La trágica época de Ferrari: siete pilotos fallecidos en una década

Película Enzo Ferrari

La película sobre Enzo Ferrari narra el inicio de aquella tragedia que se extendería durante una década y que se llevó a pilotos excepcionales.

La muerte siempre fue una parte intrínseca a la competición. A la Fórmula 1 o a Le Mans, entre otras muchas pruebas. Sin embargo, nunca es fácil encajar la pérdida de un piloto. Ni para el equipo, aficionados o sus propios rivales. Y en la década de 1950, conducir en Ferrari fue sinónimo de una certeza estremecedora.

Ferrari: "Una película dramática sobre el sufrimiento y la muerte en la vida de Enzo"

La Scuderia perdió entre 1957 y 1967 a siete pilotos. Seis de ellos en carreras. Auténticas leyendas y grandes hombres cuya vida acabó de forma prematura al volante de las máquinas con el Cavallino Rampante. Mientras tanto, Enzo Ferrari intentaba no estrechar lazos con ninguno. No depender emocionalmente de nadie. Y pese a ello, no pudo evitar la desesperación.

Con el estreno de la película de Ferrari, aprovechamos a repasar brevemente aquellos nombres. Y también a recomendaros, desde mi humilde posición, el documental Ferrari: Carrera a la inmortalidad, que tenéis disponible en HBO y que narra esta complicada historia.

Eugenio Castelloti, 1957

Eugenio Castelloti nació en el seno de una familia acaudalada en 1930 en Lodi, Italia. Con 20 años compró su primer Ferrari y comenzó a correr en 1952. Disputó 14 grandes premios de Fórmula 1 con Lancia y Ferrari, siempre equipos patrios.

A lo largo de su carrera consiguió una pole position y tres podios. Y en la temporada 1955 acabó tercero en el campeonato de pilotos, disputando cada mitad del año con una escudería. Sin embargo, más allá de la F1 se alzó con la victoria en las 12 Horas de Sebring de 1956, la Mille Miglia, el Gran Premio de Portugal, los 1.000 Kilómetros de Buenos Aires o el Gran Premio de Rouen en Francia.

Era un joven ávido de oportunidades, con una buena destreza al volante que le puso en competencia directa con grandes nombres como Juan Manuel Fangio o Stirling Moss. Pero pese a su prometedor futuro, Castelloti falleció en 1957 en el Autódromo de Módena mientras probaba el nuevo Ferrari para Sebring de ese mismo año.

Alfonso de Portago, 1957

Tras fallecer Castelloti, el piloto español Alfonso de Portago le sustituyó en Ferrari. Un hombre carismático, de una familia noble con títulos nobiliarios que creció entre Reino Unido, Francia e Italia. Muy pronto desarrolló un interés y habilidad especiales por el motorsport.

En total, Fon de Portago participó en cinco grandes premios de Fórmula 1 y su mejor posición fue un segundo puesto en el Fran Premio de Reino Unido de 1956. Pero además, corrió la Carrera Panamericana en dos ocasiones y los 1.000 km de Buenos Aires, donde alcanzó un segundo y un tercer puesto en 1954 y 1957 respectivamente.

Desafortunadamente, el 12 de Mayor de 1957 sufrió el peor accidente automovilístico de la historia de Italia en la Mille Miglia. Mientras pilotaba su Ferrari 335 S hacia la victoria frente a Maserati, Portago y su copiloto Edmund Nelson perdieron el control del coche y embistió a una multitud de aficionados a más de 200 km/h. Murieron ambos pilotos y una decena de personas.

Luigi Musso, 1958

Luigi Musso era uno de esos pilotos italianos de pura cepa llamado a ser el orgullo de la nación. Originario de Roma, corrió en la década de 1950 para Maserati y Ferrari en Fórmula 1. Consiguió siete podios y una victoria en Argentina en 1956 que compartió con Juan Manuel Fangio al cruzar ambos la línea de meta al mismo tiempo.

Se postuló como una gran piloto de coches deportivos en pruebas de gran recorrido, como la Targa Florio de 1958 donde venció con un Ferrari Testa Rossa. Sin embargo, se enzarzó en una gran rivalidad con dos compañeros de equipo: Mike Hawthorn y Peter Collins, ambos británicos.

El nivel de tensión entre ellos fue realmente alto, según confirmó más tarde la esposa de Musso. Todos se obligaban, unos a otros, a ir más y más rápido. Sin embargo, Luigi Musso acabó perdiendo la vida en el Gran Premio de Francia de 1958 en Reims. Intentaba defenderse de Hawthorn cuando perdió el control del coche, que salió despedido por los aires.

Peter Collins, 1958

La temporada de 1958 no hizo más que empeorar para Il Commendatore. Peter Collins fue un piloto muy querido y un icono británico de la época. Consiguió tres victorias y nueve podios en Fórmula 1; y disputó un total de 35 grandes premios con diferentes escuderías.

Fue uno de esos Gentlemen Drivers que tanto bien hicieron al deporte. Tanto es así que uno de sus gestos más recordados fue el ceder su Ferrari en su última carrera a Juan Manuel Fangio, que acabó ganando su cuarto título mundial y el último con Maranello. Collins, que tenía opciones al título y acabó tercero, dijo: "Siga usted maestro, que yo tendré tiempo de ganar campeonatos en el futuro".

No fue así, porque en 1957 solo pudo conseguir dos terceros puestos y en 1958, con buenos resultados pero varios abandonos, acabó falleciendo en el Gran Premio de Alemania en el Circuito de Nürburgring. Collins perseguía a su rival Tony Brooks y acabó equivocándose en una trazada, volcando el coche y saliendo el piloto disparado hacia el bosque.

Mike Hawthorn, 1958

Peter Collins fue un piloto al que Enzo Ferrari cogió especial cariño, ya que el muchacho mostró un gran apego por el hijo del Commendatore, Piero. Además, era el mejor amigo de Mike Hawthorn. Siempre conducían y andaban juntos. Su pérdida fue un duro golpe para las dos figuras.

Hawthorn ganó el mundial aquel año sin ningún atisbo de felicidad y renunció a seguir siendo piloto. Se retiró, muy afectado por la muerte de Collins. Y tras aquello, se dedicó a la venta de coches en un concesionario y a algunas inversiones personales. Un oficio muy diferente para el ganador de las 24 Horas de Le Mans de 1955.

Desafortunadamente y como si fuera cosa del destino, Hawthorn perdió la vida en un accidente de coche mientras conducía un Jaguar 3.4 MK.1 al entrar en una competición callejera con un Mercedes-Benz 300SL conducido por un conocido suyo y director de equipo, Rob Walker.

Wolfgang von Trips, 1961

Wolfgang von Trips fue uno de los grandes pilotos alemanes de su época. Alcanzó dos victorias y seis podios en Fórmula 1, pero también se alzó con el primer puesto en el Tourist Trophy de Isla de Man en 1955, el Gran Premio de Berlín con Porsche y Mercedes, los 1.000 km de Buenos Aires de 1960 o la Targa Florio de 1961.

En efecto, era un hombre con muchos años de experiencia en el automovilismo. Aunque esto nunca es garantía de nada y la fatalidad llegó en 1961 durante el Gran Premio de Italia en el Circuito de Monza, en un accidente con otra leyenda de las carreras: Jim Clark.

El Ferrari de Von Trips chocó contra el Lotus del británico mientras luchaba por asegurar sus opciones al campeonato frente a su compañero, Phil Hill. Entonces, al chocar con Clark en la actual Curva Alboreto y lanzando el coche contra una grada donde murieron 15 espectadores.

Lorenzo Bandini, 1967

Lorenzo Bandini nació en la antigua ciudad romana de Cyrenaica, en Libia. Sin embargo, su ascendencia italiana le dio la nacionalidad del país europeo y muy pronto destacó como piloto de carreras. Una figura importante que presenció, por cierto, el ascenso del Ford GT40 en Le Mans mientras luchaba contra las máquinas de Carroll Shelby y pilotos como Ken Miles.

Consiguió su primera gran victoria en la Mille Miglia en 1958 con un Lancia Appia Zagato en su categoría, así como en las 12 Horas de Monza y otras pruebas. En 1963 ganó las 24 Horas de Le Mans junto a Ludovico Scariotti con Ferrari y quedó cuarto en el campeonato mundial de Fórmula 1 de 1964, cediendo la victoria en la última carrera a John Surtees para asegurar el éxito de Ferrari.

En 1967, Bandini corría el Gran Premio de Mónaco en segunda posición por detrás de Denny Hulme. Justo a la entrada de la chicane del puerto, perdió la trazada con su Ferrari 312 y acabó contra las protecciones. El monoplaza se incendió y Bandini sufrió graves quemaduras que acabaron con su vida tres días después. A su funeral en Reggiolo, asistieron cerca de 100.000 personas.