Tras la foto: un Ferrari de Fórmula 1 azul y blanco en el GP de EE.UU

John Surtees en el Ferrari 158 azul y blanco, Watkins Glen. GP de Estados Unidos 1964.

No siempre todo fue rosso corsa.

Hacía tiempo que no le dedicábamos un artículo a la sección 'Tras la foto', y hoy es momento de aprovechar el Gran Premio de Estados Unidos de Fórmula 1 en Miami y su relación con la Scuderia Ferrari hace 58 años.

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La historia es curiosa, ya que los colores azul y blanco de los Ferrari de aquella época fueron obra de un adinerado (y enamorado de la competición) estadounidense que tuvo una buena relación con el mismísimo Enzo Ferrari, debido también a un fuerte encontronazo con la FIA.

La aventura de Ferrari en Estados Unidos

Luigi Chinetti (izquierda) junto a uno de sus pilotos de NART.
Luigi Chinetti (izquierda) junto a uno de sus pilotos de NART.

Scuderia Ferrari

Luigi Chinetti era un italoamericano millonario propietario del equipo North American Racing Team. Además, fue piloto de resistencia y empresario, con su hogar fijado en la ciudad de Nueva York. Después de la Segunda Guerra Mundial, regresó a Europa y desde Ferrari cuentan que pasó con Enzo Nochebuena en Módena.

Hablaron de negocios, de la competición y del futuro de Ferrari en Estados Unidos. De hecho, Chinetti se convirtió en la cabeza del Cavallino Rampante en norteamérica, cuyo primer vehículo comercializado fue un Ferrari 166 MM Barchetta junto a un Ferrari 166 Corsa Spider.

Pero la cultura automovilística de Estados Unidos iba ligada a los triunfos sobre la pista, y Chinetti volvió al país con el objetivo de ejercer de enlace a equipos cliente de Ferrari. A ello, sin duda, ayudó su enorme reputación: había corrido en Le Mans, en la Carrera Panamericana e incluso ganó dos veces las 12 Horas de Resistencia de París.

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Sin embargo, a finales de los años 50', su equipo North American Racing Team (NART) comenzó a correr bajo el amparo de Maranello, aunque con la bandera estadounidense sobre la carrocería (sin el rojo, eso sí).

En el año 1961, no hubo menos de siete participantes de NART en las 12 Horas de Sebring, y EE.UU vio por fin el potencial de las máquinas de Ferrari. Pero, en 1964, sucedió algo impensable debido al orgullo y genio desmedido de Enzo y de la Scuderia Ferrari.

Un encontronazo con la FIA, y adiós al rosso corsa

Jhohn Surtees, en un test del Ferrari 158 en Europa antes del GP de Estados Unidos de 1964.
Jhohn Surtees, en un test del Ferrari 158 en Europa antes del GP de Estados Unidos de 1964.

Scuderia Ferrari

En aquel año, hubo un serio problema con la FIA, y Ferrari renunció a su licencia de competición para no volver a mostrar el rojo italiano en un circuito, aunque aún quedaban dos carreras por disputar del Campeonato Mundial de Fórmula 1.

La penúltima carrea tuvo lugar en el Circuito de Watkins Glen, durante el GP de Estados Unidos. Ferrari, a efectos oficiales, no tenía licencia para correr, así que en su lugar se presentó la estructura NART de Luigi Chinetti con sus colores azules y blancos. Nada de rojo.

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Lo mismo sucedió para el último GP de México de la temporada, y fue el piloto John Surtees quién ganó el campeonato mundial de pilotos mientras Ferrari se alzó con el campeonato mundial de constructores, cruzando las últimas dos líneas de meta bajo esta curiosa combinación cromática.

Pero todo tiene su final, y poco a poco las carreras de resistencia se quedaron atrás frente al público con el ascenso de la Fórmula 1 y otras competiciones norteamericanas, así que el equipo NART acabó retirándose (no sin gloria, claro) y Ferrari volvió a vestir su túnica roja para el resto de la historia.