Leyendas de Le Mans #8: Mercedes-Benz C9, el más rápido de la historia

Un récord de velocidad disputado con Peugeot que pone a ambos fabricantes en la cima de Le Mans.

Durante la década de 1980, las 24 Horas de Le Mans estuvieron dominadas por el Porsche 956L durante cuatro ediciones seguidas. En 1986 nació el famoso Grupo C de prototipos, y los de Stuttgart consiguieron dos victorias más hasta 1987, cuando Jaguar y Mercedes-Benz acabaron con su racha. Hoy, recordamos la historia de uno de los dos contendientes: el Sauber Mercedes C9.

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Este bólido fue introducido en 1987 como una extensión de la estrecha colaboración entre Sauber y Mercedes-Benz como proveedor de motores para el mundial. En 1988 se fundó oficialmente el equipo Sauber-Mercedes, y el éxito no tardó en llegar.

Una verdadera bestia durante el apogeo del Grupo C

Dos de los Sauber Mercedes C9, liderando en Le Mans por delante de los Jaguar.
Dos de los Sauber Mercedes C9, liderando en Le Mans por delante de los Jaguar.

Mercedes

La vida del Mercedes C9 no fue muy extensa, ya que rápidamente fue sustituido en 1990 por el Mercedes-Benz C11. Contó con un motor M119 V8 turboalimentado de 5,0 litros construido en aluminio y titanio que generó una potencia de 720 CV a 7.000 rpm.

Durante la temporada 1988, el Mercedes C9 obtuvo la victoria en cinco carreras del campeonato y acabó en segundo lugar en la general, por detrás de TWR Jaguar con su Jaguar XJR-9LM. Le Mans se resistió aquel año debido a serios problemas con los neumáticos Michelin, que forzaron a los alemanes a última hora a no participar en el evento.

En 1989, el equipo Sauber-Mercedes se presentó con tres coches en la parrilla. Como curiosidad, fue la última edición en la que se corrió sin las dos chicanes en la recta de Mulsanne, lo que explica el récord de velocidad obtenido por los alemanes en aquella ocasión.

Sauber Mercedes C9 bajo el puente Dunlop.
Sauber Mercedes C9 bajo el puente Dunlop.

Mercedes

El Mercedes C9 #63 pilotado por Jochen Mass, Manuel Reuter y Stanley Dickens se alzó con la victoria tras 389 vueltas, seguidos del Mercedes C9 #61 de Mauro Baldi, Kenny Acheson y Giafranco Brancatelli, con 384 vueltas.

Fue en aquel entonces cuando una de las flechas plateadas alcanzó en Mulsanne los 407 km/h, la misma velocidad que obtuvo también el WM P88 Peugeot justo un año antes (pese a sus graves problemas de fiabilidad), por lo que se considera a ambos como los coches más rápidos de la historia en Le Mans.

Sin embargo, son cifras que seguramente fuesen superiores, ya que la tecnología de medición de la época no era del todo fiable. Ni a nivel de velocidad ni de potencia, ya que no son pocos los testimonios que aseguran que la modificación de la presión en los sistemas turbo llegó a hacer sobrepasar a algunos Grupo C ampliamente los 800 CV de potencia.

Un doblete y la segunda victoria de Mercedes

El doblete en las 24 Horas de Le Mans de 1989 supuso la segunda y última victoria del fabricante alemán en el Circuito de la Sarthe, tras el triunfo en 1952 de Hermann Lang y Fritz Riess al volante de un Mercedes-Benz 300 SL.

Esto pone a la marca bávara al nivel de Lorraine-Dietrich y Bugatti, con dos victorias cada una. El sucesor del Sauber Mercedes C9 fue el Mercedes-Benz C11, con un motor V8 a 90º biturbo de 5,0 litros que terminó ganando el Mundial de Resistencia en 1990 a nivel de fabricante y con Jean-Louis Schlesser y Mauro Baldi como campeones de pilotos.

Sin embargo, en 1990 las 24 Horas de Le Mans no formaron parte del campeonato, y Mercedes no revalidó su título en aquel curso para centrarse en la competición general, pese a que la victoria hubiese sido más que probable.