Lamborghini Diablo GTR: ¡todos los detalles de esta bestia a la venta!

Así era Lamborghini antes de entrar en el universo Volkswagen.

Ver un Lamborghini Diablo GTR a la venta no es algo habitual, por lo que he decidido contarte algunos secretos de uno de los Lamborghini más salvajes y radicales de la historia de la marca. Una de sus particularidades es que el Lamborghini Diablo GTR es el último Lambo desarrollado sin el paraguas de Volkswagen: el grupo alemán compró la pequeña empresa italiana en 1998, cuando el desarrollo de este coche ya estaba finiquitado: las siguientes evoluciones del Diablo ya fueron bajo la tutela de Audi.

¿Qué tenemos aquí?

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Este Lamborghini Diablo GTR es el ejemplar 22 de los 30 que la marca fabricó para participar en varias competiciones en el viejo continente, especialmente en la Supertrophy europea. Se ha puesto a la venta por el concesionario Formula Automobile, en Dinamarca: no se ha especificado el precio pero a buen seguro no será nada, nada barato.

El Lamborghini Diablo GTR se asentaba sobre la versión GT y era el sucesor del Lamborghini Diablo SVR, basado en la versión SV. Se presentó en el Salón de Bolonia de 1999 y desde un primer momento se convirtió en el juguete favorito de aquellos millonarios que usaban sus coches para competir.

¿De cuánta potencia estamos hablando?

El motor V12 de seis litros es común con el resto de Diablos, pero a diferencia de estos, cuenta con un extra de potencia: 600 CV, 100 más que en el original y 25 CV extra respecto a la versión GT: la principal mejora se centraba en el sistema de escape, sin catalizador y optimizando el flujo de los gases de escape. ¿Te imaginas cómo debe sonar?

Pero el motor también recibió numerosos cambios para mejorar su comportamiento y su chispa: se modificó la admisión y la apertura de variable de válvulas. También se utilizaron bielas de titanio, un nuevo conducto dinámico de entrada de aire y una modificación de la centralita para optimizar la gestión electrónica del motor.

Suena bien, ¿qué más diferencias hay?

Comparado con el Lamborghini Diablo GT, los principales cambios tienen que ver con el chasis, al que se ha integrado una jaula de seguridad. El monstruoso alerón trasero mejora el downforce a alta velocidad, mientras que otros elementos aerodinámicos, completamente nuevos, se encargan de mejorar el flujo aerodinámico. la suspensión fue modificada y es completamente ajustable, mientras que los frenos fueron mejorados con nuevos discos más grandes proporcionados por Brembo para mejorar la frenada: ¿has visto esas llantas de 18 pulgadas de magnesio con tuerca central? Espectaculares.

¿Algo más que saber?

La mayor parte de la carrocería del Lamborghini Diablo GTR está realizada en fibra de carbono, para rebajar al máximo el peso. No obstante, el techo está realizado en acero para asegurar una buena rigidez torsional, mientras que las puertas son de aluminio para poder cumplir con la normativa de seguridad.

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Probablemente esperarás algún tipo de transmisión secuencial salvaje, como la del Lamborghini Aventador SV actual, ¡pero qué va! El Diablo GTR monta una caja de cambios manual de cinco velocidades enclavada en la clásica rejilla metálica: se podía elegir, de manera opcional, unos ratios de marcha más cortos, aunque en ese caso debías olvidarte de los 347 km/h de velocidad máxima. 

¿Cuéntame algo más del interior?

Por supuesto, puertas adentro todo tiene un sabor muy racing, muy de carreras: la jaula de seguridad se complementa con dos asientos backets tapizados en alcántara con arneses de cuatro puntos. Todos los mandos del Diablo se han modificado por un salpicadero protagonizado por los botones necesarios en este tipo de coches de competición: desde el extintor hasta las luces antiniebla traseras. ¡Ah! Y el volante, con la columna de dirección, también fue sustituido por uno nuevo, de origen Momo.

Para poner la guinda ‘racing’, las ventanillas de cristal fueron sustituidas por unas de plexiglás con la típica apertura lateral que monta desde un Abarth 595 Biposto hasta un Ferrari FXXK. ¿Quieres saber más? Para ello deberás llamar al concesionario Formula Automobile en Allerod, Dinamarca, e interesarte por esta maravilla sobre ruedas. No será barato, pero toda información será bienvenida.