Cuando Colin McRae corrió en Le Mans

En 2004, la leyenda del rally aterrizó en la famosa prueba de resistencia francesa

Pese a la fama mundial de Colin McRae dentro del automovilismo y el mundo de los rallys, pensar en enfrentarse a la oscuridad de la recta de Mulsanne a más de 321 km/h debió de ser todo un reto para el conocido piloto. Las 24 Horas de Le Mans son toda una prueba en muchos aspectos.

Hubo muchas bromas al respecto en aquella edición. El pitlane se llenó de comentarios graciosos sobre McRae y sus intenciones en Le Mans. "Seguro que se aburrirá y buscará grava o hierba para conducir", dijo un piloto británico.

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Otros, como el antiguo piloto de rallys, Henri Pescarolo, alababa al maestro escocés. "Colin es inteligente, y verlo aquí es genial. Es como volver a los viejos tiempos, cuando un mismo piloto corría rallys, Fórmula 1, Le Mans..."

McRae es un piloto con todas las letras. Seguramente no ha salido de Gran Bretaña alguien igual desde el legendario Jim Clark, capaces de domesticar el asfalto en diferentes máquinas y la tierra y la hierba en otros tantos bólidos. Una estela que siguen, entre otros y sin ir más lejos, Fernando Alonso.

En cualquier caso, allí estuvo Top Gear, en el estreno del gran Colin McRae en la mejor carrera del planeta. Un diario que queda archivado para la posteridad y que, desde luego, es parte de la historia del motorsport.

Martes, 8 de junio | Preparación de la carrera

McRae acaba de llegar de Escocia a Le Mans, y lo ha hecho en su propio helicóptero. "Lo que gane este fin de semana no va a dar ni para el combustible", dijo encogiéndose de hombros el campeón mundial de rallyes. Pa' eso están, qué demonios.

"No estoy aquí por el dinero. Le Mans es una de las grandes carreras del mundo. Sin el WRC, quería ahcer cosas diferentes este año, como el Dakar. Es una de esas carreras que a todos los pilotos les encantaría correr".

En boxes se encuentra la máquina italiana con la que McRae se lanzará al Circuito de la Sarthe: un Ferrari 550 GTS de 600 CV de potencia y con una velocidad máxima de 338 km/h. Solía ser un coche de carretera que se puso hasta arriba para poder competir en esta prueba de la mano de Care Racing Team, dirigido por Prodrive; y con el apoyo de Ferrari.

Colin McRae firma algunos autógrafos en las 24 Horas de Le Mans.
Colin McRae firma algunos autógrafos en las 24 Horas de Le Mans.

¿El ingeniero de McRae? También un veterano de los rallys y con buenos augurios: David Wilcock. "Lo que busco es una victoria de clase. Es posible, aunque no será pan comido", dijo mientras ojeaba la parte trasera del Ferrari con sus ojos de ingeniero, mientras quién sabe lo que pasaba por su mente.

En el box había otro Cavallino Rampante, concretamente un Ferrari 575 Maranello. Se trataba de la versión más moderna y parecida a lo que McRae iba a conducir, y el británico estaba deseoso de ponerse al volante y sumar todos los kilómetros posibles sobre la pista.

Es un coche espartano, mezquino, duro. Una máquina como las que hacía antes Ferrari, con una gran carrocería y una mecánica sensacional. Lujos, los justos. McRae se lanzó al asfalto con él, acariciando las levas del cambio y haciendo chirriar los neumáticos Bridgestone. A correr.

Sábado, 12 de junio | Comienza el baile en Le Mans

Ferrari 550 de Colin McRae en las 24 Horas de Le Mans.
Ferrari 550 de Colin McRae en las 24 Horas de Le Mans.

Después de algunos test, dos sesiones de práctica (incluyendo una por la noche) y de una espera eterna, se avecinaba el momento. McRae estaba relajado. Jugó al fútbol salía a correr, conversaba con miembros del equipo... Pero todo eso cambió. Ahora llegaba el momento de la verdad.

"Entré sobre las 9:30 [al circuito], lo que me parece muy pronto para el inicio de una carrera que empieza a las 16:00, pero el tráfico hubiese sido peor si llegamos a ir más tarde. He estado tratando de relajarme un poco, pero no hay demasiado tiempo para ello", afirmó nervioso.

Sobre las 14:00, Colin McRae se una al desfile de bólidos descapotables con todos los pilotos. "Debe haber al menos 200.000 aficionados aquí. Solo se escuchan gritos alrededor de la pista. Esto es asombroso", afirmó emocionado.

A las 16:00 da comienzo la carrera. Aún no es el turno de McRae. Primero van Rickard Rydell y Darren Turner, con sendas tandas de dos horas cada uno.

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"No voy a pilotar hasta las 19:30 aproximadamente, así que después de la salida intentaré descansar un poco, luego me daré un masaje y comeré algo". No os dejéis engañar, porque la vida del piloto es muy dura. Esto son minucias físicas, cuando es la mente la que ya está a 10.000 rpm.

El escocés muestra mucho interés en el desarrollo de la carrera. Se sienta en el box con la radio puesta y atento a lo que hace Rydell en su coche. En solo dos vueltas, será su turno. Ya está con el mono puesto y el casco junto a su brazo.

"Darren hizo un gran comienzo para adelantar a los Chevrolet Corvette, pero desafortunadamente la parada en boxes no fue muy buena y ahora están de nuevo por delante en GTS. Pero aún estamos cerca", afirmó.

El Ferrari rosso corsa avanza lentamente por el pitlane, lleno de insectos y trozos de goma que impregnan la carrocería. Todo irradia calor, y entonces para en frente del box. Rydell sale del coche y McRae se mete dentro de ese gran sol esperando a que termine el repostaje y la labor de los mecánicos.

El piloto de rallys sale raudo y veloz (con el limitador puesto, claro) hacia la carrera. Al poco tiempo, llega un mensaje de radio: McRae ha hecho un trompo en la curva de Mulsanne. Y lo peor de todo es que ha quemado el embrague del coche. Las caras en el garaje de Ferrari se descuadran.

Parada en boxes del Ferrari 550 de Colin McRae en las 24 Horas de Le Mans.
Parada en boxes del Ferrari 550 de Colin McRae en las 24 Horas de Le Mans.

"Me aparté de la trazada por un prototipo en la curva de Mulsanne, y al subir la chicane el coche se giró. Fue algo leve, pero traté de recuperarlo. Es algo que debes hacer con cuidado y progresivamente. Fue cuando el embrague comenzó a patinar. Me siento fatal por Darren y Rickard, hemos perdido 8 vueltas", dijo entristecido.

McRae no puede dormir. Su primer stint ha sido emocionante, pero no en el buen sentido. No está de humor para echar una cabezada, y habla sobre la pista que lo ha hecho prisionero.

"Voy al máximo pasando el bar Hunaudieres. Hay gente y luces por todo Mulsanne, y busco las cabañas de las referencias de frenada. Estos coches frenan mucho mejor de lo que te esperas, las barreras son muy altas, todo pasa muy rápido..."

"Es una zona crítica, al igual que Indianápolis y las curvas Porsche. Rápidas y técnicas. Allí fue donde Mark Webber voló hace unos años. Y ninguna barrera te va a salvar cuando eso pase. No hay accidentes pequeños a más de 300 km/h", dijo analizando la situación.

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Pero McRae se olvidó de un factor fundamental en su preparación: los adelantamientos de doblados. El mismísimo Johnny Herbert, que venció en Le Mans años atrás con el Mazda 787b de motor rotativo, le proporcionó algunos consejos. "En nuestra clase GTS, nos adelantarán y adelantaremos mucho. Pero mi consejo es que mantengas tu trazada y que ellos te pasen. Sobre todo de noche".

Rydell está inmerso en un turno doble hasta media noche, y entonces, McRae volverá a la acción. Deberá conducir durante tres horas, en un momento en el que el cuerpo se rinde a la oscuridad con facilidad. Ha comido pasta y otro buen surtido de alimentos, pero Le Mans es extenuante.

"No me preocupa quedarme dormido. La adrenalina se bombea demasiado fuerte por todo el cuerpo como para eso. Aún así, el médico me ha dado una pastilla de cafeína, y estoy muy enchufado".

Domingo, 13 de junio. Medianoche | Solo hay oscuridad

Colin McRae en las 24 Horas de Le Mans.
Colin McRae en las 24 Horas de Le Mans.

McRae ha vuelto a pista, decidido a encontrarse consigo mismo en el asfalto de Le Mans. Rydell ha recuperado algo de tiempo, y el británico pronto encuentra un buen ritmo. Los principales rivales son los Chevrolet Corvette. En mitad de la noche, McRae se encuentra con uno de ellos, y decide jugársela.

"Sé que esta es una carrera de 24 horas, pero sigue siendo una carrera. Le pasé y lo mantuve a raya durante una hora. Fue muy emocionante correr entre tanto tráfico", dijo.

Después de una hora de batalla, finalmente el Chevrolet adelantó a McRae, pero el escocés está satisfecho. Sin embargo, todo ello se evapora cuando vuelve a cometer un error. En una curva, vuelve a hacer trompear al Ferrari siguiendo la estela de otro bólido. Los neumáticos quedan para el arrastre tras el bloqueo de frenos.

"Las cosas pasan mucho más rápido de noche", explicó. Pero ahora, su orgullo está herido. Pero así son las carreras. Están llenas de momentos espectaculares y decisiones rápidas que hay que tomar sobre el asfalto, rodeado de coches o en situaciones realmente estresantes.

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A las 4:00 de la mañana, McRae vuelve a boxes. Hace 22 horas que no ha dormido, y acaba de conducir durante cuatro de las últimas siete horas a un ritmo demencial.

"Esta es una de las cosas más difíciles que he hecho en un coche. ¡Y la más incómoda! Soy más alto que los otros dos pilotos, por lo que mi posición de conducción me da un ángulo en las piernas que me ha producido un dolor de espalda bastante fuerte", sentenció visiblemente cansado.

Nada de dormir. Es hora de fisioterapia. Incluso con la preocupación de que deba abandonar la carrera. Los asientos de los coches de Le Mans se ajustan a una medidas que puedan complacer lo máximo posible a todos los pilotos. Si de tres pilotos eres el más alto, tienes un problema.

Colin McRae en las 24 Horas de Le Mans.
Colin McRae en las 24 Horas de Le Mans.

"Esta no es mi disciplina, así que debo estar mucho más concentrado que los demás. No puedo relajarme ni en las rectas. Esto te pone al límite", dijo mientras recibía diversos masajes para calmar su dolor. Después, ya fue momento de dormir. Hasta la hora del desayuno al menos, cuando deberá volver a la acción.

Dormir en Le Mans no es tarea sencilla. Hay mucho ruido, el aislamiento no es el mejor, hace frío... Aunque los pilotos duermen mejor que muchos mecánicos, a quiénes les toca conseguir una buena posición en sillas de playa prácticamente.

Las cosas se complican con el coche mientras McRae duerme. Su caja de cambios vuelve a fallar, pero se arregla y muy pronto el ritmo comienza a estar de nuevo a la altura de lo esperado. Cuando el campeón de rallys despierta, todo va sobre ruedas (literalmente).

McRae toma un desayuno rápido pero está preocupado. Sus piernas, después de toda una noche de calambres, no aguantan más. Solicita analgésicos para poder volver a correr. Aún no hay seguridad de que el hombre de acero de los rallys tenga lo necesario para sobrevivir a Le Mans.

Aunque al menos, cuando es consistente, también es rápido. Solo se encontró con su mejor tiempo a apenas 2 segundos de la mejor marca de GTS. No está anda mal para no ser su categoría, desde luego.

Domingo, 14 de junio. Por la mañana | Lecciones vitales bien aprendidas

Colin McRae en las 24 Horas de Le Mans.
Colin McRae en las 24 Horas de Le Mans.

"Los analgésicos funcionaron genial. Hubiese sido horrible decepcionar al equipo en una etapa tan crucial". Crucial muy entre comillas, porque el coche comienza a sufrir de nuevo problemas mecánicos y se encuentra tercero en su clase.

McRae ha aprendido algo valioso en estas horas: no hay que arriesgar nada cuando el final de la carrera está cerca. Opta por evitar a otros coches y minimiza al máximo todos los riesgos sobre la pista. Aunque el equipo se asegura de que el stint de McRae sea breve, debido a su estado físico y el de sus piernas.

A las 10:00, el piloto vuelve a boxes. Se da una buena ducha, desayuna algo, llama su casa para hablar con su esposa... Cosas de pilotos de resistencia, ya sabéis. A las 12:00 vuelve a ser turno de subirse al coche, y encara el evento con fuerzas renovadas.

Marca buenos tiempos y preserva su tercera posición, saboreando esas últimas vueltas en el Circuito de la Sarthe, disfrutando de esta maravillosa experiencia que es correr en las 24 Horas de Le Mans. Y entonces, el equipo le llama a boxes de nuevo.

"Fue una sensación de anticlímax, la verdad, cuando me llamaron para entrar a boxes", reconoció el británico. Si fuese por ellos, correrían las 24 horas sin ningún problema y sin pisar boxes ni una sola vez.

A las 16:00, McRae y Darren estaban en el muro del pitlane para ver cruzar la meta a Rickard con su podio. Un resultado genial, teniendo en cuenta todas las dificultades sufridas. El podio casi se siente como una victoria, aunque los Corvette se hayan llevado la copa de verdad.

Colin McRae tardó una semana en recuperarse físicamente de sus primeras 24 Horas de Le Mans. Esta prueba es sencillamente brutal.

"Este tipo de cosas pueden volverse adictivas. Conducir un coche de rally es más divertido, pero esto es Le Mans. ¿Lo volvería a hacer? Si tuviese la oportunidad, yo creo que sí", sentenció.