Mira este vídeo del Porsche 911 Speedster Concept y alucina con este gran regalo que han preparado desde la marca alemana para celebrar su 70 aniversario de coches deportivos. Este modelo único representa el renacimiento de la idea de un deportivo extremadamente purista, descapotable, con un diseño excepcional y un rendimiento muy alto, según indica la propia Porsche.
Diseñado para capturar la “esencia” de la marca, el Porsche 911 Speedster Concept es un coche que “ofrece una visión de una posible versión de producción en serie”. Ha sido creado para conmemorar el 70º aniversario de la marca, pero han sugerido que no se dará a conocer hasta 2019. Aunque aquí podrás ver todos los detalles.
No te pierdas este vídeo del Porsche 911 Speedster Concept, ¡muy top!
De esta forma, no solo conmemoran 70 años de deportivos Porsche, sino que anuncian que el final de la actual generación del Porsche 911 está muy cerca, algo que viene siendo habitual en los últimos años, una especie de tributo que otorga la marca a su modelo más icónico. De hecho, el año que viene conoceremos a la nueva generación, que ya está en desarrollo e introducirá una serie de importantes novedades. Aquí puedes leer todo lo que sabemos del Porsche 911 2019 hasta el momento.
Volviendo al coche que protagoniza estas líneas, estéticamente este modelo conmemorativo presenta un parabrisas más corto y más desenfadado que recuerda al 356 1500 Speedster, incluye un capó trasero de fibra de carbono con un diseño de doble burbuja que oculta la protección antivuelco y que sus dos jorobas están conectadas por una tercera luz de freno flotante con las letras “Porsche” retroiluminadas.
Las críticas que decían que, al construir 918 de estos vehículos, Porsche había mordido más de lo que su base de clientes multimillonarios podía masticar son ahora un susurro lejano. Todos están más que vendidos y ya cambian de manos por 1,4 millones de euros, aproximadamente. Unos 600.000 euros más de lo esperado.
Es complicado ignorar esa cifra mientras Matthias Hoffsümmer, jefe de monitores del 918 (enseña a los compradores con montones de dinero, pero un poco menos de conocimiento, cómo manejar su inversión), nos da las llaves. Pedimos que quiten los paneles del techo para disfrutar al máximo de los escapes, en posición alta. Nuestros oídos lo agradecerán más tarde… pero nuestra frente, quemada por el sol, no.
Porsche 918, 3
Ajustamos el asiento -de forma manual-, ponemos el volante un poco más cerca de nuestro pecho y pasamos los ojos por la consola central. La pantalla está en un ángulo ridículo, ya que el conductor apenas puede ver lo que se muestra, pero la ejecución es artesanía pura. Giramos la llave y el Porsche 918 se coloca en modo E-Power, así que salimos en silencio del aparcamiento. Se trata de una herramienta muy útil para aquellos los propietarios de superdeportivos tímidos y discretos que no quieren anunciar su marcha a toda la provincia.
Durante los primeros minutos, nos mantenemos en el programa eléctrico, mientras nuestra visión periférica recalcula la anchura prodigiosa del 918. A pesar de que el motor V8 actúa, de momento, como un lastre, este coche es muy rápido: ofrece una jugosa ración de aceleración (eléctrica) que te lleva directamente a 150 km/h. Pero se acaba cuando recorres 30 km.
Porsche 918, 4
Mientras intentamos absorber lo que ocurre, Matthias nos explica –a un precio por hora muy sustancioso- los distintos modos de conducción: E-Power, Hybrid, Sport y Race. Es un montón de información para asimilar, pero empieza a juguetear con el dial en el volante y todo encaja. El 918 es un coche salvajemente complicado en aspectos que ni siquiera puedes ver, pero manejarlo es extrañamente sencillo.
El programa híbrido piensa por ti, combinando las diferentes fuentes de potencia para sacar aceleración cuando lo deseas y eficiencia cuando no quieres pasarte. Existen dos posiciones para la amortiguación y se activan desde botones independientes (el modo más suave ya ofrece agarre de sobra para una carretera secundaria). Puedes dejar que la caja de cambios PDK opere por sí misma o utilizar las levas para ir paseando por sus siete marchas según te plazca.
Porsche 918, 5
Rápidamente nos damos cuenta de que, en vías como éstas, el programa Sport y la transmisión en modo manual configuran el punto óptimo, ya que mantienen el motor permanentemente dándolo todo y el coche preparado para el máximo, listo para un salto en el tiempo, si se tercia. En cuestión de minutos, ganamos confianza (vale, el Porsche 918 es ancho, pero eso significa que tiene un agarre lateral inquebrantable en las curvas): la aerodinámica cumple su trabajo y las cuatro ruedas motrices hacen malabares con la fuerza para llevarla donde se necesita.
Básicamente, te hace sentir mejor conductor de lo que eres, permitiéndote frenar más tarde, mantener pisado el acelerador donde levantarías el pie si llevaras un 911 y cubrir distancias a un ritmo… bueno, más que decente. No te intimida, más bien te ofrece una diversión inimaginable.
Porsche 918, 6
La caja de cambios se maneja como un instrumento musical, golpeando las levas, sobre todo, para experimentar la gama de notas que ofrece el motor. Porque, honestamente, no importa la marcha en la que vayas: estarás continuamente nadando en fuerza. Los propulsores eléctricos pueden provocar que tu cabeza se eche hacia atrás cuando aceleres… aunque marches a 1.000 rpm en séptima.
Eso ocurre antes de que la mecánica empiece a galopar, emitiendo el aullido que esperas en un coche de carreras mientras se acerca al corte, situado en 9.150 rpm; el mundo se vuelve muy borroso. Lo que hace que todo cobre vida es el juego continuo entre la entrega de potencia eléctrica, casi de ciencia ficción, y la sensación orgánica del V8 atmosférico. Cada uno de los dos mejora el otro, así que todo parece innovador y futurista, pero tosco y pasado de moda al mismo tiempo.
Porsche 918, 7
El peso del Porsche 918 es alto, 1.685 kilos (1.640 con el pack de fibra de carbono Weissach), pero no modera su actuación: sólo la mitiga un poco, ayudándole a dar una impresión de mayor seguridad, de estar totalmente pegado al suelo. Lo cierto es, y jamás pensamos que escribiríamos esto, que podría utilizarse a diario.
Con una carga rápida por la noche, sería posible disfrutar cada mañana de ir al trabajo con él… sin contaminar. Y otra cosa: mientras sus proporciones parecen estratosféricas si viene hacia ti, pintado en plata y sin pegatinas ridículas, de verdad que no da tanto el cante. No, al menos, comparado con un McLaren P1 o con un Ferrari LaFerrari, por ejemplo.
Porsche 918, 8
Esa noche, tomando unas cañas, Matthias nos habla de una prueba interna de eficiencia. El Carrera GT y el 918 fueron conducidos durante 1.000 km, juntos, a velocidad idéntica y por la misma ruta. Al parecer, este último utilizó un 30% menos de combustible, a pesar de superar al GT en todas las cifras de prestaciones que se midieron. Ése es el ritmo del progreso.
Además de la parte posterior única, el Porsche 911 Speedster Concept presenta un techo ligero en lugar de un convertible tradicional. Los diseñadores instalaron un capó delantero de carbono con una serie de componentes de inspiración retro, como los espejos exteriores y la tapa del depósito de combustible central al estilo años 50. Una vez en el interior, los ocupantes encontrarán asientos de tipo baquet de fibra de carbono envueltos en tapicería de cuero Cognac, un material que también encontramos en el salpicadero y las cintas de las puertas.
¿Quieres verlo con tus propios ojos? Dale al play a este vídeo del Porsche 911 Speedster Concept, no tendrás otra opción que admirarlo...