Los 3 mejores motores de Ford de la historia
Las mejores unidades de potencia del icono estadounidense.
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La Ford Motor Company fue fundada en 1903, y a lo largo de su historia han creado algunos de los motores más espectaculares del mundo. Los más famosos, V8 al más puro estilo americano. Pero hay más, tanto en coches de serie como derivados de la competición.
Si bien, en esta historia no solo entra en escena Ford. La importancia de sus aliados, como Shelby American o Cosworth, es innegable. Repasamos los tres mejores motores Ford de la historia, y un cuarto de propina que merece una mención honorífica por su dominio en Fórmula 1...
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Motor 'Cobra Le Mans' Ford 428-V8 | Ford Mustang Shelby GT500 de 1967
El famoso motor 'Cobra Le Mans' de la compañía de Carroll Shelby nació para dar vida al Mustang Shelby GT500 de 1967. Se trató de un bloque V8 de 7,0 litros con unas dimensiones prácticamente idénticas al motor básico del Ford Mustang original.
Fue modificado a partir de la competición, en carreras como las 500 millas de Daytona o las 24 Horas de Le Mans, que le dan su nombre. Generó en su tiempo 359 CV y 569 Nm de par máximo, gracias a su sistema de carburación múltiple con 2 carburadores Holley de 4 gargantas.
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Fue un bloque de hierro extremadamente resistente, de admisión atmosférica, 4 válvulas por cilindro y una relación de compresión de 10,5:1. Nada mal para la época, y desde luego que convirtió al Shelby GT500 en todo un icono clásico que tiene continuidad de producción en sus versiones modernas actualmente.
Motor 2.T Cosworth YB Turbo | Ford Sierra Cosworth
Cosworth vivió un amplio idilio junto a Ford en modelos para calle y en competición. La empresa británica modificó el motor base de 4 cilindros en línea del Ford Sierra y lo llevó al extremo durante la segunda generación del coche, que se produjo entre 1987 y 1993.
En su versión 2.0T Cosworth, el bloque de 2,0 litros incorporó un total de 16 válvulas (el tope de toda la gama) con un sistema turbo con intercooler. Generó un total de 220 CV y 285 Nm de par máximo, lo que llevó al Ford Sierra Cosworth a hacer el 0 a 100 km/h en solo 6,9 segundos y alcanzar una velocidad máxima de 240 km/h.
Actualmente esta versión del famoso Sierra está enormemente cotizada por su fiabilidad y potencia, además de ser un coche con una peculiar carrocería y un alerón trasero de triple anclaje realmente icónico.
Motor EcoBoost V6 biturbo | Ford GT
El bloque EcoBoost V6 biturbo a 60º de 3,5 litros vino a sustituir al anterior motor V8 sobrealimentado de 5,4 litros a 90º que equipó el Ford GT de primera generación, debido a las normativas anticontaminación. Un cambio, a priori, que puede parecer una decepción, pero nada más lejos de la realidad.
Este EcoBoost supera a su predecesor en casi 100 CV y 70 Nm de par máximo, con unas cifras totales de 656 CV y 746 Nm. Una barbaridad que lo llevan a un 0 a 100 km/h en 2,9 segundos y una velocidad máxima de 348 km/h. Un superdeportivo con todas las letras.
El heredero del antiguo Ford GT40 vio una espectacular evolución tecnológica en todos los ámbitos, que también le llevo de nuevo a los circuitos para medirse contra grandes fabricantes en el WEC (Campeonato Mundial de Resistencia), el IMSA estadounidense y en carreras como las 24 Horas de Le Mans, donde fue segundo en 2017 en la categoría GTE por detrás de Aston Martin y su Vantange.
Bonus: Motor Ford-Cosworth DFV V8 de Fórmula 1
Si el dominio de Mercedes en Fórmula 1 actualmente (roto por la reciente victoria de Max Verstappen y Red Bull Honda) os parece atronador, os invitamos a revisar los resultados de la F1 en la década de los 70' y los 80'.
Colin Chapman, fundador y director del equipo Lotus de Fórmula 1, convenció a Ford de dar una oportunidad a Keith Duckworth (uno de los fundadores de Cosworth) para modificar su unidad de potencia y crear una que marcase la diferencia en los tiempos sucesivos.
Así, Cosworth creó, a partir de la base de Ford, el famoso motor DFV, también llamado 'doble cuatro válvulas'. Su diseño consistió en dos motores de 4 cilindros en línea de 1,8 litros dispuestos en V a 90º. Nació entonces un V8 que nada tuvo que envidiar a otros fabricantes, ni si quiera al todopoderoso V12 de Ferrari.
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Fiabilidad, poco peso y un bajo centro de gravedad. Estas características junto a grandes equipos y pilotos, hicieron que el motor de Ford y Cosworth consiguieses 167 victorias a lo largo de 20 años, con Jim Clark y su Lotus 49 inaugurando la cuenta en el GP de Países Bajos de 1967.
Tal fue su éxito que en la década de los 70, solo hubo dos escuderías de una veintena de la parrilla que no usaron el motor estadounidense: Ferrari y BRM. De hecho, en 1973, las cinco primeras escuderías del campeonato portaron el V8 DFV: Lotus, Tyrrell, McLaren, Brabham y March.
Y finalmente, en 1975, 12 de los 13 equipos del Campeonato llevaron el V8 a sus espaldas, salvo Ferrari, que ganó ese año el mundial con Niki Lauda y su Ferrari 312T. En definitiva, un abrumador dominio que como todo en la vida, decreció, debido a la llegada de la era turbo.