El primer xDrive: el BMW 325ix E30 'Allrad' de tracción total
La historia de BMW y la tracción total.
BMW y tracción integral en vez de trasera. Muchos dirían que un sacrilegio, porque la marca bávara tiene una reputación bastante legendaria que debería mantener (y lo hace). Si bien, los beneficios de la tracción total y, en el caso de BMW, el sistema xDrive, son evidentes.
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Añade seguridad en el paso por curva y en situaciones climáticas adversas, y desarrollar una buena tecnología de este estilo es una gran base para modelos todoterreno, todocaminos y diversos deportivos. Pero el xDrive no es nada nuevo: nació en la década de los 80'.
El comienzo de la tracción total en BMW
La primera vez que BMW se aventuró con un coche de tracción en ambos ejes fue con la presentación del BMW 325i Allrad en el Salón del Automóvil de Frankfurt de 1985. En base, un BMW Serie 3 de la caja E30 sin ninguna diferencia estética remarcable, pero con una mecánica que cambió las reglas del juego.
Contó con un agarre que se incrementó exponencialmente en pista o en condiciones adversas. 'El nuevo BMW es el campeón en cuanto a manejo', llegaron a decir los probadores de la época.
Como indica la nomenclatura, portó un motor de 6 cilindros en línea de 2,5 litros con 170 CV y 222 Nm de par máximo, junto a la clásica caja de cambios de 5 velocidades. Además, fue el primer coche de la historia de tracción total en usar frenos con ABS.
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Las carrocerías disponibles en esta versión fueron las clásicas de la época (coupé, sedán y touring). Sin embargo, más de un 60% del peso de la tracción recaía en el eje trasero, lo que aún le dio ese toque especial y de deportividad tan reconocido de los Serie 3 de la época.
Del BMW 325ix se fabricaron un total de 29.589 unidades. Bastantes menos que las más de 113.000 que llegó a ver la versión coupé del 325i E30, lo que hace al E30 ix un clásico muy cotizado que oscila entorno a los 40.000 euros, dependiendo de la unidad.
El xDrive en la actualidad
BMW
El sistema xDrive de BMW es la moderna tracción integral de todos sus modelos, que garantiza un comportamiento óptimo a nivel de tracción en multitud de circunstancias con una proporción que sigue siendo igual a la de ese BMW 325ix original: un 60% del peso en el eje trasero y un 40% en el delantero.
Sin embargo, esta tecnología puede llegar a mandar el 100% de la tracción a solo un eje en el momento en el que se detecten fuerzas laterales específicas que lo requieran, combinado a su vez con el Control Dinámico de Estabilidad (DSC), que es el encargado de recopilar toda esa información de las ruedas del vehículo.
Aún con ello, la tracción trasera sigue siendo uno de los emblemas de la marca, y la mayoría de modelos deportivos de referencia le dan su mayor peso a esta configuración. Más si cabe, si hablamos de cajas como los BMW Z4 y el BMW i3, que son los dos únicos coches de la marca que carecen de esta clase de tracción integral.
