Hoy se cumplen 25 años de la victoria de Ayrton Senna en el GP de Mónaco F1 1993 . Aquel histórico 23 de mayo, el brasileño batió el récord de cinco triunfos en el Circuito de Montecarlo , que ostentaba Graham Hill desde 1969. Fue su último éxito en el Principado.
Ayrton Senna, el dios de la F1
Increíblemente, Alain Prost y Ayrton Senna llegaron a la sexta cita de la temporada, el GP Mónaco F1 1993, separados por tan solo dos puntos. De hecho, estaban empatados en el número de veces que se habían subido a lo más alto del podio, dos cada uno.
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El paulista se encontraba con la moral por las nubes y en un gran estado de forma. No en vano había triunfado -contra todo pronóstico- en el GP Brasil 1993 y en el mítico GP de Europa 1993, donde marcó una primera vuelta memorable en Donington Park .
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Por el contrario, el francés no había sabido sacar -suficiente- ventaja de la superioridad del Williams FW15C. Su motor Renault V10 rendía unos 50 caballos más que el propulsor V8 Ford del McLaren MP4/8A de Ayrton Senna. Eso por no hablar de las innovaciones tecnológicas del coche de Prost, el mejor de la parrilla.
Pues a pesar de estas limitaciones técnicas y factores adversos, el tricampeón del mundo (1988, 1990, 1991) fue tercero en la crono del GP de Mónaco F1 1993 . Solo Prost y Michael Schumacher, con el Benetton-Ford B193, le superaron.
Desde Top Gear hemos querido dejar para el final de este ranking la espectacular acción que protagonizó el mítico Ayrton Senna en el vetusto trazado de Donington Park en 1993. Durante la primera vuelta -probablemente la mejor en toda la historia de la F1- del GP de Europa el mito brasileño, al volante de su McLaren MP4/8, firmó una de las mejores actuaciones de su vida. En realidad se trata no de uno, sino de cuatro adelantamientos que te dejarán con la boca abierta. A lo largo de 4.023 metros, y desde la salida de la carrera, superó a los rivales que le precedían para ascender de la quinta a la primera posición. Y todo ello sobre un peligroso y mojado asfalto. Viendo estas imágenes comprenderéis mejor por qué se le llama el dios de la lluvia y por qué continúa siendo idolatrado por una legión de fieles que no le olvidan. Ayrton en estado puro. Los buenos aficionados -con cierta edad como la mía- jamás podremos olvidar una de las grandes lecciones del catedrático de la velocidad. Siempre Senna.
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Así se llegó a la carrera del GP Mónaco F1 1993. Prost arrancó unos instantes antes de la señal de salida, por lo que recibió una sanción de 10 segundos . Al pasar por boxes, el galo, algo torpón, caló el coche. Los mecánicos lograron arrancarlo, pero tras perder un tiempo precioso y las opciones de victoria.
Entonces Schumacher tomó el testigo en la cabeza hasta que su mecánica dijo basta. A partir de ese instante, Ayrton Senna voló hacia la leyenda, sumando su octavo podio y quinto triunfo consecutivo en Montecarlo, el 39º y antepenúltimo de su vida.
Solo el arrojo y la maestría del brasileño le permitieron brillar con una mecánica sensiblemente inferior al resto de rivales. Por cierto, Damon Hill, al volante del otro Williams FW15C, terminó segundo a casi un minuto de Ayrton Senna.
Senna, tras proclamarse campeón de la F3 británica, dio el salto a la F1 de la mano de la modesta escudería Toleman. Debutó el 25 de marzo de 1984 en el GP de Brasil al volante del TG183B de la temporada anterior. A pesar de la tortuga rodante, logró el milagro de sumar sus 2 primeros puntos al terminar 6º en Sudáfrica y también en Bélgica. En el GP de Francia, 5ª cita del año, estrenó el nuevo Toleman TG184-Hart. A los mandos de este modelo logró un increíble 2º puesto en el GP de Mónaco.La prueba se disputó bajo un diluvio descomunal. Senna demostró sus habilidades sobre el asfalto mojado. No logró la victoria porque la dirección de carrera, ante el peligro de que Alain Prost fuera superado por el astro carioca, la dio por finalizada precipitadamente. Sin embargo, cuajó una actuación para la leyenda. Había nacido el dios de la lluvia y de la velocidad.
Senna quería progresar en la categoría reina y por ese motivo se marchó en 1985 a la escudería Lotus. El 97T, diseñado por Gerard Ducarouge y Martin Ogilvie y propulsado por un motor Renault-Gordini V6 turbo, fue el bólido de esa temporada. No tardó en triunfar con él. Fue en el GP de Portugal, segunda cita de la temporada, donde consiguió su primera victoria en la F1.
Su lección bajo una lluvia torrencial obtuvo elogios del paddock y del público de todo el mundo. El 97T era un coche veloz pero poco fiable. A pesar de ello, Senna y su compi Elio de Angelis lograron 3 victorias, 9 podios, 8 poles y 3 vueltas rápidas. Lotus terminó 4º en el campeonato del mundo de constructores.
El 98T de 1986 resultó ser un vehículo extremadamente veloz, pero con muchos problemas de fiabilidad. Para lo bueno y para lo malo, montaba un motor Renault EF V6 turbo de 1.496 cc. y 800 caballos. Ayrton Senna sumó 2 victorias (España y Estados Unidos) y 8 poles en las 16 citas de la temporada.
Pero el brasileño también sufrió 6 retiradas por problemas mecánicos. El coche era un tiro, si bien,fallaba más que una escopeta de feria.
El chasis monocasco diseñado por Gerard Ducarouge no le permitió luchar por la corona mundial. Senna terminó 4º en la clasificación. Por cierto, esa temporada se despidió uno de los diseños más hermosos: la combinación cromática que formaban las letras doradas de John Player Special sobre la carrocería de color negro. Elegancia sobre 4 ruedas que se fue al garete. Cosas de los patrocinadores.
El omnipresente Gerard Ducarouge, también diseñó, ¡cómo no! el Lotus 99T de la temporada de 1987. Despojado de sus legendarias letras doradas de publicidad y de su carrocería negra, el monoplaza británico incorporó el color camel -nunca mejor dicho- .En un principio resultó chocante y muy llamativa la estridencia cromática del naranja que invadía el coche.
Se pasó de las hermosas palabras -John Player Special- a la silueta de un camello, icono de una marca de tabaco.El bicho en cuestión se llamaba Joe y mucho se especuló sobre su sexo. No había manera de encontrar sus atributos masculinos en las siluetas dibujadas en el monoplaza.
En el plano mecánico, el 99T montaba el propulsor Honda RA166-E V6 turbo con 1490 cc, a raíz del acuerdo entre el fabricante japonés de motores y la escudería británica.
Senna logró, a lomos de esta fiera anaranjada, 2 victorias y 6 poles. Escaso bagaje para un piloto que solo pensaba en ganar el mundial. Decidió dejar plantado al mamífero artiodáctilo de 4 ruedas y salir pitando para McLaren.
Senna llegó en 1988 con hambre de triunfos y títulos a la escudería McLaren. Pues, en esa temporada se dio un verdadero atracón al volante del impresionante MP4-4. La criatura diseñada por Steve Nichols y Gordon Murray se reveló imbatible. Uno de los secretos de este misil se basaba en su chasis de línea baja. Dicho diseño permitía el incremento del flujo del aire desde la parte inferior hasta la trasera del coche, aumentando su estabilidad. Además estaba equipado por un motor Honda RA168E V6 turbo. El propulsor, muy fiable y veloz, poseía unos 685 C.V. y 1.494 cc. La superioridad del MP4-4 fue aplastante. La pareja de pilotos del equipo, Alain Prost y Ayrton Senna, ganó 15 de las 16 pruebas, además de obtener 10 dobletes, 15 poles y el Título de Constructores, y el de Pilotos fue para el mítico Ayrton Senna en 1988. Algo irrepetible.
La prohibición de los motores turboalimentados a finales de la temporada anterior, suponía en 1989 un reto para McLaren. Sin embargo, el desarrollo del MP4-5 continuó con la senda exitosa marcada por su predecesor, el MP4-4. Otra maravilla técnica de Steve Nichols.
Equipado con un motor Honda RA109A V10 y de 3.500 cc., sumó 10 victorias -6 Senna y 4 Prost- y 15 poles -13 de Senna, que igualó el registro del año anterior- y 15 podios. Desgraciadamente el triunfo mundial fue para Alain Prost, el protegido de Jean Marie Balestre, capo de la F1 por aquel entonces. Y de paso, McLaren sumó su 2º título de constructores consecutivo.
Tras la dura rivalidad de la temporada anterior, Prost se marchó a Ferrari en 1990. Senna, por su parte, estaba deseoso de tomarse la revancha y de sumar otra corona a su palmarés. Y contó con una máquina perfecta para sus intereses, el MP4-5B. Neil Oatley realizó junto a sus colegas una nueva configuración, partiendo del bólido del año anterior.Neil puso todas sus energías en diseñar un monoplaza pensado para Ayrton Senna... y para su nuevo compañero Gerhard Berger. Honda fabricó una evolución del V10, el RA1O0E, un motor rápido y eficaz. El resultado fue todo un éxito: el título de pilotos para Senna y el de constructores para McLaren, además de 6 victorias, todas de Ayrton; 12 poles -10 de Senna- y 18 podios -11 del brasileño-. El mito carioca había evitado que Alain Prost al volante de su Ferrari repitiera triunfo.
McLaren quería prolongar su hegemonía en 1991. Y con ese objetivo Neil Oatley diseñó el MP4-6, propulsado por el Honda RA121- E V12. Las primeras sensaciones sobre las prestaciones del coche no fueron muy positivas. Sin embargo, Ayrton se implicó en el desarrollo del mismo, lo que se tradujo en un salto de su potencial. Senna consiguió su tercera corona y el equipo el galardón de constructores. El MP4-6 sumó 8 victorias -7 para el brasileño-, 10 poles -8 del carioca- y 5 vueltas rápidas. El paulista libró una hermosa batalla durante el certamen de 1991 con Nigel Mansell y su maravilloso Williams FW14. Pero la gloria estaba destinada para el astro sudamericano. Pero, ¡ojito!, que el equipo de Frank Williams venía mordiendo fuerte.
Senna llegaba al seno de Williams con la etiqueta de superestrella, y con la presión de demostrarlo desde su primera carrera. Tenía que ganar sí o sí. Pero las cosas no iban a resultar como él esperaba. Había firmado con la formación inglesa tras sufrir los dos años anteriores las maravillas técnicas de los monoplazas de Grove. Y todo hacía presagiar un año triunfal. Pero el sueño se transformó en pesadilla...y en tragedia. Gran parte de la hegemonía de los Williams de las temporadas anteriores procedían de las ayudas electrónicas -suspensión activa y control de tracción- se prohibieron en ese 1994.Además, el habitáculo del FW16 resultaba angosto para el brasileño. Senna no se sentía cómodo en un coche en el que el espacio no se adecuaba a su anatomía. Sus quejas en este tema fueron constantes. El coche diseñado por Adrian Newey y Patrick Head se había mostrado en las pruebas de pretemporada rápido, pero difícil de manejar. Y así arrancó el certamen. Ayrton marcó la pole en las dos primeras citas donde no pudo puntuar. Por el contrario, Michael Schumacher, a los mandos de un sospechosamente rápido Benetton B194, venció en ellas. El Káiser ya superaba en una veintena de puntos al carioca. Y de esta forma se llegó al maldito GP de Imola 1994. Los augurios fueron terribles. En los libres del viernes Rubens Barrichello salió volando con su coche. El sábado en la sesión de entrenamientos oficiales murió en una brutal colisión el corredor austriaco Roland Ratzenberger. Ayrton, muy afectado por los sucesos, meditó hasta el último momento su presencia en la cita del domingo. Miembros de su equipo realizaron una chapucera modificación en la barra de la dirección con el fin de que el astro se encontrara más confortable. Dicha acción pudo resultar fatal, según algunas teorías. La prueba, debido a una colisión en la salida se inició detrás del safety car. En la 6ª vuelta se reemprendió la marcha. Y en la curva de Tamburello el Williams de Senna siguió recto hacia la eternidad. Había desaparecido el hombre, la estrella, pero había nacido el mito inmortal. La leyenda dice que en el interior de su coche se encontró una bandera austriaca con la que quería homenajear a su colega fallecido el día anterior. Siempre Senna.
Imagen principal: Instituto Ayrton Senna y Karpouzi