Prueba del Ferrari Daytona SP3: el motor más potente de la historia del cavallino

Uno de los deportivos italianos más esperados.

Ferrari ha decidido dar un giro a su tope de gama con la serie Icona, basada en los prototipos de carreras de los años 60'. La prueba del Ferrari Daytona SP3 revela a la joya de la corona de ese tridente, conformado también por los Monza SP1 y SP2.

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Un superdeportivo en cuyo corazón late un motor F140HB V12 a 65º atmosférico de 6,5 litros, el mismo bloque también porta el Ferrari 812 Competizione. Junto a él, una caja de cambios automática de doble embrague y 7 velocidades. ¿Es híbrido? No, en Maranello han querido darle un soplo de aire empapado del olor de la vieja escuela.

Motor y potencia del Ferrari Daytona SP3

Motor del Ferrari Daytona SP3

El citado bloque V12 ha recibido una actualización del sistema de admisión mediante dos conductos con colectores en forma de pulmón para cada bancada de cilindros, que pretende generar una mayor potencia a altas revoluciones y aprovechar las trompetas de admisión de geometría variable para modular la curva de par.

Su límite de revoluciones se encuentra a 9.500 rpm, y genera 840 CV y 697 Nm de par máximo hasta pasadas las 7.000 rpm. Una barbaridad que lleva a este Ferrari Daytona SP3 a acelerar de 0 a 100 km/h en 2,85 segundos y alcanzar una velocidad máxima de 340 km/h.

¿Un reemplazo no híbrido del La Ferrari? En Maranello jurarán que no, pero a efectos prácticos, podría serlo. Más allá de los evidentes cambios de chasis, unidad de potencia y carrocería. De hecho, iguala al icónico deportivo lanzado en 2013 en el 0 a 100 km/h, aunque se queda algo corto en cuanto a velocidad máxima.

Diseño e interior

El segmento Icona al que pertenecen los Ferrari Monza SP1 y Monza SP2 (diferenciados únicamente por la cantidad de asientos con los que cuentan) se basa en los prototipos deportivos que triunfaron en los años 60'. Ahora se une a esos dos pequeñines el Daytona SP3, con un diseño claramente inspirado en los Ferrari Serie P.

El 6 de febrero de 1967 se alzaron en las 24 Horas de Daytona con un triplete legendario gracias al Ferrari 330 P3/3, el 330 P4 y un Ferrari 412P. Un triunfo en la casa de Ford con los tres bólidos italianos cruzando a la vez la meta. Una pequeña venganza por lo ocurrido unos meses antes en Le Mans...

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En cualquier caso, el Daytona SP3 conserva el espíritu de esos coches. Un largo capó con un habitáculo ampliamente acristalado y con forma de gota de agua, unas pronunciadas aletas por encima de la línea del capó y el portón trasero y una aerodinámica fluida que evoca velocidad.

A ello hay que añadir elementos muy modernos como el splitter frontal, las curvadas taloneras, el gran difusor trasero o un parachoques posterior realmente curioso, con multitud de secciones horizontales acompañadas de finas ópticas unidas por una infinity LED strip.

En el interior nos encontramos, primero de todo, con puertas de mariposa. El habitáculo está construido en fibra de carbono con asientos baquet de estilo futurista, enfundados en tela de alcántara y de una comodidad sorprendente.

Ya sentado, todo lo que te rodea es cristal. Estás hundido en las entrañas del coche, con un volante ajustable y una pedalera deslizable a tu gusto. Nosotros no nos hemos subido a un prototipo de Ferrari de los años 60', pero alguien que sí lo ha hecho nos comentó que a efectos prácticos, el Daytona produce la misma sensación.

Ah, y lleva techo targa. Si quieres deslumbrarte con la luz del cielo y el viento, cinco clips lo liberarán y podrás guardarlo donde mejor te quepa. Nosotros lo dejamos estar, porque el clima de la zona donde condujimos el coche, las inmediaciones de Spa-Francorchamps, no era especialmente favorable.

Al volante del Ferrari Daytona SP3

Hemos escuchado cosas sorprendentes últimamente, como el motor V6 biturbo del Ferrari 296 GTB, pero sustituir a los 12 pistones es imposible. Nada de turbo ni electricidad. Al arrancar, el cuentarrevoluciones se sitúa cerca de las 2.500 rpm y se dispara brevemente hasta las 9.500 rpm.

Algunos dirán que por pura técnica, pero la intención de Ferrari sea quizá dejarte sin aliento en ese preciso instante. El sonido es especial: un gorjeo de admisión grave cuando estás dentro del coche, y agudo cuando te encuentras fuera.

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Nos ponemos en marcha para la prueba del Ferrari Daytona SP3. La dirección es tan hiperactiva como podrías esperar de un Ferrari moderno. Después de estar rodeados de ejecutivos, ingenieros y técnicos muy preocupados y con camisa, acabamos al final del día catapultando al motor a su máximo de revoluciones.

Eso es un coche, y esto es un Ferrari. Un coche deportivo que debe ser agarrado del pescuezo y domado en cada recta y en cada curva en una batalla contra las sensaciones, a la vez que te sirves de ellas y tu instinto para navegar sobre el asfalto.

Prueba del Ferrari Daytona SP3

La electrónica hace magia, y sus más de 800 CV parecen algo accesible, incluso amigable. Bueno, eso de accesible es relativo, porque debes estar muy arriba en las secretísimas listas de la marca para que te inviten a comprar uno de estos. Si bien, es innegable que democratiza una experiencia de élite y alto rendimiento.

Antes hemos mencionado al Circuito de Spa-Francorchamps. Y sí, pisamos la legendaria pista durante la prueba de este Ferrari Daytona SP3, pero limitados a 70 km/h, producto de la llamada del Cavallino Rampante: "Es debido al valor del coche y el hecho de que se trata de una edición limitada".

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Dos horas en uno de los circuitos más históricos del planeta, con uno de los coches más emocionantes del mundo... A velocidades de carretera secundaria. Incluso menos. Suficiente para unas cuantas fotos, pero lejos de producir absolutamente nada a tu cerebro, ansioso de sensaciones. En fin, ya sabemos cómo funciona esto. Al menos lo pusimos al límite en otras zonas, lejos de miradas indiscretas...

Conclusiones sobre el Ferrari Daytona SP3

Prueba del Ferrari Daytona SP3

¿De verdad vale 2 millones de euros? Bueno, el Ferrari Daytona SP3 se siente apropiadamente especial. Hay autenticidad en sus formas y detalles, y el motor V12 es una delicia intangible que entra por todos los sentidos. Poder conducir uno es, simplemente, un privilegio.

Es el motor más potente de la historia de Ferrari, en uno de los coches más bellos que ha fabricado la marca en los últimos años. Una edición limitada, y sobre todo, reservada a los clientes más especiales. Si estás en ese grupo, sí. Este pedazo de historia vale la pena, incluso a 70 km/h en Spa-Francorchamps.