Las cifras más espectaculares de la Autostadt: visitamos el universo Volkswagen

La Autostadt es, en rasgos generales, un parque de atracciones para adultos. Bueno, para adultos que sueñen con el universo Volkswagen, en particular, o con los coches en general. Porque si visitas este lugar, situado en Wolfsburg (Alemania), además de encontrarte con la fábrica (una de ellas) y los cuarteles generales del Grupo Volkswagen, podrás empaparte de buena parte de la historia del automóvil y de todo lo que le rodea.

Es, como su propio nombre alemán indica, una ciudad del automóvil. Y créeme, tras haber visitado varias sedes automovilísticas en el mundo, te aseguro que no hay nada igual. La Autostadt abarca una extensión de 28 hectáreas. Sí, eso es, aproximadamente, el equivalente a 28 campos de fútbol y solo la fábrica de Volkswagen -de la que sale un coche cada 6 segundos, más o menos- tiene una extensión de 5 km de largo y 2 km de ancho.

Es lógico, claro, si tenemos en cuenta que aquí trabajan en torno a 60.000 personas. Para que te hagas una idea, la ciudad castellanoleonesa de Palencia no llega a 80.000 habitantes. ¡Realmente sorprendente! Sin embargo, lo mejor es todo lo que se ofrece allí. ¿Estás preparado?
Autostadt: haciendo honor a su nombre
Con cientos de actividades disponibles, mi recomendación es que si te decides a visitar la Autostadt, reserves por lo menos un día entero para poder detenerte a observar todo con calma y tranquilidad. En serio, merece la pena hacerlo... Porque Volkswagen y el resto de marcas del grupo te permitirán sumergirte a fondo en su historia.
Así, por ejemplo, puedes subir hasta la cima de las famosas torres -¡no apto para gente con vértigo!-, una especie de 'unidad de neonatos' donde durante 24 horas esperan los coches nuevos a sus emocionados padres. Sí, es posible ir a recoger tu coche a Wolfsburg, que te estará esperando en una de las dos torres.

Miden 40 metros de altura y cada una de ellas tiene capacidad para 400 coches; es decir, al día, puede entregarse hasta 800 vehículos, aunque la media está en 500. Si subir a ellas no va contigo, entonces simplemente puedes asomarte al interior del edificio y ver el funcionamiento de las plataformas, que suben y bajan coches con un ritmo hipnotizante. ¡Aquí tienes un ejemplo!
Por supuesto, también puedes pasear por los pabellones de cada marca, cada uno de ellos caracterizados por la filosofía que les representa. Audi, Lamborghini, Porsche, Seat, Skoda y por supuesto, Volkswagen, abren las puertas de su historia a todos y cada uno de los visitantes, mostrando algunos de sus modelos más significativos.

Así, por ejemplo, en la Autostadt es posible conocer desde los secretos de un Volkswagen Arteon, pasando por los vehículos comerciales, hasta los de un Bugatti Veyron. ¿Qué más se puede pedir?
El museo ZeitHaus, la joya de la corona
¿Hay algo mejor que un museo de coches? Sí, un museo multimarca y precisamente, eso es lo que es el ZeitHaus, 'la casa del tiempo', en la que puedes ver algunos de los coches más increíbles que han marcado la historia a lo largo de los años, tales como el Bugatti Type 57 SC Atlantic o el Lamborghini Countach.

También hay otros que soñamos conducir, como el Audi Sport Quattro, el Jaguar E-Type o el mismísimo Cadillac Eldorado. Pero ahí no acaba: el primer y el último Volkswagen Beetle fabricados, el DeLorean o incluso el Saab 99, el primer coche con asientos calefactables. Es decir, protagonistas de excepción de valor incalculable, económico pero sobre todo, sentimental.

¿Aún te quedan ganas de más?
Restaurantes, jardines, festivales de música en verano, un inmenso lago en el que navegar a bordo de un pequeño barco, hinchables para los más pequeños de la casa, paseos en Beetle eléctrico (también para los menos pequeños) o incluso circuitos de pruebas de conducción para adultos que quieran probar las últimas novedades de Volkswagen forman parte también de las instalaciones.

A principios de 2019, cerca de 40 millones de personas habían visitado la Autostadt desde su apertura en el año 2000. Tanta gente no puede estar equivocada: esta experiencia será difícil de olvidar.
Crédito foto de apertura: Schulz, Marc-Oliver