Leyendas de Le Mans #2: el Alfa Romeo 8C 2300, semilla de Ferrari

Alfa Romeo 8C 2300 Monza de Carrozzeria Touring, 1932.

Cuatro victorias consecutivas en Le Mans para Alfa Romeo

Tras el primer artículo de Leyendas de Le Mans con el Mazda 787b, nos vamos al pasado para rememorar a las viejas glorias de 8 cilindros en línea. Concretamente, hoy es el turno del Alfa Romeo 8C 2300, el original que dio vida muchas décadas después al que conocemos hoy en día (aunque se vea más bien poco en las calles).

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Con este Alfa Romeo comenzó una época en la que la competición cogería más y más importancia en Europa, y concretamente en Italia. Un coche que vería nacer a la Scuderia Ferrari y que acabaría trasladándose a los Grandes Premios de aquella lejana Fórmula 1, que ni si quiera se llamaba como tal. Esta es su historia.

Alfa Romeo 8C: un coche para ricos que acabó ensuciándose en los circuitos

La piloto Hellè Nice, junto a un Alfa Romeo 8C 2300 en Monza.
La piloto Hellè Nice, junto a un Alfa Romeo 8C 2300 en Monza.

Alfa Romeo

El nuevo motor de 8 cilindros en línea dio nombre a toda una generación de coches deportivos y de competición de Alfa Romeo en los años 30'. Concretamente, el Alfa Romeo 8C original se fabricó entre 1931 y 1939, con carrocerías construidas a gusto de los clientes por grandes de la época, como Zagato, Carrozzeria Touring, Carrozzeria Castagna, Pininfarina o Brianza.

Aunque muchos aristócratas, como Maud Thyssen, fueron propietarios de versiones de calle, otros las pilotaron en circuitos de toda Europa cosechando multitud de éxitos. Su primera victoria, llegó de hecho en 1932 durante la Mille Miglia. Una carrera de resistencia de más de 1.600 kilómetros cuyo podio estuvo formado por tres Alfa Romeo (dos 8C 2300 y un Alfa Romeo 6C 1750 Testa Fissa Spider Zagato).

Pese a las muchas victorias en grandes premios y carreras como la Targa Florio, muchas miradas de la época se posaron en las 24 Horas de Le Mans, donde Bentley había ganado cinco de las ocho primeras ediciones hasta 1931.

Alfa Romeo se propuso adaptar el 8C para la carrera francesa, y se puso manos a la obra para luchar en 1931 por una victoria. Lo que no se imaginaron, es que vendrían varias más después.

La sorpresa del Alfa Romeo 8C 2300 Tipo Le Mans

En aquel año, el coche con el motor de 8 cilindros en línea DOHC (con 2 válvulas por cilindro) y 2,3 litros se bautizó como Alfa Romeo 8C 2300 Tipo Le Mans, y se alzó con una primera victoria gracias a los pilotos Earl Howe y Tim Birkin. Tuvo una potencia de 155 CV a 5.200 rpm, un peso de 1.000 kg y alcanzaba una velocidad máxima de 200 km/h.

Su estructura fue realmente diferente al modelo de calle, con un chasis más largo y dos asientos traseros que fueron necesarios para la homologación de aquel momento en Le Mans, debido a las normativas que estaban pensadas para coches de calle.

Contó con un alargado capó que acababa en una gran rejilla para la refrigeración del motor. El eje y dirección delantera sobresalían de ese morro, y las ruedas tanto delanteras como traseras estaban protegidas por guardabarros. Realmente, todo un coche de época, aunque diferente a los modelos de Bentley o Lorraine-Dietrich B3-6 Le Mans que se habían visto antes.

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Sin embargo, el coche no consiguió solo un triunfo. En 1932 volvió a vencer con Raymond Sommer y Luigi Chinetti, así como en 1933 con Sommer de nuevo y Tazio Nuvolari y en 1934 con Chinetti y Philippe Étancelin. Cuatro victorias consecutivas que forjaron la leyenda italiana en las carreras.

Del Alfa Romeo 8C solo se produjeron un total de nueve unidades que actualmente pueden superar sin problemas los 5 millones de euros de precio. También se pueden encontrar unidades de otras clases por un precio similar que compitieron en Indianápolis o bajo el paraguas de la Scuderia Ferrari en los albores de la marca de Maranello.

Crisis, abandono de Alfa Romeo y el nacimiento de Ferrari

En 1933, el motor del Alfa Romeo 8C impulsó a los primeros monoplazas de la época, como el Alfa Romeo P3 Monoposto Tipo B con sobrealimentador Roots, 216 CV de potencia y un 0 a 100 km/h de unos 7 segundos en óptimas condiciones.  Un bólido que fue de los pioneros en correr Grandes Premios bajo la estructura de la Scuderia Ferrari.

Recordamos la vida de Enzo Ferrari

Enzo Ferrari apostó fuerte por las carreras en aquellos años, y la crisis económica hizo que Alfa Romeo desapareciese de los circuitos de forma oficial. Fue Ferrari, sin embargo, quién continuó usando diversos tipos de monoposto y los propios Alfa Romeo 8C tanto en Grandes Premios como en carreras de importancia, tales como las 500 Millas de Indianápolis.

Actualmente, existen todavía algunas versiones originales en el mercado que rondan los 3,5 millones de euros y son toda una reliquia de la historia de la automoción y de aquella primigenia F1.

El Alfa Romeo 8C en la actualidad

Alfa Romeo 8C

Alfa Romeo

Como homenaje a aquel victorioso coche, Alfa Romeo comercializó uno de sus deportivos más bellos entre 2007 y 2010: el Alfa Romeo 8C Competizione, con un total de 1.000 unidades producidas. Se trató de un coche con motor central-delantero F136 Ferrari V8 a 90º atmosférico de 4,7 litros que produjo 450 CV y 471 Nm de par máximo.

Dada su configuración de chasis y carrocería, su peso fue de solo 1.585 kg, con lo que obtuvo cifras realmente buenas de rendimiento: un 0 a 100 km/h en 4,2 segundos y 292 km/h de velocidad máxima. Toda una joya de largo capó inspirada en los viejos tiempos y perfecta para respirar algo de historia.