Viejas glorias: Mercedes SL 73 AMG

¿Por qué no lo recuperan? ¿Por qué?

El Mercedes SL 73 AMG ya nació siendo una leyenda. Lo tenía todo para triunfar: se trataba de una serie limitada basada en el SL R129 y contaba con uno de los motores más afinados que nunca se haya asociado a un coche. Pero de este Mercedes había mucho más…

Si buceamos en la historia del Mercedes SL 73 AMG, debemos remontarnos al modelo del que deriva, la Clase SL de la época (1989-2002). Hablamos de un vehículo pequeño, de dos puertas, que se ofrecía con una serie de propulsores de 6 y 8 cilindros, aunque el más deseado era el AMG V8. Pero en lo alto de la gama se asentaba una mecánica rugiente y poderosa, una V12. Hubo tres a lo largo de la vida del SL, pero la mejor, la más interesante, era la 7.3 AMG. La misma que luego se encajó en el Pagani Zonda, por cierto.

Contaba con 525 CV absolutamente salvajes y con un par de 750 Nm que te llevaban sin problemas hasta los 250 km/h (o a los 300, si dabas a la marca algo de dinerillo extra). El 0 a 100 se marcaba en 4,7 segundos. Muchos deportivos actuales palidecerían ante estos datos.

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Tanta potencia representaba un problema para el Mercedes SL 73 AMG, ya que el temperamento de este roadster debía mantenerse bajo control y eso era una tarea difícil. Unas suspensiones dispuestas a soportar semejante carga de trabajo y unos frenos revisados quisieron poner coto a su comportamiento y hacerlo más efectivo en las curvas, pero nuestro adorado Jeremy Clarkson comentó que su actuación era algo imprecisa. Vaya.

Sólo se construyeron 85 unidades, con una estética sobria, sutil, poco estridente. Si encuentras alguna a la venta, te pedirán más de 200.000 euros muy tranquilamente. Pero, si está en buen estado, el SL 73 AMG los vale.