La historia del Peugeot 306 GTI. Un compacto, ¿deportivo?

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¿O simplemente rápido?

La historia del Peugeot 306 GTI es interesante y básicamente se trata de la respuesta a una tendencia. A mediados de los años 90 los compactos deportivos son ya una realidad desde hace tiempo. Casi siempre derivadas del mundo de la competición: bestias como el Lancia Delta HF Integrale o el Ford Escort RS Cosworth ya han conquistado a los más exigentes al volante.

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Pero en esa época también se populariza el concepto de compacto rápido, más que deportivo. Son básicamente las versiones más potentes de la gama, con una puesta a punto un pelín más deportiva y con un diseño discreto para intentar asustar lo menos posible. Es curioso como han cambiado los tiempos en apenas una generación.

Peugeot 306 GTI, más en todo

Hoy en día, los compactos deportivos quieren ser rápidos, precisos, emocionantes al volante y sobretodo llamativos a nivel estético. El concepto de compacto deportivo en la década de los 90 era muy diferente y el Peugeot 306 GTI era el mejor ejemplo. ¿Un deportivo radical? Para nada, todo lo contrario.

Peugeot 306 GTI

Más bien era la versión 'tope de gama' y no solo ponía énfasis en su faceta más deportiva, lo hacía principalmente en cuanto a equipamiento o imagen. Como te decía, su diseño es muy discreto y hoy en día podría parecer el de una versión lujosa. Faldones pintados, llantas específicas y un interior tapizado en piel y Alcántara muy apetecible.

Contaba también con el mejor equipamiento de la gama, con climatizador, cierre centralizado, elevalunas eléctricos o un equipo de sonido premium. Un compacto deportivo que no quería dar miedo a nadie pero que buscaba tener el máximo equilibrio posible entre refinamiento, eficacia al volante y potencia. ¡Me gusta el concepto!

Una puesta a punto muy eficaz

El Peugeot 306 GTI contaba con una puesta a punto muy interesante, con una suspensión deportiva, una dirección más precisa y una nueva caja de cambios manual de seis relaciones. También contaba con frenos de disco en el eje delantero. Peugeot no quería algo radical, no quería una evolución del 205 GTI, buscaba refinamiento y eficacia, que es lo que se pedía en la época.

Su comportamiento gustó mucho y por lo que dicen varios medios de comunicación de la época, podría asemejarse al León Cupra de nuestro tiempo. Muy eficaz en curva pero con un alto grado de confort y refinamiento para poder usarse todos los días sin morir en el intento.

Un motor más potente

Bajo el capó, montaba un motor de cuatro cilindros y dos litros, 16 válvulas y doble árbol de levas. Arrojaba 167 CV y 196 Nm de par a 5.500 vueltas, un motor atmosférico de los de antes que siempre se siente cómodo por encima de las 4.500 vueltas. Asociado a la caja manual ofrecían un tándem muy interesante, que hacía trabajar al piloto, ofreciendo mucho juego entre la tercera y la quinta marcha.

Peugeot 306 GTI

Sus prestaciones no eran nada malas: el Peugeot 306 GTI acelera de cero a cien en 8,5 segundos y alcanza los 220 km/h de velocidad máxima. Su consumo medio era de 8 litros a los cien, aunque seguro que era mucho más alto en una conducción más deportiva.

Si analizamos a los compactos deportivos de cada época, podemos decir que tras la radicalidad y salvajismo de los 80, inspirados en el Grupo B, los 90 fueron un tiempo de calma. De compactos rápidos más que deportivos, perfectamente equipados y jugando el rol de ser los 'topes de gama'. Sus rivales, como el Golf GTI o el Renault 19 16v son también buenos ejemplos.

El Peugeot 306 GTI es un coche que ha sabido envejecer muy bien pero que claramente ha caído en el olvido. Hoy en día los puedes encontrar por el entorno de los 6.000 euros: quizás con el paso del tiempo se vuelvan a valorar estos compactos 'rápidos' de los 90. ¡Quién sabe!