El precio de los coches diésel alcanza a los eléctricos

Diésel

Gustavo López Sirvent

  • Según un informe, el promedio se ha encarecido un 82 por ciento en la última década
  • Se ha pasado de los 17.805 euros de promedio que costaban en 2014 a los 32.481 que valían en 2023.

El precio de la vida, la inflación, el encarecimiento de los productos... Eso que, por desgracia, ya nos hemos acostumbrado a oir últimamente, también ha llegado al sector de la automoción. Pero, sobre todo, a un segmento que hasta ahora había sido comedido en sus tarifas, el del diésel. En la última década se ha encarecido en un escalofriante 82 por ciento.

Este dato se extrae del informe que ha realizado AutoScout24 a partir de datos de la Agencia Tributaria. Este documento refleja que en los últimos diez años en España se ha pasado de los 17.805 euros de promedio que costaban en 2014 hasta los 32.481 euros de 2023.

Visto con esta perspectiva, podemos decir que un vehículo de gasóleo se ha equiparado con el de uno eléctrico. En la actualidad se aduce el precio como una de las barreras para su adquisición, junto con la autonomía y la falta de infraestructura de recarga.

Pero la historia continúa. El encarecimiento de los diésel ha sido mucho mayor que el incremento porcentual de dos de los indicadores clave que miden la accesibilidad a bienes como puede ser un vehículo. Por un lado, el salario medio, pues en los últimos diez años ha subido un 13,3%. Y, por otro lado, el IPC, que acumula una subida del 21,1% en ese periodo de tiempo, según el INE.

El motivo de tal explicación obedece a que la oferta de coches diésel está desapareciendo del portfolio de los fabricantes y hay poca oferta, sobre todo en coches nuevos de pequeño tamaño. La oferta existente es para segmentos muy concretos, como los compactos, las berlinas y los SUV de tamaño medio y grandes, lo que explica que haya crecido tanto el precio de promedio.

Es un hecho de que otras tecnologías están desbancando a los modelos diésel como se demuestra que en  2023 sólo se matricularan el 12,5% de coches de gasóleo, frente al 40,8% de los gasolina y el 46,7% de los movidos por nuevas tecnologías (híbridos, híbridos enchufables, bifuel de gas/gasolina y eléctricos puros), según el informe de matriculaciones de la DGT.

El pasado año sólo se vendieron algo más de 118.000 coches de gasóleo. Habría que remontarse en el tiempo, en concreto a 2007, cuando vimos que ese tipo de motores era de los más comercializados con 1,1 millones de matriculaciones. 

El Dieselgate de otoño de 2015 fue uno de los factores que rompió la tendencia de compra, además de la entrada en vigor de leyes anticontaminantes cada vez más restrictivas, tanto con las emisiones contaminantes como con las emisiones nocivas para la salud (sobre todo, a nivel de óxidos de nitrógeno NOx). 

Este hecho provocó que muchos fabricantes disminuyeran su producción de vehículos diésel de forma gradual. 

A lo ya comentado hemos de añadir el cambio del protocolo en la homologación de vehículos nuevos bajo el nuevo procedimiento WLTP a partir de otoño de 2018. Este nuevo sistema de validación de las emisiones de CO2 supuso que muchos de los coches que estaban en el límite de un tramo impositivo lo sobrepasaran con las nuevas pruebas de homologación. 

Esta circunstancia hizo que se encareciera el precio ya que tenía un mayor gravamen.

Y lo que acabó por rematar al gasóleo fue la aprobación por parte del Gobierno de España del primer borrador de la Ley de Cambio Climático, donde ya se empezaron a diseñar las zonas de bajas emisiones ZBE en las ciudades de más de 50.000 habitantes. Esto provocó incertidumbre entre los conductores porque no sabían qué vehículo debían elegir para moverse sin restricciones.