El Pagani Utopia, a través de una cámara de fotos analógica

Pagani Utopia Tom Salt

La cámara 

Un texto de Paul Horrell con fotos de Tom Salt

Seis fotos. Esa es la producción de hoy de Tom Salt. Seis clicks de precisión que permiten entrar la luz en el objetivo de esta extravagante cámara. 

Entre foto y foto hay una compleja serie de acciones para proteger de la luz la placa de 8x10 y cambiar el soporte de la película por uno nuevo. Cada foto lleva más de una hora de maniobras minuciosas del coche y la cámara

Composición meticulosa, enfoque y medición de la luz. Hay que controlar todas las sombras y reflejos, eliminar físicamente de la escena cualquier basura o distracción superflua. No se permite ningún retoque digital.

Hay todoterrenos eléctricos que aceleran tan rápido como un Pagani Utopia. Sin aspavientos. Pero no tienen el carisma de un V12 de 6,0 litros ni la implicación de una transmisión manual. 

Lo analógico no ha muerto. Nunca lo hará. Y del mismo modo que el streaming no ha sustituido al vinilo y el pdf a la escritura manual, la fotografía digital no ha reemplazado a la analógica.

La razón debería ser obvia. Si te esfuerzas, los resultados de una cámara de gran formato pueden ser espectaculares. Incluso con el efecto amortiguador de la publicación en revistas y en la web, muestran un detalle fascinante y una calidad tonal magníficamente luminosa. Podrías tirarte a estas impresiones como a una piscina.

Pero eso es sólo el principio. La óptica de las cámaras de gran formato permite al fotógrafo controlar la profundidad de enfoque. Los movimientos verticales y laterales del objetivo montado en el fuelle permiten controlar la perspectiva para evitar la distorsión trapezoidal, el efecto de estrechamiento que se produce al mirar a los edificios. 

Por supuesto, las cámaras de nuestros teléfonos tienen corrección trapezoidal digital y un falso "modo retrato" que (en la mayoría de los casos) reconoce una cara y desenfoca el fondo. Pero no es lo mismo. 

Además, la función de inclinación del objetivo permite al fotógrafo girar el panel de enfoque, manteniendo la nitidez a través de un objeto que se aleja en diagonal. Todo ello confiere una inmensa libertad artística.

Alessandro Gibellini se formó como ingeniero civil, pero un día su padre le regaló una cámara clásica y quedó prendado. Empezó a experimentar con formatos de película más grandes, y pronto construyó una cámara de visión directa, promocionando su versión de este aparato de 170 años de antigüedad a través de las redes sociales. 

Sus inclinaciones de ingeniero le llevaron a alejarse de los armazones tradicionales de madera dura y a utilizar aleaciones de titanio y aluminio, e incluso fibra de carbono. Esto las hace más rígidas, obviamente una característica vital con la óptica de precisión. 

También quería que cada componente, cada soporte, cada brazo y cada mando de control fueran una belleza en sí mismos. Su pequeña fábrica está en un pueblo al sur de Módena. Debo haber pasado por delante de ella, sin darme cuenta, docenas de veces cuando probaba en carretera algún Ferrari, Lamborghini o Pagani.

Aunque más joven, Alessandro tiene mucho en común precisamente con Horacio Pagani. Artista, experto en materiales, empresario, fabricante de objetos funcionales impregnados de belleza hasta la médula. 

Hace unos años, un proveedor de piezas metálicas de ambas empresas le presentó a Horacio. Surgió la idea de hacer una versión Pagani de la cámara Gibellini. Así nació la GP810HP que puedes ver en su web.

La cámara de fotos de Pagani de 75.000 euros

Los diseñadores de Pagani modificaron muchas de las piezas móviles y añadieron sus propios detalles, incluido un gran mando de control. La cámara viene con un trípode de fibra de carbono forrado de cuero y fundas a juego. De nuevo, todo muy Pagani. 

El precio también es muy Pagani:  75.000 euros (aunque las cámaras impresas en 3D de Gibellini para enseñanza cuestan menos de mil libras). 

Cámara fotos Pagani

Aproximadamente la mitad de la tirada limitada se ha reservado para compradores de los superdeportivos de la marca. Me han dicho que la mayoría de ellos tienen intención de utilizarla y alguna idea de cómo hacerlo. No es un trofeo para la esquina del salón, o al menos, no sólo eso.

La cámara de fotos de Pagani es un conjunto de piezas magníficas, la mayoría fresadas a partir de metales macizos en brazos fuertes y ligeros. 

Todo ello contribuye a la satisfacción de utilizarla, pero la verdadera distinción es el proceso en sí. En una cámara de visión directa, el objetivo proyecta su imagen sobre una pantalla desmontable de vidrio esmerilado que actúa como sustituto de la película mientras el usuario compone y enfoca. 

No es una imagen muy brillante, así que eliminas la luz ambiente metiéndote debajo de una tela impermeable. Debajo, estás solo. ¿Es demasiado fantasioso compararlo con estar solo en un coche en una carretera vacía? Quizá, pero solo un poco.

El proceso es lento. Trabajas con una imagen invertida en el cristal. Los pequeños movimientos del objetivo tienen un efecto multiplicador. Necesitas una lupa para comprobar el enfoque. Si mueves un aspecto de la composición, todo lo demás también cambia.

Luego hay que recorrer la escena con un medidor de luz. Tom dice que es algo tanto físico como filosófico. Es el hombre adecuado para este trabajo. En los años noventa pasó tres años como ayudante de James Hedrich, de la preeminente empresa de fotografía arquitectónica de Chicago Hedrich-Blessing.

Estos crearon imágenes de imprescindibles de Frank Lloyd Wright, Ludwig Mies van der Rohe, Buckminster Fuller, Eero Saarinen y otros gigantes modernistas. Llevaba 17 maletas de cámaras y luces por todo Estados Unidos y pasaba las noches en los baños de los hoteles, con cinta adhesiva en las juntas de las puertas para proteger de la luz las películas al montarlas en sus soportes.

Tom volvió a Gran Bretaña y empezó a fotografiar coches. Él y yo trabajamos juntos por primera vez a principios de siglo, él fotografiando y yo conduciendo. Vinimos por primera vez a esta fábrica en mayo de 2002 para probar el nuevo Zonda S

Aquel día Tom disparó con una Hasselblad, un milagro de comodidad al lado de una cámara de fuelle, pero ridículamente engorrosa comparada con lo que tenemos hoy en día. Lo digital es sencillamente más rápido sobre el terreno. 

"La sesión de hoy me ha hecho darme cuenta del margen de maniobra que tenemos ahora", afirma. "Es un enfoque completamente distinto hacerlo bien en la cámara de primeras que saber que puedes arreglarlo después. Lo analógico es mucho más honesto y más artesanal".

Pagani acerca del nuevo Utopia y por qué no es híbrido

Mientras prosigue el rodaje en el almacén, vuelvo a la fábrica principal con Horacio Pagani, creador de algunos de los mejores supercoches analógicos. El Utopia sigue la filosofía Pagani de que todas las piezas, incluso las ocultas, deben ser bellas, primero porque eso da placer en sí mismo, pero también porque a menudo descubren que también mejora su función. 

Salvo que Horacio, con su forma de hablar suave, siempre insiste en que no es su filosofía en absoluto, sino de Leonardo da Vinci: "El arte y la ciencia son disciplinas que deben caminar juntas de la mano".

Después de una mañana contemplando el aparato desde todos los ángulos, no necesito que me digan que el Utopia es una máquina de una estética extraordinaria. Incluso si su lenguaje formal te parece un poco exagerado -aunque yo diría que menos que el del Huayra-, es imposible no quedar alucinado ante él. Y no hablemos de su sonido.

Cada pequeña pieza armoniza. Mira debajo del enorme capó trasero: todo está obsesivamente ordenado. Ni un tubo ni un cable interrumpen la composición. Este fue el manifiesto de Horacio desde el principio, con el Zonda, y continuó con el Huayra.

Eso y el motor V12. La propulsión híbrida enchufable se ha convertido casi en la norma entre los hipercoches. El 918 personal de Horacio se esconde bajo un guardapolvo al lado de donde está fotografiando Tom.

"No soy un piloto profesional, pero he conducido muchos otros supercoches. Cuando un coche pesa más de 1.500 kg, la electrónica lo convierte en una experiencia filtrada. Es artificial. Nuestros modelos no son para la semana, para llevar a tu hijo al colegio. Son para el fin de semana". 

"Nuestros clientes quieren un coche que no sea complicado, quieren uno que esté cerca de ti y que tenga una conexión contigo. Eso fue lo que hizo mágico al Zonda". Y tanto: aquella experiencia primaveral de 2002 permanece tatuada en mi mente. 

Para su época era casi increíblemente potente, y encima estaba su aspecto como de otro mundo. Sin embargo, conducirlo resultó ser encantador y sencillo, además de apasionante. Si el Utopia lo consigue, será otro triunfo. 

En el Utopia, el V12 biturbo de 864 CV creado por AMG y su propia estructura de carbotitanio ayudan a mantener el peso en orden de marcha por debajo de los 1.400 kg, así que tiene todas las posibilidades.

La experiencia "sin filtro" del Utopia significa que no tiene tracción a las cuatro ruedas, ni dirección en el eje trasero, ni control activo del balanceo. Tiene la opción de transmisión manual y el 70% de los compradores optan por ella. 

Y lo que es más importante, no tiene nada de híbrido. Pagani me cuenta que AMG le ofreció, en lugar del V12, un V8 con sistema híbrido enchufable y tracción a las cuatro ruedas. "Eran 1.000 caballos, y habría sido más fácil homologarlo en todo el mundo. Pero habría añadido entre 350 y 400 kg. Nuestros clientes quieren un V12, no un híbrido".

Para el nuevo modelo, Pagani ha desarrollado unos 40 nuevos tipos de compuestos de fibra de carbono, con diferentes propiedades para su tarea concreta en todo el coche. No necesitan ser revestidos ni recortados, lo que ahorra aún más peso. 

Y se nota en el habitáculo. La palanca de cambios de la transmisión manual de siete velocidades es una obra de arte. El volante comienza su vida como un bloque de aluminio de 30 kg, mecanizado hasta convertirse en un elemento sólido de 2,5 kg que no se flexiona ni vibra. 

Las esferas tienen aspecto de cronógrafo. No hay pantalla táctil central. Horacio cree que son una distracción (no puedo estar en desacuerdo), y que envejecen rápido. Quiere que el coche sea atemporal. 

Por eso también quería un exterior relativamente limpio y orgánico, sin alerones ni aletas. El flujo de aire a través dela carrocería fue objeto de exhaustivas pruebas por ordenador y en el túnel del viento.

En el Huayra, Pagani introdujo alerones móviles en el frontal y en la trasera. Éstos se elevan y descienden para influir en la carga aerodinámica y la resistencia. Los laterales izquierdo y derecho son independientes, lo que produce una fuerza aerodinámica lateral variable para las curvas y contrarresta el balanceo.

Fue el primer coche del mundo en tener esa capacidad. En el Utopia, las superficies aerodinámicas móviles sólo aparecen en la parte trasera. Forman la parte superior del óvalo característico de Pagani que rodea los tubos de escape con los faros traseros en sus extremos puntiagudos, por lo que son más eficaces, ya que el aire puede pasar por debajo y por encima. 

Con las aletas del Huayra, el aire sólo podía pasar por encima. En lugar de superficies móviles delante, la suspensión delantera sube y baja, cambiando el ángulo de ataque de la carrocería para equilibrar las fuerzas aerodinámicas. Todo esto exige un control electrónico supercomplejo, desarrollado internamente por el joven y poderoso equipo de Horacio.

El motor biturbo de 6,0 litros del Utopia es cada vez más diferente a cualquier otro. AMG ya no vende un coche con un V12, y el que utiliza Maybach obviamente tiene que ser un animal totalmente diferente. El de Pagani alcanza las 6.700 rpm y genera un desconcertante par de 1.100 Nm

La transmisión está montada transversalmente, por lo que su peso está más adelantado que una unidad longitudinal. Eso ayuda a la conducción.  Aún así, desactiva el ESP en tu hipercoche analógico y sin duda podrás salir despedido

Desastre en el almácén de Pagani

Lo mismo ocurre con la fotografía analógica: se te niega la comodidad de comprobar de inmediato cada disparo en la pantalla. 

Después de un día de rodaje, Tom y Alessandro procesan la película. Un desastre. Desastre: cada una de placa de fotografía negra. Es negativo recuerda, por lo que esta es la exposición previa a la luz. 

No es como la fuga de luz en una cámara o un tanque de procesado, que produce rayas desde un borde. Nadie sabe qué ha podido ocurrir. Lo más probable es que alguien, durante el montaje o el transporte, abriera el paquete de película resistente a la luz sin darse cuenta de lo que contenía. No importa. Un día perdido.

Así que se repite la sesión durante toda la noche, utilizando luces artificiales en lugar de la luz diurna de la ventana del almacén. Y a través de todo ello la magia del cine se hace buena. 

Bajo la luz eléctrica directa, la extraordinaria resolución de detalle del gran formato hace brillar la fibra de carbono del coche, realzando aún más sus curvas. Tom había hecho copias de seguridad con su Nikon digital, y más tarde confesó que tenía la idea de imprimirlas con bordes de película falsos. 

Los negativos nocturnos salieron de su proceso químico y quedó claro que no se habrían velado. "El 8x10 tiene una calidad que es difícil de reproducir. Creo que está sobre todo en el enfoque, pero también hay algo misterioso".

La amarga experiencia de hoy no ha hecho más que afianzar lo que significa el progreso. "Para trabajar bajo presión, no volvería atrás", dice Tom. "Ya no hay tiempo para eso. El digital ofrece mucha flexibilidad". Aun así, "si tuviera tiempo para fotografiar un tema de mi elección, seguiría haciendo fotos analógicas. Lo echo de menos. La experiencia del vidrio esmerilado es incomparable".

Supongo que eso es exactamente lo que Horacio dice de sus hipercoches de fin de semana...

Pagani

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Modelo a la venta:

Pagani Utopia

Etiquetas: Hiperdeportivos