La historia del Porsche 928: el único deportivo elegido Coche del Año

Porsche 928 S
Te gusta el 911, ¿eh? Pues aquí tienes el modelo que estuvo a punto de mandarlo al cajón del olvido. Sí.

Sé que te encanta recordar tiempos mejores a través de los artículos de nuestra sección conocida como ‘Viejas glorias’, que tiene como protagonistas a iconos del universo del automóvil como el Opel Kadett GSi o el Ferrari 250 GTO. ¿Te apetece aprender algo nuevo sobre la marca de coches de Stuttgart? Aquí tienes la historia del Porsche 928, el deportivo de motor delantero que estuvo muy cerca de enviar a nuestro querido 911 al olvido. Para siempre. Sé que no me crees... y por eso precisamente necesitas leer este artículo. 

La historia del Porsche 928: el nacimiento de una era

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Aunque hoy en día parezca impensable, hubo un momento en el que lanzar al mercado artefactos deportivos sin que éstos tuvieran que contener sus consumos y emisiones hasta límites que rozan el absurdo. Suena bien, ¿eh? Pues la crisis del petróleo de 1973 terminó con ellos: por su culpa todo el planeta empezó a ser consciente de que el combustible no crecía en los árboles y muchos fabricantes tuvieron que descartar algunos de sus proyectos más ambiciosos para no darse un bofetón antológico a la hora de cerrar las cuentas anuales. ¿Adivinas qué modelo fue uno de los afectados? Exacto: el Porsche 928

Por muy bien posicionado que estuviera el Porsche 911 -aquí todas sus generaciones-, los directivos del sello alemán eran muy conscientes de que basar toda su estrategia en un solo modelo era una apuesta realmente arriesgada y, observando la apuesta del mercado por configuraciones más racionales a la hora de darle forma a los productos con mayor éxito ahí fuera, comenzaron a trabajar en poner sobre el asfalto un nuevo concepto diametralmente opuesto al empleado por el heredero del 356. Sí, eso implicaba montar un motor delantero. Refrigerado por agua. Desgraciadamente el planteamiento del llamado a ser el primer transaxle de la firma vio paralizada su evolución... para ser adelantado por la derecha por el Porsche 924 que, fruto de una colaboración con Volkswagen que no llegó a término, quedó convertido en un auténtico pionero dentro del seno de los herederos de Ferdinand. Y en el blanco de la ira de todos los puristas, claro. 

Tras comprobar cómo poco a poco la situación energética iba mejorando y esperanzados por la relativamente buena acogida que tuvo su hermano propulsado por un bloque de origen Audi -pausa para que los cuñados puedan depositar su bilis en un cubo-, en 1977 tendría lugar la presentación en el Salón de Ginebra -aquí las novedades de 2018- del nuevo deportivo de los alemanes que serviría para ampliar su gama y demostrar que, una vez más, su capacidad para crear cohetes lo suficientemente prácticos como para utilizarse a diario estaba a años luz del resto de sus rivales por aquel entonces. 

La historia del Porsche 928: el coche

Es posible que entre tus colegas encuentres adeptos incondicionales de las líneas que dan forma a nuestro protagonista... y enemigos acérrimos de su imagen. Desde luego, es indiscutible que es uno de los diseños con mayor personalidad de la Historia del automóvil y por ello suele dejar a muy pocas personas indiferentes: además de contar un coeficiente aerodinámico sobresaliente el nuevo 928 quedó muy pronto convertido en una referencia gracias a soluciones tan atractivas como sus paragolpes perfectamente integrados en la carrocería, su enorme portón trasero para dar acceso al maletero y los parasoles colocados sobre las angostas plazas traseras para proteger a sus ocupantes del sol que penetraba por la gigantesca luneta posterior. Sí, esto último va en serio. Y sé que ahora te gusta incluso más que antes. 

Porsche 928

A la hora de dar forma al apartado dinámico los ingenieros de la firma optaron por colocar bajo su capó delantero un bloque V8 de 4,5 litros que, en el momento de su lanzamiento al mercado, era capaz de erogar 240 CV y 350 Nm de par máximo suficientes como para completar el 0-100 en 6,8 segundos con una punta de 230 km/h. ¿Te parecen datos demasiado comedidos para un deportivo de ese porte en la época? Como siempre suele suceder con los productos firmados por Porsche, lo mejor llegaba a la hora de lanzarse a devorar el asfalto sobre él: gracias a un equilibrio de pesos casi perfecto derivado de su condición transaxle y a la inclusión del eje trasero bautizado como ‘Weissach’ que era capaz de corregir la deformación geométrica experimentada por la suspensión al levantar el pie del acelerador en plena curva, el nuevo hermano del 911 era capaz de negociar giros sin problema... dejando a sus enemigos con una mueca de incredulidad y desconcierto en la cara. 

La historia del Porsche 928: el primer y único deportivo en ser elegido Coche del Año

La historia de los Porsche Carrera: mucho más que 911

Hace exactamente 40 años las oficinas de Porsche -¿conoces los mejores modelos de su Historia?- recibirían una llamada de lo más interesante y, como ya te habrás imaginado, no era la de un comercial de una compañía telefónica haciéndoles el ofertón del año: su recién estrenado retoño había sido elegido Coche del Año en Europa y para los de Stuttgart era un auténtico logro. En primer lugar, porque fue el primer modelo de su catálogo en conseguir tan distinguido galardón y, en segundo, porque se trataba del primer deportivo del mundo que conseguía hacerse con el premio. ¿Los ganadores anteriores? El Rover SD1 o el CX de Citroën. Sí, yo también creo que el jurado de aquel año molaba bastante. Y sí, yo también creo que después se convirtieron en seres grises que sólo tienen ojos para berlinas, compactos... y SUV. Por supuesto. 

La historia del Porsche 928: evolución del modelo

El 928 estuvo en el mercado entre 1977 y 1995 y, a lo largo de su vida comercial, vio a su gama nutrirse de mejoras y nuevos modelos de lo más interesantes. La primera versión vitaminada del coche aparecería en 1980 cuando, bajo el apellido ‘S’, los catálogos de la firma germana vieron incluida entre sus productos una variante movida por el mismo bloque V8 con una cilindrada de 4,7 litros que lograba entregar 300 CV y 385 Nm de par máximo. ¿Te parece poco? Eran más que suficientes para rebajar el tiempo empleado en el 0-100 en dos décimas con una punta 20 km/h superior. Sólo cuatro años después la inyección K-Jetronic firmada por Bosch sería reemplazada por la nueva LH-Jetronic que, además de ofrecer unos mejores consumos gracias a su condición electrónica -que la hacía mucho más eficiente-, permitía a la mecánica ampliar su potencia hasta los 310 potros con un par de 400 Nm. ¿Sus prestaciones? Ahora paraba el cronómetro en sólo 6,2 segundos en el 0-100 y podía alcanzar los 252 km/h. 

Porsche 928 GTS

10 años son muchos para cualquier modelo que pretenda seguir seduciendo a un público ansioso por lucir el último deportivo del mercado y por eso en 1987 aterrizaría el 928 S4 que, además de montar un bloque V8 de cinco litros de cilindrada con 320 CV -con un 0-100 en sólo 5,9 segundos-, traía consigo ciertos retoques estéticos que lo actualizaban bastante sin hacer mella en sus rasgos más característicos. Para los más exigentes aparecieron en años sucesivos las versiones Clubsport, GT y GTS -años 1988, 1989 y 1992 respectivamente- orientadas a entregar las máximas prestaciones a cambio de sacrificar ciertos elementos de confort en el primer caso y ciertos ceros en la cuenta corriente de sus compradores en los dos últimos. Gracias al modelo GTS el 928 vio crecer su potencia hasta los 350 CV con una aceleración de sólo 5,7 segundos y una punta de 275. Sí, eso ya era hablar de palabras mayores.

La historia del Porsche 928: las cifras

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A pesar de ser un auténtico misil que estuvo a punto de dinamitar la trayectoria del nueveonce -salvada in extremis por Peter Schutz-, lo cierto es que las ventas del Porsche 928 no fueron demasiado espectaculares: a lo largo de su vida sólo 61.056 unidades salieron de la planta de producción... con el modelo ‘S’ convertido en el de mayor éxito de todos gracias a las 25.310 piezas puestas sobre el asfalto. Sé que puede parecer una cifra ridícula teniendo en cuenta las logradas por sus hermanos el 924 y el 944 -con 150.864 y 163.130 coches vendidos, respectivamente-, pero la acogida que tuvo por el público fue buena teniendo en cuenta la nueva conciencia sobre la economía de consumo que llegó a finales de los 70 y principios de los 80. Y eso sin contar con la practicidad que le daba su diseño gran turismo. Y el impresionante tacto de conducción que tenía. Y lo que molaban sus faros escamoteables.

Quieres uno, ¿eh? Date prisa: la escalada que están experimentando sus precios en el mercado de segunda mano -con sus perlas correspondientes, claro- es espectacular. 

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