GP de Hungría F1 1986: La primera carrera 'comunista' de la Historia

Hungarian GP 1986

Javier Prieto

Ecclestone y su amigo húngaro llevaron este deporte capitalista al otro lado del Telón de Acero. Con un par. Fue un éxito que se mantiene hoy en día.

Hoy la cosa va de la historia del GP de Hungría F1 1986, compuesta por un saco de curiosidades y momentos memorables, como por ejemplo el brutal adelantamiento de Piquet a Senna.

Pero, vayamos al grano. Resulta que a mediados de los 80, Bernie Ecclestone quería expandir su oneroso negocio a la Europa Oriental dominada entonces por la URSS y su ideología comunista. El entonces 'Tío Gilito' del Gran Circo, consideró que aquel era un mercado virgen en el que podría captar mucho público... y millones de libras esterlinas.

Desde Rusia con... 'temor'

Con esa idea se presentó en Moscú. 'Berni' pensó que con la corriente aperturista que comenzaba a soplar en ese país, podría venderles su 'producto'. Sin embargo, le dieron con la puerta en las narices. ¡Cómo osaba un vil occidental proponer una carrera 'capitalista' en el corazón del Imperio Soviético! Algo así debieron pensar las huestes del renovador Mijail Gorbachov, máximo gobernante de la época. 

Además no contó con otro obstáculo. Los rusos, que son muy suyos, ya tenían sus propios campeonatos automovilísticos, uno de ellos, una copia cutre de la Categoría Reina. Al margen de la negativa del mandamás, Berni se dio cuenta de que el bajo nivel económico de la nación del vodka era contrario a sus intereses.

Plan B: Un amigo húngaro

A pesar de este revés, Ecclestone, un tipo muy testarudo cuando hay dinero por medio, siguió con la obsesión de llevar la Fórmula 1 al otro lado del Telón de Acero. Por ello, pensó en su buen amigo Tamás Rohonyim, un acaudalado hombre de negocios húngaro que en sus 'ratos libres' se dedicaba a organizar el GP de Brasil F1... y a contar fajos de billetes. 

Al empresario le gustó tanto la propuesta que se la presentó al entonces primer ministro de Hungría, Lajos Urbán. Y como este político era un apasionado del Gran Circo, la cosa fue (casi) coser y cantar.

Tras no conseguir los permisos para organizar la carrera en el parque de Városliget (Budapest), se fijaron en Mogyoród, a 30 kms de la capital magiar. Su alcaldesa comprendió enseguida que con la F1 ganarían más dinero que plantando patatas, su medio de subsistencia (esto es verídico) hasta ese momento.

Un estreno exitoso... con espías

Conscientes de la oportunidad -y los riesgos políticos- que suponía llevar la competición capitalista al corazón comunista en Europa, se pusieron manos a la obra con la construcción del circuito como si no hubiera un mañana. Tanto es así que en tan solo ocho meses el Hungaroring estaba terminado.

De hecho, la capitalista F1 se estrenó en suelo magiar y en la Europa del Este el 10 de agosto de 1986 con el GP de Hungría F1. Y lo hizo a lo grande, porque más de 200.000 aficionados asistieron al evento deportivo donde se lo pasaron pipa.

Según cuenta la 'leyenda' -hay bastante de realidad en ello-, entre el público presente en el autódromo se encontraba un buen número de responsables del Servicio de Información e Inteligencia de la Unión Soviética. (Sí, su nombre corresponde a esas tres letras que están pensando).

Aviones y helicópteros, ¡qué peligro!

Una de las mayores preocupaciones de la URSS se centraba en los jets privados y helicópteros que aterrizaban y despegaban 'libremente' en y desde el Hungaroring. Pensaban que esto podía 'comprometer la seguridad' del espacio aéreo de Hungría. 

Bueno, ésa era sólo la explicación oficial. Realmente, temían que un buen grupo de ciudadanos húngaros aprovechar la carrera para hacer las maletas y volar desde el 'paraíso comunista' rumbo al malvado infierno consumista.

Por todo ello, el Kremlim veía con muy malos ojos y desconfianza que en un país de su órbita se celebrara una prueba occidental y capitalista. Hay que recordar que a mediados de los 80 las tropas rusas estaban todavía muuuuy presentes en Hungría.

Pero, ya había dando su aprobado a regañadientes para la disputa del evento y solo podían vigilar para que todo discurriera según lo previsto en... una dictadura. 

A propósito, fíjate bien en la foto que aparece bajo estas líneas y descubre la broma que pintaron en la publicidad de los monoplazas de la escudería Zakspeed presente en el GP Hungría F1 1986. East- West. Se trató de una broma dirigida a las autoridades magiares. ¿Lo pillas? 

Bromita del equipo Zakspeed F1 en Hungría 1986

La F1 desembarcó en la Europa oriental

Al margen de otras cuestiones, lo más importante de aquella carrera fue que supuso un hito al convertirse en la primera prueba 'occidental' que tuvo lugar al otro lado del Telón de Acero y en tiempos de la Guerra Fría. Casualidad o no, tres años después de rugir por primera vez los motores en Mogyoród, cayó el Muro de Berlín

En el plano deportivo, el GP de Hungría F1 1986 fue un mano a mano entre los brasileños Nelson Piquet y Ayrton Senna. Este último partió desde la pole, aunque un adelantamiento brutal del carioca -fue como hacer un doble looping con un Boing 747, dijo Sir Jackie Stewart de la maniobra- sobre el paulista le dio la victoria al primero. Por cierto, desde entonces Hungría JAMÁS ha faltado a su cita con la velocidad. Qué fidelidad a esta competición capitalista.

Etiquetas: F1, GP Hungría