Prueba Mercedes Clase E de: diésel e híbrido enchufable. ¿La cuadratura del círculo?

Prueba Mercedes Clase E 300 de
PSA lo intentó en su momento. Ahora es Mercedes la que lo materializa. Y tiene su lógica. Lástima que el diésel sea lo más parecido al demonio...

Prueba del Mercedes Clase E 300 de. En mi humilde opinión, uno de los Mercedes más interesantes del momento. Y lo es por el mestizaje que se gasta: híbridación enchufable (PHEV) combinada con un motor diésel. Si lo piensas tiene mucha más lógica de lo que parece, ya que a la hibridación suma el tipo de motor térmico –diésel– que menos consume y, por tanto, menos CO2 emite. Es la cuadratura del círculo, sino llega a ser porque el diésel es –para mucho 'entendido' con solo información parcial– lo más parecido a Belcebú con ruedas. De hecho, ya lo intentó en su momento PSA, pero lo descartó. Aun así, si Mercedes apuesta por ello, será por algo.

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No obstante, no hay que olvidar que Mercedes ha sido y es un gran fabricante de motores diésel, refinados, eficientes, ahorradores y aliado perfecto para grandes berlinas, familiares y, sobre todo, SUV. Por eso, aunque el Mercedes Clase E 300 d cumpla con las estrictas normativas antiemisiones Euro 6d Temp, que entrará en vigor en 2020, el fabricante alemán ha recurrido a la hibridación par seguir sacando provecho de unas mecánicas que son de los mejorcito.

«Hay espacio y necesidad de seguir trabajando en otras soluciones, por ejemplo, la célula de combustible. A día de hoy nadie sabe con certeza qué combinación de sistema de propulsión cumplirá mejor con las necesidades de nuestros clientes dentro de 20 años. Por eso alentamos a las Administraciones a allanar el camino para la neutralidad tecnológica: fijemos el objetivo, pero no los medios para lograrlo». Esta frase tan sensata no es mía –ya quisiera–, sino del flamante CEO del Grupo Daimler, Ola Källenius. No es un piernas, vamos.

Los motores del Mercedes Clase E híbrido

Ya sea con carrocería sedán como Estate, el Mercedes Clase E 300 de monta el motor de cuatro cilindros de 194 CV (143 kW) y 400 Nm de par asociado a la transmisión automática 9G-Tronic. A ello añade un motor eléctrico de 90 kW y 440 Nm que, además, cuenta con una autonomía en eléctrico puro de 54 km (52 km en la variante Estate), con lo que se hace acreedor de la etiqueta Cero Emisiones de la DGT. Así, la potencia combinada del Mercedes Clase E 300 de es de 225 kW (306 CV) y un par conjunto de 700 Nm. Y lo mejor de todo, el Mercedes Clase E híbrido diésel arroja unas cifras de consumo medio homologado de 1,7 l/100 km en ciclo NEDC. 

Cabe destacar que Mercedes ha modificado la composición química de las celdas de la batería del el motor eléctrico, con lo que ha logrado un contenido energético mayor, pasando así de los 6,4 kWh de la generación anterior a los 13,5 kWh de esta tercera generación. Otro dato a tener en cuenta: la batería –que, por cierto, ocupa el mismo espacio que la de la anterior generación– se carga completamente en 1,5 horas.

Prueba Mercedes Clase E 300 de

Prueba del Mercedes híbrido por Madrid Central

Para la prueba dinámica del Mercedes Clase E 300 de, que ha consistido en un recorrido por Madrid Central y los alrededores de la capital de España, elegí la variante Estate. Soy de esas raras avis que se derriten por los familiares, y los de Mercedes me sientan como anillo al dedo. Para gustos, los colores...

El primer contacto con el Mercedes Clase E híbrido comienza con el absoluto silencio, tras pulsar el botón de arranque. Ni vibraciones ni traqueteos ni nada. ¡Mola! Pulso el botón de modos de conducción que junto al mando de control del sistema de Infotainment, en la consola central, y selecciono primero modo Hybrid, para que pueda circular en eléctrico a bajo régimen y recurrir al motor térmico cuando sea menester. Es decir, como cualquier otro híbrido de baterías autorrecargables. Yendo a paso de tortuga por entre el tráfico endiablado de Madrid obtuve cifras de consumo instantáneo de tan solo 0,5 l/100 km. ¡Increíble para una mole de ¡dos toneladas!

Prueba Mercedes Clase E 300 de

Es hora del rock & roll. Y el mono era tremendo tras haber circulado a ritmo de caracol por Madrid Central. Al salir a carretera, selecciono el modo E-Save, para recurrir solo al motor térmico y preservar la carga del motor eléctrico. Le damos vidilla al motor de combustión, y como buena mecánica diésel de Mercedes, desde bajo régimen el motor lo da todo... y sin rechistar. Es fino, progresivo y con un empuje formidable, y todo ello con un consumo medio por debajo de los 7,0 litros a pesar de todos los pesares.

Prueba del Mercedes Clase E de en modo eléctrico

Al volver a Madrid y selecciono el modo E-Mode, por lo que se recurre al motor eléctrico y así circular en eléctrico puro. La verdad es que mola ver que a medida que va reduciéndose la autonomía en eléctrico, también lo hace el consumo medio global. Y las cifras están ahí: tras 108 kilómetros de recorrido y con aire acondicionado activado amén de haberme desquitado con el acelerador en autovía, el consumo medio global ha sido de 5,5 l/100 km. Una cifra magnífica. Piénsalo: 5,5 litros con ¡Mercedes Clase E! Imagínate lo que podrá hacer el módulo eléctrico con un Mercedes Clase C o con un Mercedes Clase A, modelos que también estarán disponibles con variantes híbridas. Y para los que se rasguen las vestiduras con el diésel, tranquilos: también habrá una variante híbrida enchufable gasolina. 

Prueba Mercedes Clase E 300 de

Eso sí, todo este despliegue tecnológico tiene un precio, y la variante familiar del Mercedes Clase E 300 de tiene un precio de 70.100 euros, frente a los 57.900 que cuesta la versión equivalente 220d también de 194 CV. 

El Mercedes Clase E 300 de, tanto la variante sedán como la familiar, ya está a la venta.

Nuestro veredicto

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