BMW 2800 CS E9: uno de los grandes de la marca

Uno de los coches más bellos de BMW.

El BMW E9 se produjo entre 1968 y 1975 con una carrocería coupé estilo gran turismo, y llevó motores de entre 2,5 y 3,2 litros de 6 cilindros en línea atmosféricos. Es unos de esos grandes olvidados de BMW, quizá por sus escasas unidades o porque fueron ensombrecidos por los sucesivos modelos que vinieron después.

Sin embargo, hoy vamos a recordar al BMW 2800 CS, que inauguró una gran época para la marca alemana, a partir de la cual llegaron los grandes nombres, como los Serie 6 E24, el BMW 3.0 CSL o los Serie 3 E30.

Una mezcla entre Euro Style y Muscle Car

El BMW 2800 CS fue un automóvil construido bajo el diseño de Wilhelm Hofmeister inspirándose en los anteriores BMW E3, pero con una carrocería coupé más corta e incorporando el motor M30 de 6 cilindros en línea y 2,8 litros que generó 170 CV de potencia para sus 1.420 kg de peso.

Como curiosidad, BMW presentó en el Salón del Automóvil de Ginebra de 1969 la versión 2800 Bertone Spicup, un prototipo con los faros cuadrados y recortados por la línea del capó. Contó con una carrocería cabrio y con una apariencia muy similar a la del Alfa Romeo Montreal, pero no llegó a producirse.

Sin  embargo, del BMW 2800 CS salieron a la venta algo más de 6.000 unidades, lo que sentó las bases de futuros modelos dentro de la misma caja, como los 2.5 CS o los 3.0 CS.

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De hecho, fue este último BMW 3.0 CSL (versión homologada de competición) la que se alzó en 1973 con el Campeonato de Europa de Turismos y la victoria de clase en las 24 Horas de Le Mans, así como en Nürburgring. El coche volvería a vencer en el EUTCR desde 1975 hasta 1979, y llegó a aparecer en el IMSA norteamericano.

En la carrocería 2800 se conservó una estética más elegante y fina, con los cuatro faros redondos clásicos al frente, una parrilla alargada con dos riñones verticales (a los que hacen un guiño los actuales BMW M3 Competition y BMW M4 Competition) y un portón trasero que se curva hacia el parachoques posterior.

Fue sin duda un bólido que podía recordar en cierta forma a algunos clásicos americanos o a marcas como Buick con sus coupés, aunque no tardó en abandonar esa elegancia por la deportividad agresiva con el BMW 3.0 CSL.

BMW 3.0 CSL de 1975.
BMW 3.0 CSL de 1975.

Courtesy of RM Sotheby's

Este último coche endureció sus formas, extendió el splitter delantero, añadió elementos aerodinámicos en el capó, aletas prolongadas y un gran alerón trasero, en un diseño claramente opuesto al de su predecesor.

Sin embargo, el encanto del BMW 2800 CS ya no se encuentra fácilmente en años posteriores, y se ha convertido en un cotizado (aunque desconocido) clásico que puede alcanzar más de 30.000 euros en subasta.