Así es el nuevo motor de BMW: 4 cilindros, 2 litros, +600 CV

BMW DTM Motor P40
Una obra maestra de la ingeniería.

Se llama BMW P48 y es el nuevo motor de BMW con cuatro cilindros, dos litros y más de 600 CV. ¿Pensabas que el motor del Mercedes-AMG A45 estaba demasiado apretado? 400 CV para dos litros de cilindrada. Pues está claro que esta tendencia va a ir a más en los próximos tiempos. El motor BMW P48 no será utilizado en coches de calle, pero sí abre las puertas para mejorar la eficiencia y la potencia específica de los motores de BMW.

Y es que es la clave del éxito: más potencia, más ligereza, más eficiencia de combustible y emisiones y una mayor versatilidad, en un motor que puede mover desde un compacto deportivo hasta una berlina de lujo: ni que decir tiene que algo así puede ser espectacular en un sistema de propulsión híbrido de altas prestaciones. ¿Veremos algo así en el futuro BMW M3?

Bueno, todavía no os pongáis nerviosos. Por el momento, el nuevo motor de BMW para el DTM es una auténtica obra de arte de ingeniería. Hablamos de un motor completamente creado en aluminio, forjado artesanalmente, y con un peso total de 85 kg. Cuenta con un turbocompresor capaz de soplar a 2,5 bares de presión, mientras que el régimen de giro de la mecánica alcanza las 9.500 rpm.

BMW M3 DTM

Posiblemente estés pensando: ¡eso rompe fijo! Pues ojo porque la fiabilidad en el DTM es un factor importante: los equipos, por normativa, solamente pueden utilizar 1,5 motores por coche durante toda la temporada, por lo que en la mayoría de los casos, estos propulsores deberán aguantar toda la temporada bajo el capó del BMW en el DTM. Más rápido y eficaz y con un consumo reducido a la mitad comparado con el V8.

Para mejorar la fiabilidad, este motor cuenta con materiales muy nobles en su interior. Para suministrar aire al motor incorpora una campana de plástico reforzado con fibra de carbono, el ya conocido CFRP. El motor utiliza un sistema de lubricación por cárter seco, mientras que se ha optimizado la refrigeración del aire que entra en el turbo.

Tecnología para conseguir más prestaciones, menos consumo y el desarrollo de un motor que en un futuro sí podría tener su versión de calle equivalente. Sacar una potencia brutal de un bloque pequeño ya no es un milagro, todo lo contrario, será lo más habitual en los próximos años. ¡La eficiencia manda!