Nos han repetido hasta la saciedad lo importantes que son las luces del coche para ver y ser vistos, pero los sistemas de iluminación esconden mucho más en realidad, especialmente para Audi, que ha creado todo un lenguaje alrededor de este elemento.

40 años de quattro: la historia de una tecnología inagotable

Desde luego que la función principal de cualquier luz es aportar visibilidad, pero mucho han cambiado las cosas desde aquella primera vez en la que se utilizó la parafina como sistema de iluminación en los vehículos en 1903…

Ahora, con ella también nace la personalidad de los coches -gracias al diseño- y su capacidad de comunicarse con el entorno. Y esto es gracias a la digitalización de la luz. Pero antes de esto, han tenido que pasar muchas cosas y el camino no ha sido fácil, aunque sí productivo… 

¿Qué tal un poco de historia antes de continuar? Seré breve y tomaré como punto de partida 2003, cuando vimos la incorporación de los faros adaptativos con control automático y dinámico del alcance del haz de luz del Audi A8, la llegada de los intermitentes dinámicos en el R8 se produjo dos años más tarde y los faros HD Matrix LED con tecnología láser para la luz de carretera se introdujeron en el A8 en 2017.

Y justo en este momento, en 2020, asistimos a la digitalización de los faros Matrix LED complementada con las luces traseras digitales OLED que podemos ver, por ejemplo, en el nuevo Audi Q5. 

La era digital de la iluminación: todo un mundo por descubrir

La iluminación digital de Audi es, según apuntan desde la propia marca, "un campo de juego"; les permite crear firmas distintivas y escenarios de iluminación dinámicos cuando, por ejemplo, el conductor cambia de modo de conducción o elige la función luz de bienvenida y eso otorga a cada uno de sus modelos una personalidad única. Son su firma en la carretera.  

Cada coche tiene su mirada y, por tanto, podemos decir que la máquina se humaniza, pero Audi no olvida en ningún momento que, detrás de esto, se esconde la seguridad y su objetivo fundamental es incrementarla.

Y los recién llegados son los encargados de demostrarlo; por ejemplo, el nuevo Audi e-tron cuenta con 'la luz de carril' de 'orientación' y de 'marcado', tres innovaciones que no solo ayudan a mejorar la visibilidad al circular por un carril sino también, en el último caso, a detectar peatones junto al asistente de visión nocturna opcional. 

Por otro lado, el nuevo Audi Q5 permite la comunicación Car-to-X gracias a la tecnología de iluminación OLED digitales de las luces traseras; si un coche se acerca a menos de dos metros por detrás, estas cambiarán su patrón para alertar de que está demasiado cerca. 

"La idea es aumentar la seguridad no solo para el conductor sino también para los otro participantes", explica César Muntada,, que además resalta que detrás de estas avanzadas tecnologías todavía hay un gran potencial. 

En el futuro, pretenden llegar un paso más allá, permitiendo que las ópticas con tecnología OLED puedan a su vez representar símbolos de emergencia o signos de exclamación si detectan algún peligro en la calzada o que los faros delanteros digitales puedan iluminar la calzada si detectan algún obstáculo que pueda poner en peligro a un peatón -como una pelota- creando una especie de barrera lumínica que indique cuál es la zona de seguridad que no hay que rebasar. 

Sin embargo, dar forma a una especie de lenguaje de luz universal es todo un reto. Cuando un proyecto sale del departamento de diseño tiene que enfrentarse a un exigente proceso hasta que llega al registro final: el beneplácito de las autoridades. 

Por supuesto, la legislación puede cambiar mucho de un país a otro y los sistemas cada vez más avanzados hacen que su aprobación sea más difícil. "Por eso es importante presentarlas tan pronto como sea posible", explican. 

Por tanto, dado que aseguran que quedan muchas nuevas dimensiones por explorar, estamos convencidos de que la mayoría ya están de camino. Y desde luego, ¡las veremos venir! Parece que solo hay que seguir esa luz al final del túnel...