Prueba del Skoda Octavia 1.5 TSI de 150 CV

Skoda Octavia.

Una berlina muy familiar con todo lo que implica

Seguro que has tenido, tienes o conoces a alguien que haya tenido una navaja suiza. Una de las buenas, de esa marca que tienes en la cabeza. Bueno, pues en esta prueba del Skoda Octavia 1.5 TSI de 150 CV te vas a encontrar con un coche que es precisamente eso.

Porque vale para todo, pero dicho en positivo. Este Skoda es una berlina cómoda de 4,66 metros de largo que se basa en el Volkswagen Golf 8 o el Seat León, pero es lo suficientemente amplio como para albergar a una familia y todo lo que quiera cargar en las vacaciones. Además, tiene un motor de gasolina que le queda bien a cualquier coche que se lo pongas.

Pero vayamos por partes. Inicio la prueba del Octavia TSI de 150 CV por el maletero. Una caverna de 600 litros en la que podrás meter maletas de todo tipo sin temor a quedarte sin espacio (esto se podría decir que es autobiográfico). Tiene formas racionales y una altura de carga quizá un poco elevada, pero nada insuperable.

Sigo avanzando hasta el puesto del conductor, pero antes me paro en las plazas traseras. Me esperaba más espacio, pero también puede ser que estuviera poseído por el espíritu del Skoda Superb. Aun así, hay hueco más que suficiente para las piernas y las cabezas de los más altos.

Además, acomodado en los asientos posteriores disfruto de una buena visibilidad gracias a una cintura no demasiado alta y a una posición en la que la cabeza queda a la altura de la ventanilla y no del pilar C, como ocurre en algunos modelos.

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Por fin salto a las plazas delanteras. Acomodarse al volante es sencillo. Los asientos de los que disfruto son los que forman el caro pack Asientos Premium Cuero de 2.700 euros a los que no se pueden poner ninguna tacha, aunque sospecho que va a ser un extra que no se va a instalar mucho...

También he probado los asientos de serie y puedo decir que la diferencia es mínima, si es que existe: no tienen calefacción, son de tela y los regulas a mano, pero por lo demás, salvo que quizá son un poco más firmes, no varía mucho.

Y eso es bueno: puedes hacer kilómetros y kilómetros sin cansarte. La posición de los mandos y los elementos que necesitas a menudo es lógica y funciona bien: todo queda a mano y está colocado con racionalidad.

Y racionalidad es lo que aparece también en la pantalla central desde la que se controla todo. Que no cunda el pánico: aunque hay que pasar por el aro de los botones digitales en lugar de los físicos, el manejo no está tan mal: pulsadores grandes y una lógica relativamente fácil de entender te facilitan la vida.

 

También que siempre estén visibles los mandos del climatizador en la pantalla y que, justo debajo de esta, aparezcan unos pulsadores de verdad para las funciones más importantes, como los intermitentes de emergencia o el desempañado de la luneta.

Por contra, hay que decir que comparte con el resto de modelos del grupo el control de volumen táctil y deslizante que no se ilumina por la noche. Si conduces no tendrás demasiado problema para subir o bajar el volumen, pero tu acompañante tendrá que fijarse y apuntar bien para atinar a la primera...

En marcha, dinámica, la justa y necesaria. ¡Y es genial!

Pasemos a lo divertido. La prueba del Skoda Octavia TSI de 150 CV no es lo que se podría decir apasionante sobre el papel: una buena berlina pensada para ir a los sitios con tu familia con comodidad y eficacia. Pero si lo piensas, no es poca cosa.

Además, tienes un aliado importante en el motor. Este 1.5 TSI funciona bien en cualquier cosa en que lo pongas: puedes leer más en la prueba del Cupra Formentor DSG 150 o en la del Seat Ateca 1.5 TSI.

 

Si no te apetece hacer click en los enlaces, te lo resumo: es un cuatro cilindros suave, que empuja con ganas desde las 2.500 rpm y que entrega toda su potencia entre las 5.000 y las 6.000 vueltas.

Y eso no es malo, ya que en realidad no hablamos de un Skoda Octavia RS. Es cómodo y no pretende hacerte creer otra cosa. Te perdona y cuida si subes el ritmo cuando no debes o si te desista sin aspavientos: por ejemplo, si entras un poco pasado se irá un poco de morro, por lo que con levantar el pie se coloca solo. 

Como el Octavia de la prueba tenía la suspensión adaptativa con ¡15 modos! seleccionables (unos 1.000 euros: no es mala opción), me dedico a jugar hasta dar con la tecla: me quedo con los amortiguadores un par de puntos por encima de confort, la dirección normal y el motor en modo Sport para tener mayor inmediatez al acelerador.

Más allá de eso si te tomas las cosas con calma podrás rodar a buen ritmo con un consumo razonable. Ejemplo real: con toda mi familia y el equipaje,a una media de 121 km/h durante 440 km, el ordenador arrojó una cifra de 6,5 litros.

 

Una buena aerodinámica y el sistema de desactivación de cilindros tienen bastante responsabilidad en esto, pero también el propio 1.5, que es mucho más eficiente que sus versiones anteriores.

En una carretera secundaria también he disfrutado de la prueba del Octavia de 150 CV: las curvas rápidas las pasa sin problemas y solo en las más cerradas puede tener algún problema, algo que es normal en un coche de este tipo.

Y donde va a pasar la mayor parte de su vida probablemente, en recorridos urbanos e interurbanos, lo cierto es que tampoco defrauda. Está bien insonorizado, ofrece una calidad de rodadura elevada y en general su manejo es suficientemente suave como para que no te plantees que te gustaría un poco más de confort.

Así que, como conclusión de esta prueba, creo que el Skoda Octavia TSI de 150 CV es una gran opción para los que quieren una berlina con mucho maletero, calidad interior y de rodadura elevadas y un precio razonable. Sin quebraderos de cabeza y, claro está sin excesiva pasión. Pero tener un día a día sencillo tampoco es una mala opción.

Nuestro veredicto

0.9

Etiquetas: Berlinas