Vamos a hacer una comparativa que, de primeras, no parece justa. Primero porque no son dos coches coetáneos, con lo que ello conlleva en cuanto a tecnología. Y segundo porque los 28 años de diferencia se notan en muchos aspectos, pero aun así, veamos en qué se pueden comparar el BMW M8 Competition de 2023 y el BMW Serie 8 de 1997.

No saquemos conclusiones demasiado pronto, ¿eh? La primera generación del BMW Serie 8, con nombre en código E31 y disponible únicamente como cupé de dos puertas, debutó en 1989 propulsado por una gama de motores atmosféricos V8 y V12. 

Se lanzó el equivalente actual de segunda generación, disponible en estilos de carrocería convertible (G14), cupé (G15) y gran cupé de cuatro puertas (G16) y propulsado por un motor de gasolina o diésel de seis cilindros en línea y un V8 de gasolina biturbo de 523 CV. en 2018. Pero entonces la División M de BMW decidió que quería una porción del pastel y nació el M8.

Y M significa mucho poder, ¿cierto?

El M8 Competition completo que ves arriba está propulsado por el motor V8 biturbo de 4,4 litros compartido con el BMW M5, con 625 CV y 750 Nm de par entregado a las cuatro ruedas a través de una caja de cambios automática de ocho velocidades. Eso se traduce en un tiempo de 0 a 100 km/h de 3,2 segundos. 

BMW echó el resto y preparó el Driver's Package que permite una velocidad máxima sin restricciones de 304 km/h. Se trata nada menos que del coche de producción en serie más potente que jamás haya construido la firma de Múnich.

¿Qué tipo de poder guarda el viejo Serie 8?

Durante sus nueve años de producción, el E31 se presentó en versiones 840 (4,0 y 4,4 V8) y 850 (5,0, 5,4 y 5,6 V12), pero a punto estuvo de aparecer una primera generación de M8, con BMW construyendo en secreto un prototipo único de V12 de 6.0 litros y 550 CV, pero nunca lo puso en producción. 

Aún así, de vuelta en el mundo real, el V8 de 4,4 litros que instala en la parte superior genera 286 CV y 420 Nm de par y envía toda su potencia a las ruedas traseras a través de una caja de cambios automática de cinco velocidades. 

¿Adivinamos que son animales diferentes para conducir?

Vale la pena considerar su propósito principal en la vida: los grandes viajes. Y en ese sentido, el E31 encaja perfectamente, con su cabina tremendamente cómoda, su entrega de potencia relajada (0 a 100 km/h tarda 6,6 segundos en el manual, 7,1 segundos en el automático) y modales tranquilos en carreteras abiertas. 

El M8 Competition es una bestia completamente diferente, con su aceleración sin esfuerzo, su agarre infinito y su conducción bastante implacable; no hay duda de que es un coche rápido, pero podría decirse que, como resultado, sufre como gran turismo.

Seguramente que no hay debate sobre cuál es mejor...

Desde la forma de cuña hasta el morro largo y los faros emergentes, el E31 ahora es apreciado como uno de los BMW más atractivos de la historia, lo que significa que una segunda parte iba a ser una tarea difícil. 

Si bien el Serie 8 moderno comparte una silueta similar, la parrilla más grande y la forma de la carrocería algo abultada no llaman la atención de la misma manera. ¿Miraremos hacia atrás en los años venideros con el mismo cariño? Creemos que no...