Prueba BMW M4 M Competition

Cómo no nos va a gustar...

Cuando piensas en un compacto deportivo, seguro que el primero que te llega a la cabeza es el Volkswagen Golf GTI. Es normal: fue el pionero en su segmento. Ahora piensa en una berlina deportiva de cuatro puertas. Exacto: el M3. Otro pionero en su segmento. Y luego está el protagonista de esta prueba: el BMW M4 Competition Package, que no deja de ser el M3 de toda la vida: un Serie 3 de dos puertas (aquí tienes los BMW M3 y M4 más especiales de la historia).

Antes de que te vuelvas loco, debes saber que no se trata de un modelo especialmente... especial (que también). Estás ante un BMW M4 con algunas chucherías que lo hacen mucho más apetecible. Primero te cuento la parte mala: cuestan 9.400 euros (me pregunto si supone un problema para ti gastarte ese dinero si estás dispuesto a desembolsar casi 100.000 euros). La buena, que te montan las preciosas llantas de 20" modelo 666M, un equipo de sonido que es gloria bendita, unos asientos deportivos espectaculares y detalles 'Shadow Line' que cambian los cromados por el negro mate. Además, algunos detalles dinámicos que te cuento más adelante.

Llámame superficial, pero una de las cosas que me engancha nada más abrir la puerta es el logo de M4 iluminado en el respaldo de los asientos. Son como los del BMW M3 Competition Pack, pero tienen la 'gracia' de que cuentan con un par de huecos entre la zona lumbar y los pétalos. Ya sabes: se trata de reducir peso a toda costa. Más allá de esto y de resultar de lo más chulo, lo cierto es que son hasta cómodos. Cuando te tiras en ellos (porque están bajos), te sientes bien al momento. Tienen un mullido tirando a duro, pero estoy seguro de que no te vas a cansar de ellos en ningún momento.

La postura de conducción me ayuda a seguir entero y a disfrutar más aún de esta prueba del M4 M Competition. Sencillamente, vas sentado como 'tienes-que-ir'. Y agarrando un volante 'como-tiene-que-ser'. Es decir: ¡redondo! Sí, amigos, nada de partes achatadas que te cambian la manera de sujetar 'la rosca'. Su asistencia es tirando a dura. Un ejemplo: tras conducir una semana este modelo, me pasé a un Mercedes CLA 45 AMG Shooting Brake y la dirección, aun en modo S+, me parecía la de un Mercedes-Maybach S600. Por cierto, aquí tienes una comparativa en la que se enfrenta a otra bestia: Alfa Romeo Giulia QV contra BMW M4 M Competition.

  

Volviendo al BMW M4 M Competition de esta prueba, en el día a día puedes llegar a notar la dirección dura incluso en modo 'comfort', pero al final no reparas en ello. Sí en su progresividad y en la manera en que se hace pasar por un sistema 'del montón' para no llamar la atención. Aparte de 'Comfort', tiene otros dos reglajes: Sport y Sport Plus. El primero ha sido mi tarado favorito por usabilidad: es una mezcla ideal entre dureza y feeling. En cuanto al Sport Plus, nada que objetar para "esos días que tienes el ánimo subido". El escape suena a heavy metal. Cuando levantas el pie del acelerador, escuchas cómo los gases se pelean por salir del escape, regalando unos petardeos y boroboteos que, sin ser excesivamente llamativos, sí son lo suficientemente sonoros como para alegrar el día a su afortundado propietario... y al apasionado como nosotros que lo escuche pasar por la calle. Ah, y eso por no hablar de los túneles...

Con esta configuración tienes un coche más duro de conducir. No solo por la suspensión, que aparte de ser dura, tiene que lidiar con unos neumáticos de bajo perfil (unos Pilot Super Sport de 20": 265/30 delante y 285/30 detrás), sino también por la propia dirección. Cuando conduces rápido en un 'track day' notas que cobra sentido, pero en el atasco del día a día vas a acabar suavizándola por pura supervivencia.

Aquí aparece una de las cosas que más me gusta del BMW M4. Puedes tener el motor en Sport plus, la suspensión en Comfort, la dirección en Sport y el cambio, en cada uno de esos reglajes, con tres modos adicionales de rapidez. En cuanto al motor, el seis en línea de tres litros cuenta con un modo Efficiency en lugar de Comfort que es ideal para cuando simplemente te tienes que desplazar.

¿Cómo es probar un BMW M4 en carretera de curvas?

La verdad, depende de cómo te lo tomes. Si quieres ir rápido, tienes que tenerlo muy claro, porque estás al volante de un BMW que corre mucho. Con el paquete Competition ganas 19 CV a un motor que ya de por sí es muy potente, por lo que de 431 CV pasas a unos llamativos 450. En términos generales no notas ese aumento de potencia: gana una décima en el 0 a 100, corre más (280 km/h), porque se quita el limitador de 250, tiene un control de estabilidad específico y un diferencial M Activo que se deja notar cuando subes el ritmo: te ayuda a cerrar la curva y a mantener un ritmo endiablado en zonas reviradas.

Si pisas a fondo con el control de estabilidad activado, solo vas a notar un ligero coletazo ideal para subirte las pulsaciones antes de que la electrónica tome el control de todo. Si lo llevas apagado... más te vale estar en un circuito y tener las cosas muy claras: puedes mantener una cruzada laaaaaaarga a base de gas y ligeros toques de volante, pero al contar con tanta goma y un chasis tan afinado, si se te va la trasera sin que tú lo hayas buscado, probablemente acabarás mirando de frente al coche que llevas detrás.

Si el asfalto está en buen estado y las curvas son rápidas, es probable que no haya en el mundo nadie que te pueda adelantar, salvo que te llegue por detrás Walter Röhrl en un Porsche 911 GT2 RS o algo por el estilo: rueda tan aplomado y te transmite tanta seguridad que te crees ser mucho mejor conductor del que en realidad eres.

¿Se puede vivir con un M4 tan deportivo?

¡Sin duda! Es cierto que es un coupé y que el acceso a las plazas traseras es complicadillo, pero durante el tiempo que lo he tenido lo he utilizado para mi día a día, que supone recoger a mi pequeño cachorro del cole. La sillita no está encajonada y, si tienes que llevar a alguien detrás, salvo que sea de la selección de baloncesto, no va a tener demasiados problemas de espacio. El maletero tampoco está mal, aunque, claro, no puedes pretender meter el equipaje de una familia para hacer un viaje de una semana. Para eso es mejor optar por el BMW 340i familiar.

Sí que se pueden quejar de los golpes de la suspensión, incluso del sonido del escape (ya te digo yo que mi pequeño pedía más petardeos: estoy creando un monstruo) y a lo mejor de unos cambios de carril demasiado bruscos y rápidos si tienes la dirección en Sport Plus. Pero poco más.

Como resumen de esta prueba del BMW M4 Competition Package, podría decir que estoy ante el coupé intermedio definitivo. Sus rivales alemanes tienen coches como para quitarse el sombrero. El nuevo Audi RS5 es sencillamente espectacular; el precioso Mercedes-AMG C63 Coupé es una maravilla... Pero, qué quieres que te diga, sin ser especialmente 'bemeuvista', tengo que reconocer que este es el deportivo que-hay-que-tener. Simple y llanamente.

Nuestro veredicto

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