Volvo ha anunciado que dejará de producir todos los modelos diésel el año que viene. En la marca siempre han dicho que serían totalmente eléctricos para 2030, y un paso más en ese camino llegará en 2024, cuando el último coche diésel de Volvo salga de la cadena de producción.

Jim Rowan, consejero delegado de Volvo Cars, ha declarado: "Las cadenas cinemáticas eléctricas son nuestro futuro, y superiores a los motores de combustión: generan menos ruido, menos vibraciones, menos costes de mantenimiento para nuestros clientes y cero emisiones"

Rowan asegura que están "plenamente centrados en la creación de una amplia cartera de coches premium totalmente eléctricos", además de que serán "una parte clave" en la respuesta al cambio climático.

En 2011 lanzó el primer híbrido enchufable diésel, un V60 Plug-in Hybrid con el motor D6 de 215 CV, aunque Volvo admite que el  gasoil ha sido durante mucho tiempo su "pan de cada día" en Europa. 

En cuanto a su gama electrificada, por el momento cuenta con cuatro modelos: el C40, el XC40 Recharge, además, de los Volvo EX30 y EX90 que salieron a la venta en junio.

Las ventas de diésel han ido cayendo en Europa mes a mes. Sin embargo, en la SMMT Electrified 2023, Lynn Calder, consejera delegada de Ineos Automotive, hizo hincapié en la necesidad de una combinación de cadenas cinemáticas: no todo el mundo está alineado 100% con la electrificación. 

Calder señaló cómo sus modelos 4x4 vivirán a menudo en entornos rurales, donde se carece de infraestructura para los coches eléctricos. "Hablamos todo el tiempo de este tipo de coches,  y creo que eso es bastante peligroso".

Parece que Volvo no cree que haya tanto riesgo en la electrificación total. "Lo que el mundo necesita ahora, en este momento crítico para nuestro planeta y la humanidad, es liderazgo. Ya es hora de que los líderes políticos y de la industria sean firmes y decisivos, y adopten políticas y medidas significativas para luchar contra el cambio climático", añadió Rowan.