El Opel Astra GSi fue uno de los compactos deportivos más icónicos de los años 90 y su concepto se ha resucitado, en cierto modo, con el Opel Astra GSe. Ahora bien, ambos modelos están separados por más de 20 años y las cosas han cambiado mucho, así que los hemos puesto cara a cara.

Texto original de Peter Rawlins

Tenemos a nuestra disposición dos coches muy diferentes. A la derecha tenemos la tercera generación del Astra GSi, el héroe del los compactos de Opel de los años noventa y uno que, seguramente, tocará la fibra sensible de todos los jóvenes corredores de esa época. Mientras tanto, a la izquierda tenemos el Astra GSe de octava generación.

Este último es el primer coche que lleva la nueva submarca de alto rendimiento de Opel y un claro guiño a sus rápidos compactos de antaño. Para tu información, GS significa "grand sport", la i denota "inyección"; y la e, "eléctrico".

Háblame más del viejo

En el Reino Unido, los primeros GSi estaban propulsados por un motor 2.0 de 8 válvulas y, más tarde, se introdujeron motores 1.8 y 2.0 de 16 válvulas. Este es el último, con 150 CV y 169 Nm de par, enviados a las ruedas delanteras a través de una caja de cambios de 5 velocidades. 

De cero a 96 km/h necesitarás unos 9,5 segundos, lo cual no es especialmente rápido. Además, la velocidad máxima es de 196 km/h, pero esta variante ofrecía un refinamiento y una seguridad mucho mejores que los GTE predecesores, gracias a su suspensión delantera MacPherson y al control de tracción electrónico.

¿De qué trata el GSe?

Del futuro, aparentemente. Tiene un motor turbo de cuatro cilindros y 1,6 litros y un motor eléctrico, generando ambos una potencia combinada de 225 CV y 360 Nm de par. Esa potencia adicional le permite acelerar de 0 a 100 km/h en 7,5 segundos y alcanzar una velocidad máxima de 235 km/h. 

Además de tener una apariencia ligeramente más deportiva que el Opel Astra estándar, tiene una dirección recalibrada, una postura de conducción 10 mm más baja y una configuración de suspensión única. Además, la configuración del ESP se ha ajustado para que puedas mostrar mejor tus habilidades en tu aparcamiento local.

¿Qué se siente al conducir el compacto de los 90?

Es muy divertido: se trata de un compacto de la vieja escuela que resulta muy atractivo. El peso de la dirección es acertado, el cambio de marchas manual es muy bueno y la tentación de alcanzar la línea roja en segunda y tercera marcha es abrumadora. Cuando lo haces, todo cobra vida.

El Astra GSi avanza con entusiasmo y el ruido, el olor y las vibraciones en la cabina se convierten en una sobrecarga sensorial. Claro, no va a ser es el más suave de los viajes y tirarte a las curvas con mucho entusiasmo resulta algo desconcertante. Sin embargo, en estos días de compactos deportivos demasiado asistidos e insensibles, este es un retroceso a unos tiempos más simples.

¿Cómo va el nuevo Astra GSe?

Se siente poco vivo. La dirección es vaga y, aunque ponerla en modo Sport agrega algo de peso, todavía no hay una gran respuesta. Por otro lado, la caja de cambios de 8 velocidades también es muy vacilante y casi de inmediato anula cualquier entrada que le des usando las levas del volante. 

Por supuesto, en general, este coche es mejor en las curvas, con un control estricto de la carrocería y mucho agarre. Ahora bien, ¿es un verdadero compacto deportivo? No mucho. Tampoco daremos premios por adivinar cuál de los dos llamó más la atención...