Como muchos sabéis, llevamos varios meses hablando del Ineos Grenadier. Un todoterreno de la vieja escuela que se inspira en algunos coches clásicos del segmento offroad pero con tecnologías modernas. Una especie de restomod que no es tal, porque se construye completamente desde cero.

Ahora, la producción ha comenzado en Francia y las primeras entregas a clientes se realizarán a partir de diciembre, aunque desde Ineos aseguran que los problemas en la cadena de suministros global de algunos componentes siguen limitando la actividad.

Prueba del Ineos Grenadier: un todoterreno de los que ya no había

"Hemos recorrido un largo camino desde que el proyecto comenzó en 2017 y es un momento histórico para Ineos Automotive como fabricante de vehículos", aseguró Mark Tennant, director comercial de la marca británica propiedad de Jim Ratcliffe.

"Llegar a este punto es un testimonio de resiliencia y del arduo trabajo de todo el equipo, de nuestros socios de desarrollo y de nuestros proveedores. Algo que agradecemos a todos, ya que ahora estamos a la espera de hacer nuestras primeras entregas de los vehículos a clientes", comentó.

El Ineos Grenadier 4x4 es un todoterreno de formas cuadradas pero modernas, que recuerdan a los antiguos Land Rover Defender y Jeep Wrangler. Bajo el capó esconde a un motor de 6 cilindros en línea turbo y 3,0 litros de BMW con 285 CV y 450 Nm de par máximo junto a una caja de cambios automática de 8 velocidades.

Ya conocemos el precio del Ineos Grenadier y cuándo saldrá a la venta

En su interior, modernidad y digitalización sin olvidar los controles físicos y su objetivo: escalar rocas, atravesar el barro, nadar en los ríos y solventar cualquier obstáculo natural. Todo aglutinado en una filosofía de marca que pretende empujar a sus propietarios a personalizar los coches y a otras marcas a fabricar kits de todo tipo.

¿La meta? Llegar a la cifra de 30.000 unidades anuales para los amantes de los todoterrenos de verdad y los trabajadores del sector agrícola que prefieren un coche nuevo en vez de uno de segunda mano, lejos de la electrificación o del lujo que persiguen otros coches como el Mercedes Clase G o los modernos Land Rover.