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• Saab 9000: muy infravalorado
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Continuamos nuestra serie de grandes berlinas olvidadas con otro modelo alemán, el cual fue lanzado a mediados de los 80 para competir contra coches como el Audi 100 y el Mercedes Clase E. Fue la oferta de Opel en las berlinas de lujo durante 17 años, pero no logró ser un éxito. Hablamos del Opel Omega.

Hace 40 años, la marca del rayo contaba con el Rekord en su oferta. Se trataba un coche grande y completo con décadas de trayectoria en el mercado, pero era necesario un cambio. En los años 80, las berlinas premium estaban evolucionando y se pensó en lanzar un coche acorde a los nuevos tiempos. 

Así, en 1986 se lanzó el Opel Omega, que seguía las premisas de su predecesor. Eso sí, incluía nuevos elementos, como un diseño más aerodinámico, aunque de un estilo parecido. Su coeficiente era de 0,28, lo cual era destacable en ese momento. Esto se logró con unas líneas sencillas y sobrias, pero también elegantes.

A esto se añadía también un interior amplio e igualmente sobrio, muy en la línea de la marca en aquellos años. Todos los mandos estaban al alcance del conductor, el salpicadero se presentaba muy recto -aunque ligeramente orientado al conductor- y la instrumentación destacaba por una gran visibilidad.

Aun así, lo más aplaudido de este modelo fueron sus avances tecnológicos. Por encima de cuestiones como el aerodinámico diseño del Opel Omega, su equipamiento también era llamativo por la inclusión de elementos como pantallas LCD, ABS, ordenador de a bordo, sistema de autodiagnóstico…

Sin duda, era un coche completo e iban más allá versiones como el Omega Diamond -con llantas de aleación, tapicería de cuero y ventanas tintadas- y el 3000, de corte deportivo. Sin embargo, en el lado prestacional fue el Lotus Omega -también llamado Carlton- el más radical, fabricado en conjunto con Lotus y cuyo motor de 6 cilindros entregaba unos 380 CV y 568 Nm de par.

Sea como fuere, dentro de los motores del Opel Omega en todas sus variantes había opciones de todo tipo. Se ofrecieron motores diésel y gasolina, con potencias que oscilaban entre los 80 y los 230 CV del 3000.

Así se mantuvo todo con esta berlina hasta mediados de los 90, cuando fue renovada con otra generación. Llegada en 1994, esta variante traía consigo una importante evolución estética, con unas líneas mucho más redondeadas y suaves. Lo mismo se vio en el interior, de hecho, que además traía novedades como una pequeña pantalla junto a la instrumentación.

Este elemento servía para visualizar la información del ordenador de a bordo, pero también para sistemas como el GPS en los acabados superiores. Como era de esperar, el equipamiento fue incrementado y actualizado, con una tecnología más acorde a los años predecesores del siglo XXI como los faros bixenón.

De la misma forma, la oferta mecánica del Opel Omega también se vio modificada en esta nueva generación, aunque mantenía los bloques diésel y gasolina. Ahora, las potencias rondaban entre los 100 y los 214 CV del V6 más prestacional. Eso sí, no hubo una configuración tan poderosa como el Lotus Carlton.

Pudo haber, eso sí, un escalón más en la gama de motores. Con la idea de vencer a otras grandes berlinas alemanas, Opel experimentó con algunos prototipos con motor V8 de General Motors que rendían 305 CV. La idea era lanzar esta versión a la venta en el año 2000, pero finalmente se canceló el proyecto.

De esta forma, el único carácter americano del Omega fue el de su hermano gemelo de los Estados Unidos, el Cadillac Catera. Era básicamente el mismo coche con cambios sutiles y no fue especialmente popular allí, por lo que se vendió durante apenas tres años. En lo referido al modelo europeo del que hablamos hoy, sin embargo, se mantuvo disponible hasta el 2003.

Por qué no triunfó el Opel Omega

Lo cierto es que el Omega no sufrió graves problemas de fiabilidad, especialmente en lo referido a sus motores. Algunas unidades tempranas reportaron problemas con la centralita, pero no fue nada como para que se generara una mala fama que repercutiese en sus ventas.

Realmente, no fue un coche especialmente impopular, pero tampoco fue un triunfador. Dado que era un modelo con un enfoque premium y avanzado tecnológicamente, su precio iba acorde a ello y no suponía una gran diferencia respecto de sus rivales de marcas como BMW. Entre otras cosas, puede que esto fuera lo que principalmente marcase su destino. 

¿Cuánto cuesta hoy este coche?

Cuando era nuevo, esta berlina se podía comprar por unos 30.000 euros, pero los Opel Omega de segunda mano están claramente muy por debajo de esa cifra en 2022. Se pueden encontrar aún varias unidades y los precios llegan a partir por debajo de los 1.000 euros, e incluso por esa cifra se pueden ver ejemplos en un estado decente.

Los más frecuentes, eso sí, son los de segunda generación con unas potencias situadas entre los 130 y 150 CV. Sin embargo, también hay a la venta unidades de primera serie e incluso otras más potentes. Eso sí, en estos casos, es fácil que el precio de venta incremente hasta los 3.000 euros o los supere en determinados casos.

Opinión: ¿Merece la pena comprarlo de segunda mano?

La buena noticia en este caso es que hay mucho donde elegir, pero todo depende de lo que busques. Si quieres un Omega de primera generación, tendrás menos opciones y puede tratarse de modelos con un mayor kilometraje y menos repuestos disponibles. Si, por el contrario, quieres uno de segunda generación, la decisión es más fácil.

En este último caso, la inversión no es demasiado grande, por lo que no será una compra demasiado arriesgada. Aun así, si prefieres una unidad de los años 80, también se pueden encontrar buenos ejemplos. Como siempre, hay que revisar todo lo que acredite un buen trato del anterior propietario. Así, podrás encontrar un coche económico capaz de recorrer miles de kilómetros.