El tiempo pasa volando y prueba de ello es el Aston Martin V8 Vantage V550, que ahora está de celebración, ya que cumple 30 años. Se trata de un deportivo espectacular de la firma británica, así que no podíamos pasar por alto esta fecha tan señalada, de manera que hemos decidido celebrarlo con 10 datos que resumen lo especial que es este modelo.

Al fin y al cabo, este no es un Aston Martin más. Sus pocas unidades fabricadas lo demuestran, pero también las capacidades que demostraba en la carretera y el precio que solo unos pocos se podían permitir. Era, en cierto modo, una joyita para su época.

Solo se hicieron 239 unidades

Como hemos dicho, no se hicieron muchos ejemplares de este deportivo inglés. En concreto, solo se construyeron 239 Aston Martin V8 Vantage V550 en los ocho años que duró su producción. Es muy poco, claro, pero esto también tenía que ver con su minucioso y lento proceso de ensamblado.

Fabricarlo requería de 1.200 horas de trabajo

Es evidente que un coche así no se fabrica de la misma forma que un utilitario económico. Por el precio que uno paga por un vehículo así, se espera que todo tenga una cierta calidad, de manera que la fabricación de cada unidad era muy lenta. Hubo un punto en el que se llegaron a crear dos ejemplares por semana, pero también se llegó a hacer medio coche por semana…

Costaba originalmente 177.600 libras

Cuando salió al mercado a principios de los años 90, el precio del Vantage V550 era de 177.600 libras, que al cambio son unos 203.560 euros. Sin embargo, esto era hace 30 años y ahora el equivalente serían unas 453.000 libras, que son 519.200 euros. No es de extrañar que sea un coche tan raro de ver…

El motor tenía de serie 557 CV de potencia

Bajo el capó del que fue el Aston Martin más potente hasta la fecha se encontraba un motor V8 de 5,3 litros con dos compresores M90 Eaton. Así, la potencia era de 557 CV, mientras que el par máximo se situaba en unos 749 Nm.

Le sacaba unos 220 CV al Virage

El propulsor de este modelo y el bloque de 5,3 litros y 32 Válvulas del Aston Martin Virage eran muy similares, pero una de las mayores diferencias estaba en la sobrealimentación del V550. Fue esto lo que le hizo sacarle unos 223 CV de ventaja al otro deportivo de la marca.

Pasaba de 0 a 96 km/h en 4,6 segundos

Puede que ahora esta cifra no sea sorprendente, pero hay que ponerse en perspectiva. El tiempo de 0 a 96 km/h -o lo que es lo mismo, de 0 a 60 mph- de un Ferrari F355 era de unos 4,5 segundos, mientras que el Vantage V550 firmaba 4,6 segundos. El ‘Cavallino’ era un poco más rápido aquí, sí, pero el inglés podía igualmente mantener el ritmo en recta.

Su velocidad máxima era de 299 km/h

Si contabas con una recta enorme y solo te dedicabas a pisar a fondo en este deportivo, encontrarías el tope en las 186 mph o 299 km/h. Esa era la velocidad máxima de este coche, que fue descrita como ‘adecuada’ por el equipo de ventas de la marca.

Su tanque de combustible era de 110 litros

Si hablamos de un coche de dos toneladas con un motor V8 de más de 500 CV, es probable que te asuste pensar en el consumo de combustible. Por supuesto, el dueño de un V550 no se va a preocupar de lo que le cueste parar en la gasolinera, pero es importante poder llegar a ella. Para eso, se montó un depósito de 110 litros con bocas de llenado a ambos lados del maletero.

Sus frenos de 362 mm eran los más grandes del momento

Uno de los rasgos más llamativos de este coche no era su capacidad para correr, sino para frenar. Con unos discos ventilados de 362 mm delante y 310 mm detrás con pinzas AP de cuatro pistones, está claro que no se escatimó en gastos aquí. Eran los frenos más grandes que podías tener en aquel momento.

La versión Le Mans subía la potencia a 608 CV

Dentro del Aston Martin V8 Vantage V550 se ofreció la versión V600 Le Mans, que costaba 43.000 libras -49.323 euros- de los años 90 adicionales. Si optabas por ella, el coche era básicamente desmontado y ensamblado de nuevo, así como mejorado en muchos frentes. Entre ellos estaba la potencia, que aumentaba a 608 CV.