Hace escasos días, el buque de transporte de coches Felicity Ace sufrió un incendio en la bodega de carga que se expandió rápidamente. La tripulación y toda su estiba de vehículos se quedaron en su interior quedando a la deriva en el Océano Atlántico a 90 millas náuticas al suroeste de las Azores. Cuatro mil eran los automóviles a bordo, todos ellos del Grupo Volkswagen.

Entre ellos el Lamborghini Aventador es el que más preocupa. Así lo confirmó el jefe del fabricante de esta marca en Estados Unidos, Andrea Baldi, quien desconoce el alcance de los daños. Este modelo se agotó por completo y estaba programado para ser eliminado de la producción para ser reemplazado por un nuevo modelo. 

Si los Aventador a bordo resultaron dañados o, peor aún, destruidos, la empresa tendría que volver a sus proveedores para ver si los vehículos perdidos pueden reconstruirse. “El automóvil está agotado, por lo que siempre existe la posibilidad de que, de las 563 unidades, alguna cancelación pueda permitir un reemplazo del Aventador, pero prefiero esperar", señaló Baldi.

Ya pasó algo parecido en 2019 cuando el buque Grande América hiciera aguas frente a las costas francesas. En ese caso el que se vio perjudicado fue el Porsche 911 GT2 RS. La firma alemana decidió construir cuatro ejemplares adicionales del automóvil para clientes en Brasil cuyos automóviles se perdieron en el mar. 

Sin embargo, puede ser más difícil para Lamborghini que repita con el Aventador la historia del Porsche, ya que es un vehículo independiente. El modelo de la firma alemana (911 GT2 RS) compartió bastantes características mecánicas y de diseño con el con el Porsche 911.

Sea cual sea la circunstancia que se dé, lo que parece obvio es que la firma con sede en Bolognese tendrá un serio problema en la entrega a sus clientes, ya que las demoras podrían duras más de seis meses. Ahora habrá que ver si el Aventador y el resto de modelos de la marca a bordo (la mayoría de los cuales eran SUV Urus) se pierden o no.

“Todavía no sabemos el resultado final. También estamos esperando información oficial por el momento”, explicó Baldi. “Hemos informado a nuestros distribuidores y ellos han informado a nuestros clientes, porque pase lo que pase, en cualquier caso, habrá un retraso”.

Lo que tienen claro en la compañía italiana es que las pérdidas van a ser cuantiosas. Las estimaciones ascienden a 335 millones de dólares (cerca de 298 millones de euros). 

Este hecho sólo se sabrá cuando el contenido del Felicity Ace pueda ser remolcado a puerto e inspeccionado. “Informaremos a los clientes tan pronto como tengamos información definitiva. Todavía esperamos lo mejor, pero estamos preparados para lo peor”, agregó Baldi.