Enzo Ferrari nació en Módena, Italia, el 18 de febrero de 1898. Gozó de una larga (y difícil) vida hasta los 90 años, una vida que empleó en una de las marcas más importantes del planeta: Ferrari.

Enzo comenzó a trabajar muy joven en la empresa CMN, en Milán, tras no ser admitido en Fiat. Su desmedida pasión por la mecánica y las carreras lo llevaron a comprar un Alfa Romeo de segunda mano, y la marca lo acabó invitando a trabajar y competir con ellos.

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Desde luego, no fue el mejor piloto de los años 20. Años difíciles para el automovilismo deportivo. Enzo perdió a su piloto, Ugo Sivocci, en Monza, cuando decidió formar un equipo y correr en el famoso circuito italiano. Un golpe duro a nivel psicológico, como el que sufrieron todos y sufrirán en el futuro cada vez que se pierda a un piloto.

Aquel coche creado de la nada, el P1, fue modificado junto al ingeniero de Fiat Vittorio Jano. El renovado P2 sí conoció la victoria, con el legendario Antonio Ascari al volante. Todo devino en Enzo Ferrari como la persona al frente de la división de competición de Alfa Romeo, y la bautizó como Scuderia Ferrari.

La Segunda Guerra Mundial se llevó por delante a todo lo relacionado con los coches. Ferrari se separó del camino del Alfa Romeo y trabajó para el gobierno de Mussolini en aviación. Pero la guerra acabó. La fábrica de Ferrari en Maranello se reconstruyó tras los bombardeos, y en 1946 se empezó a diseñar el primer Ferrari de la historia.

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Nació el Ferrari 125, que compitió por primera vez en Piacenza y tras ir en cabeza y a unas pocas vueltas para el final, sufrió un problema mecánico que lo hizo abandonar. El famoso "fracaso prometedor", como le describió Enzo.

Pero Ferrari comenzó a vencer por donde pasaba. Una y otra vez, y en la década de los años 60 llegó la primera gran guerra de la marca: contra Ford. La compañía de Henry Ford quiso adquirir Ferrari, que pasaba por momentos financieros apurados, y Enzo se burló de los directivos estadounidenses para, finalmente, vender más de la mitad de las acciones de Ferrari a Fiat.

Sin embargo, se forjó una de las historias más famosas del motorsport, porque por primera vez Ferrari fue humillada. Ford demostró que podía ganar Le Mans con su GT40, y lo hizo en cuatro ocasiones seguidas desde 1966 hasta 1969 con la ayuda de Carroll Shelby.

A nivel de competición, la marca siguió siendo independiente, y en varias décadas se alzó con 15 títulos de constructores del Campeonato Mundial de Sport Prototipos, 9 victorias en las 24 horas de Le Mans, 5 victorias en las 24 horas de Daytona, 12 victorias en las 12 horas de Sebring, 7 victorias en la Targa Florio y multitud de mundiales de Fórmula 1.

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En definitiva: Enzo Ferrari creó una marca, pero sobre todo el equipo de carreras más laureado de la historia. Ello acompañado de los coches deportivos más exquisitos del mundo, muchas veces gracias a colaboraciones con empresas de diseño como Pininfarina.

Fueron muchos los bólidos supervisados por Enzo Ferrari, construidos a mano y con un volumen de producción alejado del modelo de "fabricantes de lavadoras" que alguna vez criticó Enzo en referencias a marcas, sobre todo, norteamericanas.

No vamos a repasar todos los modelos de Ferrari, porque da para un reportaje entero. Sin embargo, cabe mencionar tres triunfos icónicos: el primero, el Ferrari 250 GTO de 1962. Un coche de carreras diseñado por Sergio Scaglietti y Giotto Bizzarrini y que actualmente es el coche más caro del mundo, rozando los 50 millones de euros y con solo 36 unidades fabricadas.

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Por otro lado, el Ferrari F40. La suma importancia de este coche viene dada por ser el último deportivo de la marca cuyo diseño fue supervisado por Enzo Ferrari antes de su fallecimiento en 1988, y un homenaje al 40 aniversario de la fundación de la compañía. Un coche con un diseño único e irrepetible. Una máquina de carreras legal para la calle y que se produjo hasta 1992 con un total de 1.315 unidades.

Y finalmente, el Ferrari Enzo. El último homenaje al fundador y una continuación de la línea de deportivos marcada por el Ferrari 288 GTO, el F40 y el F50. Solo se fabricaron 400 unidades con muchas especificaciones traídas de la F1.

Muchos años, muchos coches, carreras, triunfos... Una vida complicada a nivel personal pero que dejó huella en la automoción para siempre. Ferrari es parte de la historia, y ojalá que lo siga siendo para siempre. Ese es el mejor deseo posible en el cumpleaños del gran Enzo Ferrari.