El Bugatti Bolide es uno de los hiperdeportivos más extremos del planeta. Quizá el más radical de los que solo pueden usarse en circuito, gracias a sus 1.600 CV de potencia y solo 1.450 kg de peso. Y para controlar a semejante bestia, Brembo ha fabricado unos de los mejores frenos de la historia.

Estos son los secretos del chasis monocasco de fibra de carbono del Bugatti Bolide

Los ingenieros de la casa de rojo trabajaron junto a Bugatti de forma intensa para crear un sistema adecuado para el coche deportivo. Y tras dos años de pruebas, estos frenos carbono-carbono derivados de la tecnología de los hypercars de Le Mans o de la Fórmula 1 ya se han implementado en el bólido.

Frenos puros de carbono con pinzas de aluminio y níquel

Resulta que los discos de freno de carbono delanteros del Bugatti Bolide son los más grandes que ha fabricado jamás Brembo, con unas medidas de 390x37,5 mm. Además, se combinan con pastillas de alto rendimiento de 25 mm y pinzas monobloque de 8 pistones mecanizadas en aleación de aluminio y recubiertas de níquel.

En el eje trasero, se han colocado dos pinzas monobloque de 6 pistones construidas con los mismos materiales, pastillas de 24,5 mm y discos de carbono de 390x34 mm. Exactamente las mismas medidas que los hypercars LMDh del Campeonato Mundial de Resistencia (WEC).

"Desarrollar el sistema de frenos del Bugatti Bolide ha sido un desafío único y muy emocionante para la división de alto rendimiento de Brembo, y estamos muy orgullosos de lo que hemos conseguido", aseguró Mario Almondo, director de operaciones de Brembo Performance.

¡Así es el interior de carreras del nuevo Bugatti Bolide!

"La pinza delantera es, en mi opinión, una auténtica obra maestra de la ingeniería. Es la más grande que jamás hemos instalado en un coche de carreras. Se utilizan compuestos de carbono similares a los de la Fórmula 1, lo que nos ha permitido que a pesar del tamaño y potencia del Bolide, hayamos podido producir el diseño más ligero posible", añadió el directivo.

Cada disco del Bugatti Bolide pesa 3,175 kg. Un dato fundamental para los mantenimientos, ya que los discos carbonocerámicos o de carbono se cambian dependiendo de la pérdida de peso en la báscula y del tamaño de las grietas que generan (amén de otros factores).

Y por supuesto, Bugatti tuvo que acercar posiciones con Brembo para diseñar un sistema de refrigeración de frenos a la altura de las demandas de los italianos. Entre un 85 y un 90% del aire canalizado a las ruedas va a parar a los discos y las pastillas.

Próximamente, Bugatti entregará las primeras unidades del vehículo con los ajustes finales que está realizando en circuitos como el Autódromo de Imola, en Italia. Un enclave donde sometieron al coche recientemente a un duro test bajo condiciones de lluvia extrema para ajustar diferentes sistemas como el control de tracción, ABS o el uso de neumáticos de mojado.