Aston Martin Valkyrie: todas las fotos, todos los detalles

Aston Martin y Red Bull se inspiran en los dioses para un deportivo V12 que promete ser infernal.

Cuando todavía lo conocíamos por su código de denominación interna, AM-RB 001, nos anunciaron que este superdeportivo estaba agotado antes incluso de ponerse a la venta (te lo contamos aquí). Y ni siquiera sabíamos su nombre real, revalado más tarde en el Salón de Ginebra 2017. Meses después, ya tenemos las primeras imágenes del coche definitivo y sí, aunque parezca un coche de carreras, será el artilugio perfecto para ir a buscar el pan con todo el estilo del mundo.

Te interesa: Mercedes-AMG Project One, el deportivo con motor de Fórmula 1

Toda la aerodinámica que incorpora, que es mucha, deriva directamente de la Fórmula 1 y del equipo Red Bull Racing, con Adrian Newey a los mandos de este espectacular proyecto. En el vídeo que puedes ver en la galería ya se apreciaban muchos detalles importantes del coche, como el escueto interior, el espectacular frontal o un difusor trasero del tamaño de Burgos. Ahora podemos contarte que el diseño de lágrima que conforma el habitáculo ayuda a llevar enormes cantidades de aire bajo el coche, alimentando dicho difusor y proporcionando una presión aerodinámica "extraordinaria".

Este apartado ha sido tan cuidado que en la carrocería del Valkyrie apenas existen elementos que interrumpan el flujo del viento... o la visibilidad; así, los retrovisores han sido sustituidos por cámaras, cuyas imágenes aparecen en unos displays en la base de los pilares A. No hay luneta trasera (la toma de aire en el techo y las formas del vehículo la hacían imposible), por lo que no es necesario el espejo interior. Lógico.

Para aprovechar el espacio, los asientos se han montado directamente sobre el chasis. Los ocupantes adoptan una posición muy reclinada, como en los monoplazas de F1 o en los prototipos de las 24 horas de Le Mans, aumentando su seguridad y ayudando a sentirse 'unido' al coche. Los arneses de cuatro puntos vienen de serie (los de seis serán opcionales para aquellos que vayan a pasar más tiempo en un circuito).

También al igual que en la F1, los faros han sido reducidos a su expresión esencial, dejando al descubierto partes de aluminio anonizado. No sólo representan una obra de arte; también son un 35% más ligeros que cualquiera de los disponibles en un vehículo de producción de la marca. Oh, un detalle que te encantará; el logo 'normal' se consideraba demasiado 'ladrillo', así que la solución ha sido una placa de aluminio con un tratamiento químico que permite que su grosor sea un 30% menor que el de un cabello humano. Su peso respecto al logo habitual se reduce un 99,4%; se coloca sobre la carrocería pintada y se cubre con una capa de laca. Entiéndelo, una pegatina habría sido vulgar. La luz de freno central en la zaga, de LED, también es la más pequeña del mundo. Es un paso más en la lucha por eliminar los gramos innecesarios.

El Aston Martin Valkyrie lleva neumáticos Michelin Pilot Sport Cup 2 265/35 en el eje delantero y 325/30 en el posterior. Recubren unas llantas de magnesio de 20” (delante) y 21” (detrás) con una tuerca central, como en los vehículos de carreras, para reducir las vibraciones.

Cosworth es el encargado del motor, un V12 de 6,5 litros que no sé muy bien cómo habrá cabido en ese conglomerado de aerodinámica imposible que ha creado Newey. No se sabe nada sobre su potencia o prestaciones, pero apostamos a que entrará fácilmente en el club de los coches más rápidos. De hecho, el objetivo es una relación peso/potencia de 1:1… La caja de cambios es una Ricardo de siete velocidades operada mediante unos botones en el volante (por cierto, se puede quitar, como en los coches de carreras), nada de levas que te distraigan de la carretera. Los datos que necesitas se muestran en un display frente a tus ojos. Rimac (sí, los mismos que están detrás del loquísimo Concept_one eléctrico) está a cargo de las baterías del sistema híbrido.

Por su parte, Multimac, una compañía canadiense, retoma el tema donde lo dejó con el One-77 y el Vulcan y construye la estructura de fibra de carbono del Aston Martin Valkyrie. Los frenos carbono-cerámicos son cosa de Alcon y Bosch se encarga del complicado control de estabilidad.

El vehículo, creado en colaboración con Red Bull, iba a llamarse en un principio Nebula, de acuerdo con los rumores que circulaban por internet. Eso nos enseñará a no confiar en lo que se ‘oye’ en la red: la realidad es que continúa la fascinación de Aston con los nombres que comienzan por la letra V (Vantage, Virage, Vanquish, Vulcan).

Valkyrie se ha elegido no por el film de Tom Cruise (aunque bien merecería estar entre los coches de película, por cierto), sino por la mitología nórdica. Las valkirias, según Google, son “un grupo de mujeres enviadas por el dios Odin a los campos de batalla para determinar cuál de los caídos merecía un lugar en el Valhalla”. Así se bautiza un automóvil.

En palabras de Marek Reichman, jefe de Diseño de la compañía, “los nombres de nuestros coches tienen un profundo significado. Necesitan ser inspiradores y emocionantes. El Aston Martin Valkyrie es un vehículo increíblemente especial, por lo que requiere una denominación igualmente excepcional; es un modelo inflexible que lo da todo. Las connotaciones de poder y honor, de ser elegido por los dioses, son muy evocadoras y se ajustan perfectamente a un automóvil que sólo unos cuantos afortunados pueden experimentar”, añade.

Así que… el Aston Martin Valkyrie ha sido diseñado por algunos de los mejores ingenieros del automovilismo, cuenta con proveedores de primera línea para sus componentes y tiene su imagen definitiva. ¿Hará parecer desfasados el Porsche 918, el McLaren P1 o el Ferrari LaFerrari?