Schultz 190E: el padre del Clase A que seguro no conocías

Schultz 190E
No tuvo demasiado éxito, pero es una historia curiosa, ¿no?

Puede que no te acuerdes, o que nunca lo hayas visto, pero hubo un antepasado del Mercedes Clase A basado en el W201. El Mercedes 190 llegó en la década de los ochenta para ampliar la oferta de la marca, siendo una berlina de dimensiones más contenidas que las del resto de la gama. En este coche se basaría tiempo después el Schulz 190E 2.6 City, un proyecto no oficial que podría colocarse en nuestra memoria como el padre del Clase A.

El Mercedes 190 fue todo un éxito, de eso no hay duda, Hasta 1993 venderían cerca de 1,9 millones de unidades en todo el mundo. Sentó la bases de la Clase C, uno de los modelos más vendidos de la marca de la estrella. Con tanta popularidad, la compañía Schulz pensó que había que dar un paso más, y ofrecer un coche compacto basado en este modelo. Y lo cierto es que el resultado fue bastante convincente.

Eberhard Schulz fue el fundador de Schulz, una empresa que llevaba trabajando varias décadas en creaciones de todo tipo. El Erator GT, por ejemplo, estaba basado en el Ford GT40, y el Isidera Commendatore 112i es parte de Isidera que a la vez es una marca fundada por el mismo ingeniero. Schulz-Tuning también había sido creada por la misma persona, y era la que convertiría el 190 en un coche compacto.

Schultz 190E

En la década de los noventa la empresa presentaría el 190E 2.6 City, un coche inspirado en el Volkswagen Golf y basado en el modelo de Mercedes. A nivel de diseño contábamos con la parte delantera de un Mercedes 190 y la trasera de un Mercedes Clase E W124 en su versión familiar. Y lo cierto es que su diseño dio de qué hablar, pues entre otras cosas contaba con una carrocería de tres puertas que mantenía las ventanillas traseras divididas y las dimensiones de las puertas de una berlina.

Con todo ello contábamos con un coche de cortos voladizos traseros y un largo morro. Bajo este capó encontrábamos el motor más grande que había en la gama del 190, y este era ni más ni menos que el seis cilindros de 2,6 litros que desarrollaba 160 CV. Un coche que llegó unos diez años antes que el Mercedes C Sportcoupé y más de dos décadas antes que el Mercedes Clase A que hoy conocemos.

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