Probamos el Lamborghini Countach: ¿un homenaje a la altura?

Prueba del Lamborghini Countach

Así es la reinterpretación de uno de los superdeportivos más icónicos

Texto original de Top Gear Inglaterra

Hoy probamos el Lamborghini Countach, la reinterpretación de uno de los modelos más importantes de la marca de Sant’Agata Bolognese. Por supuesto, esa reinterpretación no ha sido sencilla, pero la firma asegura haber logrado un resultado similar al que habría tenido una evolución del coche original.

Ahí está el problema principal. El Countach original se trataba de la revolución, no de la evolución: si hubiera habido más, cada uno debería haber sido un nuevo comienzo radical. No debería ser un Sian reencarnado, que a su vez es un Aventador renovado. En eso, Lamborghini y Top Gear tendrán que estar de acuerdo en estar en desacuerdo

Pero, dejemos este asunto, ya que es mejor que entremos en materia. La traducción más adecuada de Countach sería algo así como “un milagro”. Sin embargo, aquí hay romance y más decisión comercial, claramente. Se puede ver la razón de ello, eso sí: ¿tomar 112 chasis antiguos del Aventador y hacer que cuesten 260 millones de euros? Es un golpe de genialidad.

Con esto, habrá fondos suficientes para desarrollar modelos nuevos sin crear daños a largo plazo a la imagen del Countach original. Eso es así porque la gente verá a través de este por lo que es y se dará cuenta del lugar que ocupa el original.

Esto es un coche hecho de forma retro... De una manera peculiar. La mayoría de las firmas han sido completamente fieles al original o han exagerado/perfeccionado al viejo modelo -con restomods como los Singer 911, el Alfaholics GTA-R y el GTO Engineering 250 SWB-.

Solo unos pocos han tomado un coche nuevo y le han dado una carrocería de aspecto antiguo o retro. Ferrari nos ha regalado recientemente el Daytona SP3, que está más o menos en esa línea, al igual que el Porsche 935. Ninguno de los dos, podría decirse, es tan exitoso como el poderoso Victor de Aston Martin, eso sí.

El problema para Lambo es que todavía se ve demasiado del Sian en este coche. Esto alude inevitablemente al hecho de que se ha hecho con un presupuesto relativamente ajustado, conservando los puntos fuertes, los cimientos y gran parte del interior de aquel superdeportivo.

Prueba del Lamborghini Countach

El Sian fue el primer Lamborghini de producción en presentar algo de electrificación. Se basó en el Aventador, pero agregaba un motor eléctrico de 33 CV al V12 de 6,5 litros y 780 CV. Eso extraía la carga no de un paquete de baterías, sino de un supercondensador ligero y denso en energía. 

Ese motor eléctrico no podía impulsar el coche, pero ayudaba a llenar el par durante los cambios de marcha, ya que la caja manual secuencial ISR del Aventador nunca ha sido la más suave y rápida. Se hicieron 63 Sian coupés y 19 descapotables, que costaban casi 3 millones de euros. Ahora hay 112 más, por unos 2 millones y medio, pero con una carrocería diferente.

Debajo, el Countach casi idéntico al Sian. Sí, hay nuevas costuras en el interior, un modo Stile en la pantalla central que te enseña cosas del coche, insignias y algunos detalles. Pero mecánicamente es el mismo cohe: un tracción total capaz de llegar a 100 km/h en 2,8 segundos y con 355 km/h de velocidad máxima.

Por fuera, no deja a nadie indiferente

Y bien, ¿cómo es el diseño del Countach? Ya hemos hablado de él y deberás pensar en qué te parece. Quien ya lo hizo fue el diseñador del original, Marcello Gandini, quien expresó no estar de acuerdo con este modelo. En nuestro caso, creemos que debería haber sido más audaz y extravagante, con pliegues más definidos y superficies más planas. Casi una caricatura del original. 

Eso sí, desde un ángulo frontal bajo de tres cuartos, el coche es adecuadamente impactante y fiel al original. Tal vez no sea lo mismo por la parte de atrás, donde las señales de Sian son bastante obvias.

Un interior encantador, pero mejorable

¿Y qué tal es por dentro? No tan sorprendente como podría ser. Como con cualquier otra área del automóvil, Lamborghini no ha invertido mucho en el Countach. Los guiños al original se detienen en gran medida en las diversas señales de diseño exterior.

Sí, la marca italiana afirma que el panel de techo translúcido imita al ‘periscopio’ del original, pero ese techo también se instaló en el Sian. No obstante, es algo genial. El panel central es translúcido o transparente con solo tocar un botón.

Esto también aporta una necesaria sensación de espacio ya que, incluso para los estándares de los superdeportivos, hay poco espacio aquí: Si mides 1,55, deberás tener el asiento atrás. Si eres más alto, llevarás las rodillas dobladas a niveles muy incómodos. De nuevo, muy fiel al original, como lo es la facilidad con la que te golpeas la cabeza contra el marco de la puerta al entrar.

Hablando de espacio, hay un poco para el equipaje delante, pero no es mucho. Además, dada su temible sed, quizás se utilice como almacenamiento para un par de garrafas de gasolina. Todo es parte del encanto, como las vistas laterales inclinadas o los espejos llenos de rejillas de ventilación y dramatismo. El Countach te recordará siempre que estás en algo exótico y aspiracional.

En esencia, el interior del Lamborghini Countach es encantador, pero la calidad de los materiales y los acabados no son mejores que en el Aventador. Además, a parte del nombre de Countach, las pantallas y el tablero no han cambiado casi nada. No es un vehículo que empuje los límites o explore lo que significa usar este nombre más allá de lo superficial.

Al volante: intimidante, algo brusco y muy sediento

Ahora bien, lo más importante en un coche así es cómo se conduce. Sobre esto, podemos decir que es atronador, intimidante, desalentador, sediento… Sí, sediento, porque el Countach puede ser un híbrido, pero la electricidad no impulsa las ruedas. Solo envía chasquidos de par a las ruedas durante los cambios de marcha. 

Es el V12 hace todo el trabajo, y aunque el peso de 1.595 kg -unos 1.730 kg con todos los fluidos en el coche- es muy poco, esos grandes cilindros hacen mella. El consumo oficial es de 19,5 litros cada 100 km y sus emisiones son de unos enormes 440 g/km de CO2.  

Prueba del Lamborghini Countach

Cerca de medio kilo de CO2 emitido por kilómetro es muy difícil de justificar, pero puede disculparse en parte por el hecho de que la mayoría de los Countach rara vez se mueven tras acabar en una colección. Aun así, es posible tener ansiedad por el consumo. Tal vez, que te acompañe un Urus con un depósito en el maletero puede ayudar. Eso es bueno para tu huella de carbono, ¿no?

Y bien, ¿es objetivamente el Countach un buen coche para conducir? Realmente, no. El tiempo y la tecnología han hecho avanzar a los hipercoches y Lamborghini dará ese paso cuando aparezca el reemplazo del Aventador -se espera para 2023-. Pero, por ahora, el Countach es algo así como un retroceso

Esto, considerando todas las cosas, es bastante adecuado. Este no es un superdeportivo que se lleve como un compacto. Se siente grande y pesado, de manera que necesita espacio para mostrarse de la mejor manera. La ironía es que, cuando se le da ese espacio, en realidad juega al límite del agarre mucho mejor de lo que esperas. 

Prueba del Lamborghini Countach

En general, en la prueba del Lamborghini Countach lo notamos decentemente equilibrado y predecible. Tiene un punto óptimo de chasis más grande de lo que esperas. Eso sí, en cualquier vía pública, o incluso en circuito, llegar a ese punto requiere una cierta cantidad de valentía y confianza que el coche no inspira fácilmente. 

A velocidades bajas, se siente agresivo y temperamental. Los diferenciales tienen hipo y se enganchan en las curvas cerradas, la caja de cambios es brusca y la estabilidad interviene porque la suspensión rígida separa las ruedas de la carretera. Sin embargo, haremos un rápido reconocimiento a los frenos carbocerámicos: son encantadores, con una gran mordida y potencia. 

A pesar de todos esos detalles, enamora

Por otro lado, subjetivamente conducir este coche es algo muy atractivo debido a estas deficiencias. Como cualquier cosa con tantos cilindros yendo hacia un crescendo tan salvaje y frenético, no puedes evitar sentir un hormigueo en tus terminaciones nerviosas. Sube más allá de las 5.000 rpm y no te importará la delicadeza del chasis o la calidad de conducción. Nada más importa.

Simplemente, lo conduces alrededor de los fallos. Suelta el acelerador cuando cambies de marcha y recuerda cambiar al modo Sport en lugar de Strada, porque los cambios son más rápidos y el sistema de estabilidad es más flojo. Eso sí, nunca te aventures al modo Corsa, porque la calidad de marcha se deteriora a niveles que amenazan la columna vertebral.

Prueba del Lamborghini Countach

En otras palabras, no es un coche fácil, pero tampoco lo fue el original. Así que, que digan lo que quieran sobre la apariencia del Countach. Al menos, estando basado en el viejo chasis Aventador y la mecánica de Lamborghini, y dentro del contexto y límites de la era moderna, es lo más fiel posible al original en su forma de conducción.

Tú eliges a qué lado del Countach te postulas: o lo amas por traer de vuelta una insignia notoria con un V12 que ahora es el doble de potente que el que tenía, o lo desprecias por no ir más allá, al no ser tan radical y revolucionario como el original. En resumen, por ser un Countach solo de nombre y apariencia.

Prueba del Lamborghini Countach

No podemos dejar de sentir que un coche tan importante para la historia de los superdeportivos merecía un homenaje más adecuado. No es la idea de un Countach reinventado con lo que estamos en desacuerdo, sino con su ejecución. Dicho esto, al ir en tercera marcha, con V12 gruñendo, tal vez estemos más cerca del drama del original de lo que creemos.

Nuestro veredicto

8