El Nissan Skyline GT-R (R34) de Paul Walker en Fast & Furious 4 se vende por más de un millón de euros

Nissan Skyline GT-R (R34) de Fast & Furious

El coche fue el único Skyline GT-R real usado en la película y fue modificado de acuerdo a los gustos del propio Paul Walker.

Fast & Furious ahora trata sobre villanos que quieren acabar con el mundo y coches que vuelan entre rascacielos o llegan al espacio, pero hubo un tiempo en el que no era así. Un ejemplo es Fast & Furious 4, una entrega estrenada en el año 2009 que tenía a este Nissan Skyline GT-R (R34) como uno de sus protagonistas. Ahora, ese coche se ha vendido por más de un millón de euros.

Sí, has leído bien. Este Nissan se ha vendido por un precio superior al de muchos hiperdeportivos, en concreto por 1.357.000 dólares -unos 1.238.425 euros-, pero ¿por qué? Bueno, lo cierto es que se trata de un coche especial, ya que ha formado parte de una de las sagas cinematográficas más conocidas del mundo del motor y además fue creado según el gusto del actor Paul Walker.

Rebobinemos más de una década, cuando se estaba preparando la que sería la cuarta película de Fast & Furious. A la hora de elegir los coches, se optó por el Nissan Skyline GT-R de la generación R34, que ya fue usado en la segunda entrega. Sin embargo, este coche es difícil de conseguir en Estados Unidos, ya que nunca se vendió allí.

Además de esto, hay que tener en cuenta que este modelo no cumplía con normativas como la de emisiones del país norteamericano, lo que no permitía importarlo hasta que cumpliera 25 años. Esto, eso sí, a excepción de algunas unidades que fuesen adaptadas por empresas de homologación especializadas.

En resumen, conseguir uno de estos deportivos japoneses no era barato para un particular y una película suele necesitar varias unidades. Con esto en mente y con la mentalidad de ahorro que se suele dar en muchas películas, se optó por usar Nissan Skyline GT-T para escenas de acción. Además, dado que eran tracción trasera y no total, podían derrapar para la grabación.

Por otro lado, se llegó a usar alguna carrocería de Skyline movida por el motor de un Volkswagen Escarabajo, ya que el coche recibe varios daños en la película y no se iba a arriesgar un GT-R real para algo así. Porque sí, hubo uno de verdad y se trata del que veis en las fotos.

Motor RB26 del Nissan Skyline GT-R (R34) de Fast & Furious

El coche se compró desde Japón y Kaizo Industries se encargó de enviarlo a Estados Unidos. Allí llegó sin motor, pero la empresa envió más adelante un RB26 que además había sido modificado según las directrices de Paul Walker -Brian O’Conner en la saga de películas-, quien era un apasionado de las cuatro ruedas.

De esta forma, este era el llamado ‘Hero Car’, el coche usado para las escenas de menos riesgo y en las que más se ve el vehículo en cámara. También fue el conducido por el propio Walker en la cinta y cuenta con el asiento bucket regulado para su posición, sin que haya sido movido desde el año 2009. 

Eso sí, esta no es la única peculiaridad de este Skyline GT-R (R34) de Fast & Furious 4. También cuenta con mejoras como un intercooler de Turbonetics, sistema de escape Nismo NE-1, más presión del turbo, amortiguadores Nismo, una jaula antivuelco, barra antitorsión de titanio, frenos mayores, nuevos paragolpes y faldones, llantas Volk Racing, volante Momo, pedales Nismo, etc.

Interior del Nissan Skyline GT-R (R34) de Fast & Furious

Así es como se configuró el coche que, en la película, O’Conner fabrica para infiltrarse de nuevo en el mundo de las carreras callejeras. En la vida real, se trataba de una unidad con unos 557 CV, lo cual es un gran cambio respecto de los 320 CV del coche de serie. Era una creación espectacular, pero casi tuvo un final triste.

Por lo que parece, tras la película, el coche fue requisado por la patrulla fronteriza estadounidense al considerarse que fue importado por piezas -algo ilegal en ese momento- y no tener permiso de importación. Así, se inició una batalla legal que acabó con el Skyline GT-R siendo enviado a Alemania en 2012, donde ha permanecido hasta que ser subastado en Bruselas por más de un millón de euros.

Ahora alguien cuidará este modelo como oro en paño, lo que es es un final mucho más feliz que el que podría haber tenido tras ser requisado. ¿Recordáis el Skyline GT-R (R33) de Leon en la primera película? Se dice que aquel no corrió tanta suerte y acabó aplastado por las autoridades tras varios problemas legales. Una auténtica pena…