Hallazgo insólito: se encontraron dos dedos humanos en el interior del Peugeot 205 de Juha Kankhunen

Peugeot 205 en rallies

Gustavo López Sirvent

Sucedió en el Rally Acrópolis de 1986, cuando los mecánicos del equipo Peugeot se toparon con ese desafortunado descubrimiento, que estaba en la bahía del motor del 205 T16 del piloto finlandés. Las tomas de aire de las puertas, posibles causantes de que un espectador se cercenara esos dos dedos.

Anécdotas y vivencias en el orbe de los rallies ha habido, y hay, miles. Pero hay alguna más curiosa que otra. Si nos remontamos a 1986, en el Rally Acrópolis sucedió un hecho insólito en este deporte, que sucedió por la temeridad de un espectador, que perdió dos dedos de la mano y que, paradójicamente, no los reclamó. 

Para los lectores de otras generaciones, o los profanos en la materia, debemos recordar que en aquella época la seguridad en las carreras brillaba por su ausencia. Se daba una ecuación muy peligrosa que era la de unidades con gran potencia y velocidad con la imprudencia de un público ávido de adrenalina y que le daba igual su propia integridad física.

Si paseamos por los vídeos que circulan por internet de rallies de mitad de los 80 veremos a asistentes a carreras invadiendo la carretera mientras los coches del Grupo B intentaban salir de esa maraña a velocidades de vértigo.

Los espectadores estaban dispuestos a todo con el fin de aproximarse a los coches que pasaban disparados, lo que les hacía estar a muy pocos metros. El arriesgado reto era vivir lo que se siente y masticar el peligro lo más cerca posible de los vehículos. 

Y hete aquí donde sucedió lo que podría suceder. Algunos de esos asistentes trataban de tocar los coches a su paso, ya fuera en curvas lentas o en tramos donde disminuía la velocidad de los participantes. Esta noticia, que ha publicado Periodismo del Motor, se debió a la irresponsabilidad individual.

Hubo un temerario aficionado que perdió dos dedos intentando tocar un Peugeot 205 T16 que participó en el Rally de Grecia. Así lo comentó Juha Kanhkunen, que era piloto del equipo Peugeot por aquel entonces y que, ese mismo año, se proclamó campeón del mundo.

“Sí, dos dedos. Había tomas de aire detrás de las puertas para llevar el aire hacia el sistema de refrigeración del motor y estaban bastante afiladas. Nosotros simplemente intentábamos mantenernos en la carretera, en ningún momento nos salimos de la pista ni nada por el estilo, pero los aficionados estaban todo el rato intentando tocar el coche”, señaló el finlandés.

¿Cómo se descubrió este insólito hallazgo? Cuando al finalizar una de las etapas de la competición griega, uno de los mecánicos del equipo Peugeot Talbot Sport tuvo la mala fortuna de encontrarse dos dedos humanos dentro de la bahía del motor del citado Peugeot 205 T16.