Rolls-Royce Arcadia y sus cifras más locas

Rolls-Royce Arcadia

Gustavo López Sirvent

Este cabrio en forma de gota es un encargo de un cliente a la firma británica, por lo que está hecho a su gusto. Las piezas de madera, su reloj hecho a mano, la pintura o los detalles interiores son dignos de estudio (psicológico). Dicen que su valor podría estar en torno a los 20 millones de euros.

Desde que apareciera el Rolls-Royce Droptail, todo lo demás podría ser insignificante. Un coche de más de 30 millones de euros ya es una locura en sí y más habiendo lanzado las versiones Amethyst (con un cambiante esquema de color púrpura) y La Rose Noire. Pues la opulencia no conoce límites, amigos. 

El hambre por querer más, el inconformismo hecho a base de talonario, ha provocado que la firma de Goodwood fabrique el Droptail Arcadia. Se trata de un cabrio único, estilo droptail (gota) con su pintura blanca (que dicen que relaja) y adornos de madera terrosa. El paraíso sobre cuatro ruedas porque Arcadia era un lugar mitológico que para los griegos representaba 'el cielo en la Tierra'. 

Pues bien, hubo un cliente forrado de millones que lo quiso a su gusto. Para ello, en la firma británica investigaron cuáles eran las preferencias personales del señor, desde la ropa a la comida, desde el mobiliario al destino de sus viajes. Hablaron también con sus familiares, estudiaron las residencias y empresas que tiene por todo el mundo. 

El resultado fue que este vehículo tan particular debía tener la arquitectura, el diseño, la escultura, la náutica y la precisión de un reloj suizo (sin serlo). 

Los ingenieros desarrollaron un esquema de color de dos tonos que consistía en una base blanca sólida infundida con partículas de aluminio y vidrio que se compensa con las secciones inferiores de fibra de carbono, que están pintadas de plata por primera vez en un Droptail. 

Pero el tiempo que se debió pasar en el taller de pintura no es nada comparado con las horas que se invirtieron para crear y terminar las molduras de madera de esta obra de arte. Lleva incorporadas 233 piezas de madera, incluidas 76 solo en la plataforma trasera, y los técnicos tuvieron que usar técnicas aplicadas en la Fórmula 1 para hacer una fibra de carbono rígida a la que se pudiera aplicar la madera. 

El resultado iba a ser espectacular, como así fue, pero para ello se necesitaron más de 8.000 horas de trabajo de desarrollo en los detalles de carpintería. Aparte, otro equipo pasó cinco meses ensamblando la esfera de reloj más compleja jamás instalada en un Rolls Royce, después de haber dedicado dos años de trabajo a ese pequeño detalle.

Los diseñadores de la compañía inglesa no se rasgaron las vestiduras a la hora de describir este reloj tan especial: "Los estándares de prueba y validación en Rolls Royce son más altos que los del mundo de la relojería". ¿Qué pensarán en Suiza al respecto?

Por ejemplo, podemos apreciar que hay algo especial en el patrón guilloché geométrico de la esfera con sus 119 facetas. Ese número procede de los 119 años en el negocio que Rolls celebró en 2023, el año en que el cliente vio por primera vez una vista previa de su automóvil. Además, cada uno de los marcadores horarios tiene solo 0,1 mm de grosor y están pintados a mano.

Debajo del capó tiene una arquitectura mecánica que ha heredado del Rolls-Royce Ghost, o lo que es lo mismo, un motor V12 de 571 CV. Se desconoce cuánto se pagó por este coche enfermizamente perfecto, pero los expertos en coches de lujo calculan que la cifra podría rondar los 20 millones de euros.