Dentro de la historia de Volkswagen hay muchos coches interesantes, pero uno de los más llamativos ni siquiera fue ideado en Alemania. Hoy hablamos del Volkswagen SP2, un coche de aspecto deportivo que surgió hace 50 años a partir de una buena idea, pero que no fue bien ejecutado.

En los años 70, las importaciones de vehículos a Brasil no eran una tarea fácil y solo unos pocos coches de la marca de Wolfsburgo se fabricaban en este territorio. Sin embargo, gracias a la independencia que tenía la filial de la compañía en este país, se puso en marcha un proyecto diseñado para este territorio sudamericano.

Se llamaría Proyecto X y su objetivo era crear un coche deportivo, ligero y asequible. Bajo estas premisas se creó el prototipo, que se presentó en 1971, y el coche de producción llegó un año más tarde. Así se lanzó el Volkswagen SP, cuyo nombre se dice que hace referencia a las palabras ‘Sport Prototype’ o a la propia ciudad de São Paulo.

Sea como fuere, el coche resultante se había ensamblado sobre la plataforma del Volkswagen 1600 Variant, modelo del que también tomaba su motor de 1,6 litros. Sin embargo, también se lanzó el Volkswagen SP2, que estéticamente era idéntico, pero que montaba un bloque de 1,7 litros.

Con la llegada del SP2, la primera versión del coche dejó de venderse poco después, pero ambos acarreaban el problema de su baja potencia. El que montaba el motor de 1,6 litros ofrecía apenas 65 CV, lo cual estaba muy lejos de lo que se esperaba de un deportivo. ¿Y el del motor de 1,7 litros? Contaba con 75 CV, por lo que tampoco era una locura.

Esto fue lo que sentenció el destino de este coche, ya que era su principal inconveniente y lo que garantizaba su derrota frente a sus competidores. Más allá de eso, se trataba de un modelo con un diseño atractivo y llamativo. En apariencia era un interesante deportivo de motor y tracción traseros, pero casi todo el interés del público se desvanecía una vez que se ponía en marcha.

Por otro lado, el precio del Volkswagen SP2 tampoco ayudaba a que crecieran sus ventas, pues costaba el doble que un Escarabajo. Aun así, su comercialización fue más allá de Brasil, extendiéndose a otros países de América Latina, zonas de África y Oriente Medio, Portugal e incluso las Islas Canarias.

Eso sí, a pesar de su venta en varios territorios, su popularidad no fue elevada y se puso fin a su fabricación en 1976. Tan solo cuatro años duró su vida comercial, tiempo en el que se fabricaron apenas 10.000 unidades. De ellas, menos de 700 llegaron a Europa, por lo que es un coche realmente raro en la actualidad.

En definitiva, la idea del Volkswagen SP2 no era mala y es muy probable que hubiese funcionado con algunos ajustes, pero jamás se llevaron a cabo. Quién sabe qué habría sido de él con una mecánica más potente. Al menos, no cayó en el olvido y hoy en día es uno de los clásicos más interesantes de la firma alemana.