Tras la foto: Abarth 131 Alitalia Grupo 4

Fiat Abarth 131 Alitalia

Escuela de grandes campeones

Antes de que aparecieran las bestias del Grupo B, el mundo de los rallys hizo que muchos modelos mundanos se convirtieran en titanes. Ford Escort, Fiesta, Renault 5... Todos adquirieron un nivel casi mítico al demostrar que eran capaces de volar en lugares imposibles. 

El Abarth 131 de Grupo 4 llenó el hueco que dejaba el Lancia Stratos. No era tan exótico, vale, pero con la ayuda de Abarth consiguió convertirse en uno de los grandes de los rallies. Ganó unos pasos de rueda más prominentes, cuatro faros delanteros, dos lámparas adicionales... y, bueno, tres campeonatos del mundo de constructores en 1977, 1978 y 1980. 

Abarth 131 en el Rally 4 Regioni de 1976. Esta unidad pilotada por Giorgio Pianta no terminó. Foto: Abarth
Abarth 131 en el Rally 4 Regioni de 1976. Esta unidad pilotada por Giorgio Pianta no terminó. Foto: Abarth

Además, el coche fue patrocinado por Alitalia durante dos de esas temporadas en las que además se llevó el campeonato de pilotos (78 con Marku Alén y 80 con Walter Röhrl), que también proporcionó la decoración para la carrocería del Stratos. 

Pero volviendo al Fiat 131 preparado por la escuadra de Karlo Abarth, fue grandioso. Empezó su carrera en 1976 y ahí consiguió una victoria en el 1000 Lagos,  la primera de una larga lista que completaron pilotos de la talla de Sandro Munari, Michèle Mouton, Markku Alén y, el más memorable de todos, Walter Röhrl. En total, 20 victorias en el mundial.

400 Abarth 131 de calle

Utilizaba un bloque de 1,8 litros que comenzó con 200 CV, aunque a lo largo de su vida vio evoluciones con 215 y hasta 230 CV cuando recibió el sistema de alimentación con inyección Kugelfischer.

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Como marcaban las reglas, en Abarth tuvieron que homologar un total de 400 unidades con traje ‘stradale’ para su uso en carretera, así que encargaron a Bertone la puesta a punto de la carrocería. La historia dice que se agotaron en un par de días y actualmente su precio se queda cerca de los 200.000 euros.

Para el motor, echaron mano del famoso ingeniero Aurelio Lampredi, quien tomó el cuatro en línea de 1.995 cc de la marca y extrajo 140 CV. Hoy en día pueden parecer insignificantes para un coche deportivo, pero lo cierto es que era realmente divertido. 

Fiat también fabricó un coche híbrido con carrocería del 131. Fue en 1980 y estaba propulsado por un motor heredado del 127 pero descafeinado con 33 CV menos y asociado a un bloque eléctrico de 24 kW. Pero eso es otra historia.