En Japón está de moda tunear coches. Les divierte y les cataloga como únicos. La firma tuner japonesa DAMD (Dream Automotive Development & Design) se atrevió a transformar el Suzuki Lapin en una copia del histórico Renault R4. Ese guiño a la marca francesa no ha pasado desapercibido para los nostálgicos de este vehículo, que se conoce en el país del sol naciente como Ancel Lapin. 

En 2004 Suzuki fabricó la primera versión del Lapin. Con el paso de los años ha terminado siendo un homenaje al R4 y bautizado con el nombre de Ancel Lapin (a la sazón, Ancel es una compañía de herramientas de diagnóstico para coches japoneses) y se perfeccionó hasta conseguir la versión actual, que destaca por sus líneas cuadradas como ya era el modelo original.

El kit que monta está disponible en dos versiones, diferenciadas por los parachoques. Incluye la parte delantera, que añade una parrilla con el logotipo de Renault, faros y flechas de trabajo y el capó. En la parte trasera, dispone de los faros habituales y luces de matrícula, flechas laterales , protecciones en las puertas, y frisos cromados con la escritura Ancel.

En cuanto a mecánica, si nos ceñimos a las motorizaciones del Suzuki Lapin de tercera generación, dispone de un motor de 657 cc con 60 CV. El Renault 4 GTL, la última versión de este modelo que perduró hasta 1993, disponía de un motor de 1,1 litros y 34 CV (su primer propulsor, en 1961, fue de 603 cc y 23 CV). Hasta 1977 sólo se podría comprar con cambios manuales de tres velocidades. Más tarde se varió a cuatro relaciones con su característica palanca en el salpicadero.

La recreación del famoso 'Cuatro Latas' cuenta con un tamaño casi similar: los dos kei-car que sirven como punto de partida miden 3,40 m de largo. O lo que es lo mismo, 26 centímetros menos que el Renault al que se asemejaría con esta transformación, que en su frontal es prácticamente calcada y en el resto, opinad vosotros. 

Adquirir un R4 original en España está al alcance de un clic en las diferentes webs y aplicaciones de segunda mano. Además, según se desprende de esos mismos sitios, hay un generoso parque móvil de piezas de recambio. 

Ahora bien, el modelo japonés llega cargado de tecnología actual, con lo que gana muchos puntos si vives en Japón (este coche no se va a comercializar en Europa). El precio allí es, dependiendo del acabado, entre 348.000 y 380.000 yenes (traducido en euros, entre 2.800 y 3.100€). A este precio se le puede añadir la pintura. 

Asimismo, el kit también puede ser ensamblado por el mismo propietario, ya que para su aplicación, una vez que se han desmontado las piezas originales, solo se requieren tornillos de presión y una cinta adhesiva especial.