 km en carreteras y en circuito, todos lo amamos. En cuanto al precio, el del Corvette V8 sigue siendo casi imbatible. A pesar de sus fallitos, estrangularía a cualquiera que criticase la mecánica del Maserati. Pero nuestro preferido aquí, en compañía de estas pistas, el que nos ha hecho sonreír más ampliamente, ha sido el V8 del Lexus LC500. Disfrútalo (y también los otros dos) mientras puedas.

Datos técnicos

Chevrolet Corvette Grand Sport

Precio: 55.776 €

Motor: 6.162 cc, V8, 466 CV, 630 Nm

Transmisión: manual de 7 vel, trasera 

Prestaciones: 0–100 km/h en 4,2 seg, 290 km/h

Consumo: 12,1 l/100 km, 282 g/km CO2

Peso: 1.555 kg

 

Maserati GranTurismo Sport

Precio: 148.000 €

Motor: 4.691 cc, V8, 460 CV, 520 Nm

Transmisión: automática de 6 vel, trasera 

Prestaciones: 0–100 km/h en 4,7 seg, 298 km/h

Consumo: 14,3 l/100 km, 331 g/km

CO2 Peso: 1.880 kg

 

Lexus LC 500

Precio: 90.450 € Motor: 4.969 cc, V8, 477 CV, 539 Nm

Transmisión: automática de 10 vel, trasera

Prestaciones: 0–100 km/h en 4,7 seg, 270 km/h

Consumo: 11,5 l/100 km, 267 g/km CO2

Peso: 1.935 kg

 

Texto: Pat Devereux.

 

 

Nuestro veredicto

0.9

Etiquetas: Motor V8