Viejas glorias: esta es la historia del Renault 5 Turbo

¡Benditos sean los años 80!

La historia del Renault 5 Turbo seguro que gustará a más de uno: seguimos con otro emblema de los rallys, un coche nacido por y para ganar carreras sobre asfalto, tierra o hielo. No lo vamos a negar, nos encanta esa época y no es de extrañar que hasta ahora ya hayamos repasado otros mitos de la competición como el Lancia Delta HF Integrale o el Ford Sierra Cosworth. ¿Te subes conmigo al ‘culo gordo’ por excelencia?

Corría el año 1972 cuando Michel Boué dibujó el sustituto del mítico ‘cuatro latas’. Se trataba de un pequeño utilitario pensado para ser económico y práctico por encima de cualquier otra cosa. Ligero, fiable y que no diese problemas a sus compradores, en una época en la que tener un coche todavía era considerado algo al alcance de unos pocos. 

No obstante, el primer objetivo del Renault 5 dista mucho del objetivo que finalmente tuvo nuestro protagonista, el Renault 5 Turbo: correr, correr y correr. Como un demonio. Durante los años 70, los rally empezaron a popularizarse. En los 70, Renault ya tuvo un papel activo en el WRC, gracias a su unión con Alpine y su A110 1800. Debes recordar que en los primeros años no existía el mundial de pilotos y solamente competían las marcas, como equipo: Renault ganó el primer Mundial de Rallys con Jean-Luc Thérier como mejor piloto.

En los años siguientes, Renault perdió fuelle y otras marcas, especialmente Lancia, con su Stratos, y Fiat, con el 124 Spider y el 131 Abarth después, se convirtieron en protagonistas. Renault no podía estar fuera de la competición, por lo que tras la presentación del Renault 5, esta parecía ser la base perfecta para desarrollar un deportivo para correr en los rallys.

A partir de 1976 empezaron a surgir las primeras versiones deportivas del Renault 5, siempre basadas en el motor de 1.397 cc. El lanzamiento del Volkswagen Golf GTi y de otros pequeños utilitarios deportivos hicieron que la marca se pusiese las pilas en este apartado. Surgieron el Renault 5 Alpine, más conocidas en España como las versiones ‘Copa’.

Renault 5 Turbo: motor central, tracción trasera

No obstante, el éxito del Lancia Stratos y su motor central hizo que Renault investigase esa característica técnica y les debió gustar, ya que se decidió que el Renault 5 más salvaje contaría con motor central y tracción trasera. El objetivo era crear un coche ligero, rabioso, eficaz y de bajo coste. La base estaba clara y su desarrollo tuvo lugar en las instalaciones de Renault Alpine en Dieppe: el proyecto 822 arrancó con solamente cuatro ingenieros.

En un primer momento se sabía la disposición que se buscaba, aunque no estaba nada claro qué motor se iba a utilizar: ¿Un V6? demasiado pesado. ¿El dos litros del R20 TS? Demasiado grande. Así finalmente se decidió montar el mismo motor turbo del Renault 5 Alpine, aunque convenientemente modificado para aumentar su rendimiento desde los poco más de 100 CV originales a unos respetables 160 CV, especialmente destacables teniendo en cuenta los menos de 1.000 kg de peso.

Tras los primeros test, se modificó la suspensión, heredada en un principio del R5 Alpine, y se decidió rebajar el peso al máximo, utilizando materiales ligeros en muchos elementos del coche: puertas y capó de aluminio, o la fibra en varios elementos aerodinámicos, así como en las espectaculares aletas ensanchadas en 60 cm y que contaban con nuevas tomas de aire para refrigerar la mecánica.

En el Salón de París de 1978 se presentó la primera maqueta sin motor: el coche había sido diseñado por el genio Marcello Gandini, padre entre otros del Lamborghini Miura. El coche sorprendió: su aspecto no podía ser más espectacular y deportivo. Las grandes tomas de aire y el kit de ensanche le otorgaban una presencia y una mirada absolutamente brutal. En el Salón de Bruselas de 1980 se mostraba la versión final de producción. 

La fabricación empezó en mayo de 1980 en la fábrica de Alpine. El objetivo del coche era participar en el Grupo 4 de Rallys, por lo que rápidamente comenzó el plan para producir las 400 unidades que eran necesarias para la homologación. Su primera participación en un rally fue en el Tour de Corsé de 1980, donde tomaron parte hasta siete ejemplares. No obstante la primera victoria no llegaría hasta un año después, en el Rally de Montecarlo de 1981 con Jean Ragnotti a sus mandos. 

Aunque el Renault 5 Turbo fue un coche realmente popular en el mundo de los rallys, especialmente en los campeonatos locales, no tuvo grandes éxitos internacionales: por ejemplo, en el Mundial de Rally solamente obtuvo cuatro victorias, la cita en Montecarlo, dos más en el Tour de Corsé de 1982 y 1985, todas con Ragnotti al volante, y por última en el Rally de Portugal de 1986 con el local Joaquim Moutinho a sus mandos.

Pero como te decía, el Renault 5 Turbo sí tuvo mucha presencia en numerosos campeonatos de todo tipo, desde Rallys nacionales hasta otras competiciones como el rallycross o carreras sobre el hielo. En nuestro país, Genito Ortiz consiguió el Campeonato de España de Rally en 1983, mientras que en 1985 Guillermo Barreras lo lograría en tierra. Carlos Sainz consiguió el subcampeonato con un R5 Turbo en el 85 y el 86.

El Renault 5 Turbo y el Grupo B

Mucha gente piensa que el Renault 5 Turbo fue un coche específicamente creado para el añorado Grupo B, pero eso no es así. Para ese campeonato, Renault no terminó de estar completamente implicado y, especialmente, la ausencia de la tracción integral que sí contaban la mayoría de rivales, como el Lancia Delta HF Integrale, el Peugeot 205 T16 o el Audi Quattro, hizo que no obtuviese un palmarés demasiado espectacular, con solamente dos victorias (las ya citadas de Córcega y Portugal).

Para la homologación del coche para el Grupo B, Renault creó el R5 Turbo 2, una versión con un menor coste de fabricación pero que prescindía del aluminio en lugar del acero, algo que le hizo pesar unos 30 kg más que el ‘Turbo 1’. Aunque la auténtica bestia nacida para el Grupo B fue el Renault 5 Maxi Turbo, famoso por sus seis faros extra integrados en el salpicadero y por la sustitución del Turbo Garret T3 por uno del tipo T4/T3 soplando a 2,85 bares de presión y refrigerado por un intecooler de tipo aire/agua. Se tomó la base del chasis de acero pero se instaló una jaula de seguridad de aluminio, así como muchas piezas fabricadas en fibra de carbono y kevlar: con 905 kg y 350 CV es probablemente el Renault más salvaje jamás fabricado.

¡Y sí! Como bien sabes, la homologación del Grupo B era estricta: los 200 ejemplares antes citados. No obstante, como Renault ya había homologado el R5 Turbo 2, la FIA solamente obligó a homologar 25 coches de esta versión tan salvaje, modelos que a día de hoy son auténticas joyas.

Finalmente, la producción del Renault 5 Turbo superó por poco los 5.000 ejemplares, convirtiéndose en uno de los utilitarios deportivos más queridos por los fanáticos de la conducción más auténtica. El Renault 5 Turbo destacó por su relación peso potencia, aunque la ausencia de la tracción integral de muchos de sus rivales más directos hizo que en competición no lograse grandes títulos. No obstante, no hizo falta: el R5 Turbo, especialmente en nuestro país, es uno de los coches deportivos más queridos y admirados.