Roadtrip por Italia: Museo Ferrari. Donde duermen las joyas

Aunque ese fin de semana las joyas salieron a la calle.

Si me hiciste caso y echaste un vistazo a la galería del 70 aniversario de Ferrari en Maranello pudiste ver como durante mi viaje a la ’tierra santa’ del ferrarismo las joyas no estaban dentro de los museos, estaban en la calle, rodando, como si fuesen coches de lo más mundano. No obstante, estando en Maranello, la visita al Museo Ferrari es una obligación, más allá de que en la calle también vayas a ver muchos Ferrari.

Como ya hice cuando te hablé del Museo del Automóvil de Turín, antes de entrar en materia deja que primero te dé algunas cifras interesantes de este museo. Se encuentra en el centro de Maranello por lo que no tiene pérdida: más o menos cerca de la entrada de la vieja fábrica y de camino a la entrada al Circuito de Fiorano. Como te puedes imaginar, está rodeado de empresas de alquiler de Ferrari que por un módico precio te dan la oportunidad de conducir uno en su contexto. Ojo que te tomen el pelo.

Así se celebró el 70 aniversario de Ferrari en Maranello

Vídeo: así celebró Ferrari su 70 aniversario en Maranello (TG)

En cuanto al museo. Ferrari tiene dos museos en la zona, este y el Museo Enzo y Dino Ferrari de Módena, del que te hablaré mañana. Si te apetece ver los dos, recomendable, existe una entrada conjunta por 26 euros. Si solo quieres ver el de Maranello la entrada te costará 16 euros. Si eres estudiante o mayor de 65 años, la entrada se reduce hasta los 14 euros o hasta los 22 euros si la compras conjunta. A diferencia del museo de Turín, en este los horarios están más claros: abren todos los días a las nueve y media de la mañana y están abiertos hasta las 6 de la tarde con el horario de invierno (de noviembre a marzo) y hasta las 7 de la tarde con el horario de verano. 

El museo es interesante, sin duda, y combina el proceso de creación, parte de su historia y, por supuesto, la competición como embrión y principal parte de ser de Ferrari. En la galería podrás ver algunas imágenes del interior, pero deja que te haga un breve resumen en estos cuatro párrafos.

La verdad es que el Museo Ferrari me sorprendió un poco. Pensaba que sería un museo algo más complejo y con una clara vocación temporal, mostrando la evolución de la marca y sus elementos clave que lo han convertido en un emblema mundial. No obstante, el interior del museo habla de diversas cosas pero de una manera un poco más revuelta. Se habla del diseño, del proceso de creación, para más tarde llegar a una sala donde encontramos algunos de los deportivos más espectaculares, no sin antes hablar también de la ingeniería y de la mecánica.

Esta primera sala principal resulta un poco curiosa, ya que se encuentran en la misma desde un Ferrari 166 MM hasta un LaFerrari, pasando por un Ferrari F40, un 250 GT California Spyder o un Ferrari 275 GTB. Sinceramente, me parece que esta todo algo mezclado, me gustaría ver una evolución temporal, ver un mayor orden a la hora de colocar los coches, algo más parecido a lo que pude ver en Turín.

Tras esta sala llegamos a una de las más espectaculares del Museo Ferrari, sin duda: la sala de la competición, donde se pueden ver diversos Fórmula 1 de Ferrari, así como muchos de los trofeos conseguidos en todos estos años. También detalles de algunos de los pilotos más laureados de la marca. la verdad es que esta sala sí que resulta tremendamente interesando, donde perder un buen tiempo leyendo y disfrutando de todas las joyas y curiosidades allí presentes.

Por último llegamos a una sala donde se encuentran algunas de las joyas más alucinantes. Allí pude ver algunos de los coches que más tarde vería en la calle, como el Ferrari 250 GTO o el Ferrari 750 Monza. Claro, es una colección espectacular y si acudes a Maranello un día ‘normal’ te hará mucha ilusión ver coches de este nivel. Ahora bien, ese fin de semana había cosas más interesantes en la misma calle, por lo que el museo quizás no terminó de impresionarme del todo. Eso sí, cada vehículo se encuentra perfectamente explicado y contextualizado, por lo que podrás conocer la historia de cada uno de ellos: no te irás sin saber algo nuevo.

El Museo Ferrari termina con una pequeña sala con tres de los hiperdeportivos más queridos de la marca: el Ferrari F50, el Ferrari LaFerarri y el Ferrari FXX-K. También en la parte final, ya fuera de lo que es el propio museo, puedes probar el simulador de Fórmula 1 pagando aparte (cuesta 25 euros por 7 minutos), así como hacerte una foto con un Ferrari allí presente. 

¿Vale la pena acudir al Museo Ferrari? Sin duda, sí: no me ha impresionado y quizás no sea tan completo como otros museos de otras marcas al mismo nivel, pero sin duda es una visita obligada y que se debe complementar (además que económicamente es favorable) con el Museo Enzo y Dino Ferrari de Módena. ¡No te pierdas la galería para contemplar las joyas que duermen entre las paredes del Museo Ferrari, si con esto no te entra el gusanillo es que no corre gasolina por tus venas.