Al volante del Jeep Avenger eléctrico y de gasolina: ¿cómo se conduce cada uno?

Jeep Avenger

Nos ponemos al volante de las dos variantes disponibles del Jeep Avenger: la versión eléctrica y la de gasolina. ¿En qué se diferencia su comportamiento? Lo comprobamos con una breve prueba.

Uno de los lanzamientos más recientes de Jeep ha sido también de los más interesantes, ya que ha traído consigo el primer modelo eléctrico de la marca. Se trata del Jeep Avenger, un SUV que aporta algo de frescura a la oferta de la firma americana. En España, se ofrece en versión eléctrica y de combustión, ¿pero cómo se conduce cada uno?

Recientemente tuve la oportunidad de comprobarlo, ya que pude ponerme al volante de ambas versiones. A simple vista son idénticas, claro, pero las sensaciones al volante son muy diferentes entre el modelo con motor térmico y el de baterías.

Jeep Avenger eléctrico: silencioso y práctico

Jeep Avenger eléctrico

Comienzo con el Jeep Avenger eléctrico, pintado en su reconocible color amarillo. Debo decir que su estética me gusta y tiene un aire robusto muy atractivo, así como clásicos ‘easter eggs’ como los de otros coches de la marca. ¿Por ejemplo? El frontal del Wrangler dibujado en el borde de las llantas o en una placa de la toma de aire inferior del frontal.

Sin duda, el coche por fuera es interesante y el interior también es agradable, con zonas en amarillo que combinan con el color exterior del coche. Como en la mayoría de modelos actuales, hay una pantalla para el cuadro de instrumentos y otra central. Eso sí, algo diferente es la presencia de numerosos huecos portaobjetos, que suman más de 30 litros de capacidad.

Detalle del Jeep Avenger eléctrico

En general, las primeras sensaciones con el Avenger son positivas en parado, aunque hay demasiados plásticos duros en el habitáculo para mi gusto. Aun así, toca ver cómo se comporta y arranco en silencio para realizar una breve ruta a bordo del que es el primer coche eléctrico de Jeep.

Como este modelo no monta un motor de combustión, es obvio que no voy a encontrar un cambio de marchas aquí. En su lugar, hay botones en la consola central para seleccionar el sentido de la marcha. De esta forma, comienzo en el modo D convencional, donde noto una leve retención, pero que no es brusca en absoluto.

Este modo es el que más vas a usar en conducción normal, ya que también hay un modo de retención para recuperar energía de la batería que te frenará más y que está más pensado para ciudad. Eso sí, no es tan brusco como el de otros coches, de manera que no conducirás con un pedal en entornos urbanos, pero tampoco es lo mejor en carretera.

Más allá de esto, al conducir el Jeep Avenger eléctrico noto que la aceleración no es tan sorprendente como la de otros coches de este tipo, a pesar de tener 156 CV. Diría que es más bien suave aunque pises a fondo, incluso si el modo Sport otorga algo más de respuesta. Tampoco te hará falta mucho más, eso sí.

En entorno urbano, este pequeño SUV se mueve de maravilla, con una aceleración cómoda y un tacto general suave. Por supuesto, todo viene acompañado de un silencio absoluto, el cual solo se rompe por sonidos como el de los intermitentes, que tiene un peculiar tono que no me recuerda al de ningún otro coche y que casi parece la base de una canción techno. Un toque curioso.

De la misma forma, en carretera este modelo tampoco rinde mal y ofrece la estabilidad que se espera de un coche así. Por supuesto, aquí también hay poco ruido, aunque a partir de 100 km/h sí se adentra el viento más de lo deseado.

Jeep Avenger de gasolina: 100 CV y cambio manual

Jeep Avenger

Tras conducir la versión 100% eléctrica de este B-SUV, toca saltar al Jeep Avenger de gasolina, que solo se ofrece en unos pocos mercados. En este caso, el coche mueve con un motor 1.2 turbo de tres cilindros con 100 CV y se acompaña de un cambio manual de seis velocidades, sin que haya más opciones disponibles por ahora.

A simple vista, el coche es igual, aunque hay una novedad en el interior. Aquí , lo que cambia es la sección central, donde los botones del selector de marchas desaparecen y se ha colocado la palanca de cambios. En su lugar, el eléctrico tiene aquí una zona de carga.

Sin más dilación, arranco y el motor apenas hace ruido. Al iniciar la marcha es suave y la salida parece más alegre, aunque sobre el papel sea un coche más lento en aceleración que su hermano eléctrico. Además, otra diferencia que noto es el sonido del intermitente, que aquí sí es normal. No, yo tampoco esperaba acabar hablando de intermitentes, pero me han llamado la atención...

Aun así, volviendo a lo que importa, al volante del Avenger de gasolina cambian las sensaciones. Por supuesto, no hay tanto silencio como en la otra versión, pero no es un coche ruidoso y el tono que emite el propulsor no es el típico de un tricilíndrico. Esto ayuda además a enmascarar el sonido del viento en carretera, que se nota claramente menos aquí.

Junto a esto, otra diferencia que percibo está en la agilidad del coche. Los 1.257 kg de la versión con motor térmico son una ventaja en las curvas, frente a los 1.611 kg del eléctrico. La estabilidad en el de gasolina sigue presente, pero se nota esa ligereza que se espera en un coche de 4.084 mm de largo, 1.776 mm de ancho y 1.528 mm de alto.

Jeep Avenger (2)

Esto último beneficia si estás en carreteras con curvas, aunque el eléctrico tampoco se nota perezoso, ni mucho menos. Eso sí, el de gasolina puede transmitir un mayor dinamismo, con esa ligereza y con un cambio que tiene un tacto agradable. Además, con él puedo manejar fácilmente la entrega de potencia, claramente mejor a partir de 2.800 rpm.

Por otra parte, en autopista tampoco decepciona el comportamiento del Jeep Avenger. Yendo en marchas altas, voy con suavidad en todo momento y el tarado de la suspensión me hace ir cómodo. En este sentido, es un coche bastante correcto.

Así, tras conducir el Avenger eléctrico y el de gasolina, estoy satisfecho. Puede que algunos materiales del interior puedan tener un mejor tacto y que el eléctrico a veces sea demasiado comedido en la entrega de potencia para lo que estamos acostumbrados, pero se trata de un SUV bien planteado en general, con un componente práctico añadido que debe ser puesto en valor.

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