Daikoku Futo es uno de los enclaves más famosos del mundo de los coches japoneses y personalizados, que ha traspasado fronteras con los años y que recibe actualmente a visitantes de todas las nacionalidades. No es un museo ni un lugar de carreras. Es simplemente un aparcamiento, pero uno enormemente especial.

Daikoku es un área de descanso ubicada en medio de multitud de puentes circulares que sostienen a algunas autopistas de peaje que atraviesan la bahía de Tokio. De hecho, Daikoku se encuentra enmarcada dentro del conjunto de rutas que conforman la famosa Wangan.

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Un lugar que ha presenciado algunas de las mayores carreras callejeras del mundo de los coches deportivos y que vio nacer a grupos tan icónicos como el Midnight Club a través de la autopista Shuto.

Por ello, Daikoku se ha visto siempre como un enclave estratégico para corredores y aficionados de todo tipo. Está a unos 45 minutos de Tokio, cerca de Yokohama y sobre una isla artificial que cuenta únicamente con tres puentes para entrar o salir.

La única forma viable de acceder al aparcamiento es en coche, y durante los viernes y sábados por la noche, el enclave se llena de verdaderas joyas. Desde los coches clásicos de la cultura JDM hasta coches americanos o europeos de todo tipo.

Sin embargo, lo realmente extraño para los forasteros es el ver coches tan icónicos como los Nissan Skyline GT-R, los Mazda RX-7, Toyota Supra, Mitsubishi Lancer EVO o las antiguas generaciones de Honda Civic en tan buenas condiciones. Verdaderos unicornios en nuestro viejo continente.

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Tampoco es raro ver coches de lujo de marcas como Ferrari, Lamborghini o McLaren, e incluso preparaciones especiales de eminencias como Akira Nakai con sus Porsche 911 RAUH-Welt Begriff o bólidos concebidos por el gran Smokey Nagata en su taller de alto rendimiento, Top Secret.

Realmente se trata de casi un Salón del Automóvil urbano, al que acuden muchos preparadores y piezas de coleccionista. Incluso de estilos tan bizarros como los Bosozoku a los que perteneció Shinichi Moroshi.

Las furgonetas de sonido suelen agolparse también en la zona, ofreciendo música desde enormes sistemas de audio a los asistentes, mientras charlan y se conocen entre ellos al admirar las máquinas aparcadas.

Se trata de un lugar de parada obligatoria si eres un amante del automóvil, aunque las cosas ya no están tan 'calientes' como antes, debido a la lucha que mantienen la autoridades japonesas contra los coches modificados y de alto rendimiento. 

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Sin embargo, el enclave sigue siendo el punto neurálgico de este mundillo en aquel territorio, y cuenta con multitud de restaurantes y tiendas en los alrededores para que no falte absolutamente de nada. ¡Alquilar un buen deportivo clásico y asistir allí una noche es toda una experiencia que no vas a olvidar jamás!