El videojuego 'Gran Turismo' le cambió la vida a Lucas Ordóñez

Gran Turismo 7, un GT de los de toda la vida

Gustavo López Sirvent

El madrileño quiso ser piloto real, pero lo fue virtual gracias al videojuego, donde llegó a competir en diferentes campeonatos del mundo (LMP2), en GT3 y estuvo dos veces en el podio de las 24 Horas de Le Mans. Ahora es asesor del famoso juego de Sony así como colaborador con la escuela de conducción del RACE.

En la actualidad trabaja de asesor de 'Gran Turismo' (han pasado por sus manos todos los prototipos de las últimas videoconsolas de Sony) y colabora con la Escuela de conducción del RACE del circuito del Jarama, pero la vida de Lucas Ordóñez bien podría dar para un libro o, por qué no, para una película (ahora que se ha estrenado la que da título al videojuego).

Este joven madrileño de la localidad de Aravaca comenzó a competir en los campeonatos autonómicos de karts estando siempre entre los mejores. Junto con su hermano Víctor dio el salto a la Fórmula Toyota 1.300 donde las cosas ya no le fueron tan bien. A pesar de buscar apoyos para continuar en ese mundillo, decidió dejarlo a los 15 años y dedicarse a sus estudios.

Después de esta decepción comenzó a trabajar como monitor de cursos de conducción de la escuela del RACE y fue allí donde un día, leyendo una revista de motor, vio que los creadores del famoso videojuego Gran Turismo -título de culto para todo aficionado a las cuatro ruedas- buscaban un piloto virtual para hacerle pasar a lo real. Y se apuntó al llegar a su casa esa misma tarde.

La academia se llamaba GT Academy, que fue un bombazo en los albores de los años 2000. Fue entonces cuando empezaron a llegar las opciones de jugar online con videojuegos, pero Gran Turismo iba más allá y buscaba una lista de los mejores tiempos en cada circuito y en función de la categoría de coche utilizado. 

Tal y como relata el portal Relevo, comenzó a practicar con el mando con diferentes coches y circuitos. Pero no era suficiente porque estaba muy lejos de las mejores 20 marcas de cada país en Europa. Así que adquirió un volante, unos pedales y una palanca de cambios, ya que había leído en los foros que el cambio de marchas manual te daba algunas centésimas de segundo por vuelta. 

Empezó a tener una rutina de entrenamientos nocturna (de 23h a 1h de la madrugada) y logró ir bajando de décimas en cada sesión que hacía porque sabía que el premio final era correr las 24h de Dubai con un ex piloto de F1, Johnny Herbert.

Y así llegó a la última noche, cuando todo se decidía sin vuelta atrás. Cometió muchos errores aquella noche, pero nuestro protagonista siempre estaba entre los 20 primeros. Y ya por la tarde, tras haber dormido pocas horas, recibió un email de los organizadores de GT Academy que le confirmaban su puesto en la final española, que se celebraría en el karting Carlos Sainz.

Ya metidos en harina, trató de calmar sus nervios y afrontar las tres vueltas que tenía que dar al circuito de Suzuka (Japón). Tras sufrir mucho durante la prueba, consiguió finalizar entre los tres primeros. El premio era viajar al circuito de Silverstone para estar entre los mejores pilotos de Gran Turismo del mundo. 

Tras una formación casi militar en el circuito británico, comenzó a participar en eventos como la competición de Oriente Medio, donde finalizó noveno y logró rodar en tiempos de sus compañeros, que ya llevaban tiempo pilotando. Pero la tozudez de Ordóñez hizo que los responsables del juego siguiesen contando con él.

El siguiente paso fue participar en las 24 horas de Le Mans dos años después. Tras participar en el Europeo de GT4 llegó el momento de correr en la prueba de resistencia más famosa del mundo. Fue en 2011 cuando logró la pole position y un segundo puesto final en la categoría LMP2 junto a sus compañeros Soheil Ayari y Franck Mailleux. 

Fue la competición francesa el punto de partida a una carrera deportiva de 12 años en los que fue piloto oficial de Nissan, campeón de Europa de GT3, campeón del mundo en LMP2 y estuvo dos veces en el podio de Le Mans en sus cinco participaciones. Toda una historia de película para un aficionado que aspiraba a ser piloto real y lo fue, pero virtual.