Fiat Linea

El Fiat Linea es una berlina compacta producida por la firma italiana que en su momento se posicionaba como uno de los pilares de la marca en el mercado. Este modelo apostaba por un diseño elegante y una mecánica acorde a un marcado espíritu low-cost.

Es por esto que el Fiat Linea fue un modelo muy preciado por aquellos conductores que buscaban una berlina de proporciones coherentes pero que no estaban dispuestos a realizar un gran desembolso. Además, su imagen exterior transmite muy buenas sensaciones, lo que siempre es un punto a favor.

A la hora de competir en su segmento, el Fiat Linea tuvo que hacer frente a varios modelo que habían sido creados con un objetivo similar. De ahí que tuviera que competir contra el Skoda Rapid, el Seat Toledo o el Dacia Logan.

Frente a todos ellos, el Linea aportaba una mejor presencia que disminuya su naturaleza de modelo económico. Además, su mecánica resultaba equilibrada a la hora de utilizar el coche en el día a día.

Diseño basado en la elegancia italiana

A la hora de comercializar un modelo como el Fiat Linea es importante tener en cuenta los gustos del mercado. Al tratarse de un modelo low-cost, es evidente que tendrá que ofrecer alguna característica más con la que destacar sobre sus rivales.

En este caso se trata de su diseño, que combina la elegancia y la sofisticación de los automóviles italianos pero adaptada a un estilo muy personal y acorde con el tipo de coche ante el que estamos.

En el frontal, por ejemplo, se aprecian formas redondeadas y sobrias, que conforman un frontal bien dispuesto y muy atractivo. Las ópticas y la parrilla tienen formas muy características, lo que sin duda hace de este coche un modelo reconocible.

En el lateral, el diseño tradicional de tres volúmenes se ve favorecido por un trazo continuo que ofrece una imagen fluida. El habitáculo parece ser un espacio bien resuelto, y el paso de rueda trasero se encarga de aportar un toque extra de presencia.

FIAT_LINEA_BERLINA-5606

Por último, la zaga del Fiat Linea sigue el estilo del frontal. Se apoya en el diseño de los pilotos para lograr un estilo propio, mientras que la tapa del maletero anticipa un espacio de carga bastante generoso.

En el interior, el Fiat Linea acusa dos factores fundamentales: la antigüedad del modelo y su carácter de automóvil económico. Si tenemos eso presente, el interior se convierte en un claro ejemplo de que menos es más.

El puesto de conducción ofrece un espacio cómodo y despejado. Algo similar ocurre con la consola central, que a pesar de alojar diferentes controles, en ningún momento parece estar saturada.

Los acabados y el confort del habitáculo no son algo fuera de lo común, pero son muy razonables si se tiene en cuenta el precio de este coche. Además, los acabados superiores de la gama añaden pequeños detalles que aumentan la sensación de calidad.

El equipamiento es básico y funcional, aunque existe la posibilidad de incorporar algunos elementos extra y una dosis mayor de tecnología gracias a la oferta de equiparaciones opcionales.

Un único motor

La única motorización disponible para el Fiat Linea ha sido elegida buscando un propulsor equilibrado y que resulte atractivo para diferentes clientes y situaciones. De esta forma se simplifica la oferta pero no se limitan las capacidades del coche.

Actualmente, el Fiat Linea monta un bloque diésel de 1,2 litros que desarrolla una potencia de 95 caballos. Resulta interesante desde el punto de vista de la eficiencia, y responde bien sea cual sea el uso que se le de al coche.